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Independiente está en la cornisa

BUENOS AIRES -- Sin ánimos para la exageración, podemos decir que Independiente vive el peor momento de su historia. Sumido en una difícil crisis futbolística, abandonado en su representatividad y casi sin identidad deportiva, el equipo de Américo Gallego no tiene suficientes fuerzas para salir de este duro trance.

Y no saldrá si no intervenimos los hinchas de cierta forma. Solo el hincha común, aquel que ama a Independiente salvará al club no solo de su descenso, sino de su hipotética desaparición. Y ya lo dije, no exagero, muchachos.

El Rojo, el querido y admirado Diablo de Avellaneda, aquel club que tantas alegrías le dio al país y enalteció al fútbol rioplatense, hoy está casi al borde de su destrucción. Como hinchas, no podemos obviar que hay gente que quiere que Independiente desaparezca, se vaya al descenso y no regrese más.

Dirigentes que se han enriquecido con el club y han hecho de la camiseta y de la compra y venta de jugadores un negocio personal.
Todo esto sucedió en los últimos tiempos. Y este presente no debería sorprender a nadie.

Independiente está ahora sí, acorralado. Aguantó durante mucho tiempo a los mosquitos que le chupaban la sangre, estoicamente resistía. Ya no puede mas. Los hinchas tampoco podemos más.

Casi noqueado, al borde del descenso, sin pasión, nuestro Diablo es una caricature de sí mismo.

Ante semejante situación y como hincha de Independiente, me pregunto "qué hacer?"

En principio sugiero a los hinchas no insultar mas a los jugadores, dejarlos en paz. No meterles más presión de la que tienen. Gallego, un tipo inteligente, llamó a la reflexión muchas veces, pide por favor que no le faltemos el respeto a la camiseta. No es una cuestión exitista, ni acomodaticia a los tiempos que vivimos, simplemente no hay que perder el respeto y el afecto en los momentos duros.

El Diablo nos necesita a todos. La virtud del hincha debe ser el aliento pero jamás puede ser el insulto.

Responsabilizar a los jugadores de esta situación es una canallada. Los jugadores son ante todo trabajadores y no pueden ser responsables más que de su trabajo.

Pensar que porque vamos a ganar dos partidos, e inclusive si ganamos un campeonato, se van a solucionar los problemas es una estupidez.

Independiente tiene una enfermedad jodida. Y no se soluciona simplemente ganando partidos.

Recordemos que ganamos una Copa Sudamericana hace poco y nada cambió.

El domingo, en nuestro estadio, el equipo de Gallego, apenas alcanzó a empatar con un Colon que no tiene mucho. Y como bien cantaban los hinchas, estamos jugando ante un rival sin tanta jerarquía. El hincha tiene derecho a sentirse defraudado, pero no tiene derecho a insultar para que las cosas se compliquen. 2 a 2, fue el resultado, nada grave, un empate que sonó a derrota. Pero es más de lo mismo.

Independiente es un fiel reflejo de lo que sucede en el fútbol argentino. No sé cómo vamos a afrontar el próximo torneo. No sé cuál sera el destino de un club que le dio tanto al deporte nacional.

La situación es complica, pero como hincha no pienso insultar a nadie. Me gustaría ver a los verdaderos responsables.