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Las taquillas no se dan abasto

TIJUANA -- Esta es una ciudad que se pintó de rojo en menos de año y medio.

La gente colgó en el armario sus viejos colores. Los aficionados ya no son de las Chivas, del Cruz Azul, ni de los Pumas. Tampoco de Dorados de Sinaloa o de Indios de Ciudad Juárez, los equipos que eran "más cercanos", y sí, cercanos debe ser entre comillas, porque cuando se habla de cercanías en Tijuana son por lo menos 500 kilómetros.

Las taquillas del Estadio Caliente no se dan abasto. Miles de aficionados de los Xolos hacen fila desde muy temprano. Ya sólo quedan disponibles el 20 por ciento de los localidades y la demanda excede por mucho el sentimiento, un sentimiento que estuvo contenido durante muchas décadas en las que Tijuana no tuvo equipo de Primera División.

En el aire se respira también la sorpresa. Incluso los jugadores saben que han llegado a una instancia a la que pocos pensaban que llegarían.

Hay tiempo para entrenar, para tomarse las cosas en serio, pero no se pierde la alegría.

Eso lo demostró los juegos que llevó a cabo el equipo durante el entrenamiento, con un fusilamiento de balonazos contra aquel que erraba un ejercicio.

Todo organizado por el técnico Antonio Mohamed, que con su carisma y disciplina ha conquistado tanto a la gente de Tijuana, que en las calles se dice que hay 11 Mohameds en la cancha. Y eso esperan.

Pero de vuelta, afuera del estadio, el apoyo de la gente a su equipo es tan completo como la luna que comienza a iluminar el cielo desde las seis de la tarde.

Ya no hay camiseta de otro equipo. El corazón de la afición de Tijuana es rojo. Desde lo alto del estadio un perro vigila. El próximo equipo que pisará su domicilio es el Toluca. La afición y él ya lo esperan.