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Defraudaron los dos

Los jugadores de São Paulo se retiran disconformes de la cancha al finalizar 0 a 0 frente a Tigre, en La Bombonera. Se define la semana que viene en Brasil Getty Images

BUENOS AIRES -- Queridos lectores, voy a emitir una afirmación sobre la cual no puedo estar muy errado: San Pablo no es un gran equipo y Tigre se perdió una oportunidad inmejorable de ganar la Copa Sudamericana. El castigo es bien merecido para ambos. Unos dirán que exagero, pero yo creo que soy bastante piadoso.

Especialmente después de haberme comido el fiasco de este miércoles protagonizado por Tigre y San Pablo. ¿Fue esto un partido de fútbol? ¿Cuál de los dos jugó peor?

Yo creo que el San Pablo, se parece muy poco a un equipo de Brasil. No tiene juego, ni dinámica, ni orden. Es más, corren porque le grita el técnico más que por otra cosa. Todo en este equipo pasa por el talento de Luis Fabiano.

Francamente Tigre tampoco tiene mucho para ofrecer. El equipo de Victoria dirigido por el Pipo Gorosito, es un equipo limitado con el juego cruzado y dependiente mucho de su jugador estrella Ezequiel Maggiolo. Es poco, muy poco. Lo mismo le sucedió al San Pablo, perdida su estrella (Luis Fabiano expulsado), no tuvo nada más para ofrecerle al espectáculo.

Pero más allá de las trabas que ponga el rival para contenerlos. El gran enemigo de ambos equipos, fueron ellos mismos y su asombrosa cantidad de fallas de toda índole.

A equipos mediocres, resultados deformes, dice el refrán. Y digo más, el empate en cero es mucho para lo poco que hicieron en líneas generales.

De todos modos, más allá del pobre espectáculo, es asombroso como el hincha de la Boca se acercó a las inmediaciones de su estadio a ver cómo jugaba Tigre. Por supuesto, sentados frente al televisor los habitantes de La Boca alentaban a un Tigre demasiado manso. La fiereza del tigre no está en sus garras sino en su corazón, dice Baudelaire y algo de razón tiene el poeta francés.

Al equipo de Victoria le faltó actitud y dejó pasar una oportunidad de oro. Ahora deberá ir a jugar al Morumbí, frente a un San Pablo defectuoso, pero agrandado de local.

La historia tira para los brasileños, pero este equipo es tan poco representativo que no asusta. ¿Será el primer equipo brasileño que se corona campeón empatando todos sus cotejos finales?

Es tan difícil verlo al San Pablo jugar bien y ganar. Ante equipos tan mediocres uno se pregunta si no habrá una forma de declarar el título desierto.

Tigre o San Pablo, equipos que tienen muchísimo para mejorar se verán las caras en San Pablo, cualquiera de los dos podrá ganar. No hay un favorito, a menos que los hinchas brasileños crean que este equipo juega bien.

Tigre dejó pasar una oportunidad y San Pablo es un equipo que carece de fantasía para ganar una final. ¿Cuál de los dos será? Son casi lo mismo.