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Sólo de visita

OKLAHOMA CITY -- James Harden nunca olvidará la sensación. O la llamada telefónica. O el restaurante. No tuvo la necesidad de acariciarse la famosa barba de manera pensativa demasiado tiempo cuando alguien le preguntó dónde estaba cuando se enteró de que realmente iba a ser canjeado a los Houston Rockets.

"Cheesecake Factory", dijo Harden.

Contó la historia en su primera noche de vuelta al viejo barrio, un mes después de aquella desconcertante interrupción en la cena, sin haber imaginado nunca que esta reunión sería tan profundamente desagradable en su propio derecho.

Sin embargo, ahí estaba Harden el miércoles por la noche, rodeado de periodistas en los desconocidos vestidores visitantes del Chesapeake Energy Arena, forzado a digerir una paliza de 120-98 en manos del Oklahoma City Thunder, durante la que la nueva cara peluda de los Houston Rockets falló sus primeros nueve tiros para luego sumar los 17 puntos tal vez más difíciles que haya anotado.

"Simplemente se siente bien competir contra estos muchachos y acabar con este tema de una vez", dijo Harden, pronunciando las palabras cansadas que volvería a repetir un par de veces más antes de que la multitud se dispersara. "Jugar aquí, terminar con esto y ahora continuar con la temporada".

Dijo el entrenador en ejercicio de los Rockets, Kelvin Sampson: "Creo que hubo algunas circunstancias (que afectaron el rendimiento de Harden). James estaba un poco presionado. No estoy seguro de si lo admitiría, pero... tenía muchas cosas en la cabeza esta noche".

Francamente, lo mismo puede decirse de todos los Rockets. Llegaron al edificio casi cinco horas antes del salto inicial, mucho antes del ruidoso recibimiento de Harden por parte de los locales durante las presentaciones, pero la llegada ultra temprana no tuvo nada que ver con el regreso de Harden o el alboroto que generó. El día no podría haber empezado más sombrío para el grupo de 40 y pico de viajeros de Houston, que recibió el visto bueno de la NBA para pasar la mañana en Minnesota para asistir al funeral de Sasha McHale, quien, a la tierna edad de 23 años, murió el sábado después de una larga batalla contra el lupus.

El entrenador de los Rockets Kevin McHale ha estado alejado del equipo desde el 10 de noviembre para estar con su hija enferma, dejando a Sampson a cargo. Esta fue la reunión que nadie en la organización quería, la que todos temían, pero Harden salió convencido que el desvío hacia la casa de McHale después de la victoria del martes por la noche sobre Toronto y la presencia de tantos rostros familiares de Houston le dieron al dolido padre "algún tipo de felicidad".

"Muy, muy, muy emotivo", dijo Sampson.

De ahí en más, empero, Houston tuvo que superarse rápidamente para un partido luego de lidiar con sus propias emociones. Un partido que tuvo a Kevin Durant, en el otro lado, aduciendo luego que estaba demasiado emocionado para dormir o hasta para tomarse una siesta en la espera de jugar ante "mis hermanos", y más específicamente, viendo cómo lucía Harden de cerca en el uniforme rojo de los Rockets luego de haberse cruzado en la capilla antes del juego.

Los resultados fueron bastante predecibles también. Con Chandler Parsons (hombro) y Carlos Delfino (entrepierna) lesionados y no disponibles para abrir el campo de juego (y los defensores del Thunder conociendo las tendencias de Harden mejor que nadie) ellos los castigaron con una agresión y precisión imparables. Harden terminó viendo seis de sus 16 tiros bloqueados por una defensa que dejó inmediatamente claro que no habría nada que se asemeje a los 82 puntos del zurdo en sus primeros dos partidos, luego de que OKC sorprendiera a toda la NBA al intercambiarlo con Houston el 27 de octubre, cuando colapsaron las conversaciones de extensión de contrato.

"Para ser honestos, pensé que había una pequeña chance de que ocurriera un intercambio", dijo Harden, dejando la impresión de que todavía le cuesta creer todo esto.

De todos modos, es demasiado temprano para que el Thunder realmente pruebe cualquier cosa en términos de su techo en los playoffs sin tener a Harden… pero nadie iba a convencer de eso a sus viejos y sedientos compañeros. Russell Westbrook y luego Serge Ibaka persiguieron a Harden para darle duros golpes de atrás. Durant (37 puntos) lució ridículamente trabado en la ofensiva, con Ibaka (a quien la gerencia del Thunder esencialmente eligió mantener en lugar de Harden al firmarlo primero) no demasiado lejos con sus 23 puntos, nueve tableros y seis tapas. Mientras tanto, Harden terminó en 3 de 16 desde el campo en 39 laboriosos minutos, meramente mirando de atrás al nuevo sexto hombre del Thunder, Kevin Martin y sus 17 puntos, y quedándose un punto detrás del también ex alumno de OKC Daequan Cook con 18. No ayudó mucho el hecho de que Harden penetrara demasiado directo hacia los defensores, quienes no solamente saben adonde le gust air, sino que también están familiarizados con los tiempos de Harden. De ahí que tuviese seis rechazos, la mitad de sus errores, que fue lo que evitó que Harden fuese objeto de bromas en Bricktown.

Harden seguramente probó el rol de villano que, según había insistido de antemano, nunca había experimentado, ni siquiera en la universidad. Un intercambio en el segundo cuarto con el suplente del Thunder Hasheem Thabeet llevó no solamente a la visión extraña de ver a Thabeet siendo explulsado y luego des-expulsado por el réferi Marc Davis ... sino que también produjo un profuso abucheo cuando Harden fue a la línea para los tiros libres subsiguientes.

Hubieron abucheos más ligeros más tarde cuando Harden, luego de un inicio de 1 de 13, finalmente encestó un triple. Y ahora tendremos que esperar hasta la postemporada, o quizás incluso hasta la próxima temporada, para su siguiente oportunidad de demostrar a los residentes de Loud City que él puede justificar el contrato de cinco años y $80 millones máximo que Houston le dio, al ser ésta la única parada pactada para los Rockets en OKC en toda la temporada regular.

"Ellos lucen bastante bien", dijo Harden, cuando alguien le preguntó esta vez que le ponga un puntaje al equipo que sintió que no tenía el dinero para conservarlo en su alineación.

Dijo Sampson: "creo que él tenía que experimentar esto. Algunas veces simplemente tienes que pasar el momento. La próxima vez que él venga aquí no será su primera vez.

"James es un tipo duro, no me preocupo por él".

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