Gustavo Goitía 11y

Federer no pudo con Del Potro

TIGRE -- Cuánta emoción en los rostros, de niños, de jóvenes y de gente adulta también. La presencia de Roger Federer conmovió a todos los fanáticos que se acercaron el estadio Pipa Tigre, en las afueras de Buenos Aires, para gozar de su primer partido en suelo argentino. El suizo, en la primera de dos exhibiciones, perdió con Juan Martín del Potro por 3-6, 6-3 y 6-4 y dejó satisfechos a los casi 20.000 espectadores que deliraron con su tenis agresivo, su calidad y ese don de buena gente que muestra a cada paso, en cada gesto. Los mismos fans que sufrieron con el problema que se vivió en una tribuna y hasta puso en riesgo la realización del choque. Sí, una vergüenza, al borde de un hecho casi inédito.

El famoso 12/12/12 se hizo realidad y fue alegría general para los simpatizantes, que hicieron sentir local a Federer y visitante, sin dudas, a Del Potro. El suizo, hombre récord del tenis, considerado por la mayoría el mejor de la historia, jugó muy bien desde el comienzo pero luego decayó un poco y a la vez creció el argentino, quien se dio el gusto de vencer al europeo en un duelo de top-ten, en una noche que pudo ser de felicidad plena pero tuvo momentos de incertidumbre y preocupación por el problema originado en una tribuna lateral.

El paso de Federer por Brasil, donde ganó dos de sus tres duelos, no tuvo este problema y espera que no se repita el sábado en Colombia, en la tercera y última escala de su primera gira por Sudamérica. La jornada, con sol, arrancó con el triunfo de José Luis Clerc frente a Guillermo Vilas por 6-2 y 6-1, en un "revival" del ex gran clásico albiceleste, y siguió con un tango bailado por Valeria Archimó e Iñaki Urlezaga. Allí llegó el momento de suma tensión de una noche tan esperada y a la vez controvertida.

Dos grampas de dos tablones se aflojaron y la gente, contenta y saltando a la espera de la salida del gran Roger, sintió en una platea lateral alta (la que da espaldas al ingreso al predio) que la tubular cedía. El público de ese sector vivió un miedo repentino, empezó a avisar a la organización y se fue corriendo hacia distintos lugares, dejando un vacío importante. Debió intervenir Defensa Civil y los Bomberos de Tigre para comprobar, tras más de 40 minutos, que las gradas cercanas a las afectadas estaban en condiciones para que el plato fuerte del espectáculo pudiera arrancar.

Así y todo, esa zona lateral alta debió quedar vacía, con la protección de tres encargados de la seguridad, ubicados cuidando que ninguna persona volviera a ocupar esa franja. Esas 182 personas damnificadas fueron reubicadas en distintos lugares del estadio. Ricardo Saint Jean, el abogado de Imagen Deportiva, la empresa organizadora a cargo de Guillermo Marín, le explicó a un grupo de periodistas, incluido ESPNtenis.com, que "hubo riesgo de suspensión del partido, vivimos un momento muy feo". Además, agregó que esos hinchas serán invitados especiales al partido del jueves, a modo de recompensa por lo sufrido.

Escribanos y abogados participaron ante el inminente peligro de que cediera realmente la tribuna y se desatara un caos tremendo. Hubo insultos hacia la organización, algunos se tomaron a golpes de puño y, en el medio, la seguridad detuvo a un espectador joven que quiso aprovechar la situación para adueñarse de lo ajeno. Ese ladrón fue detenido y se quedó, está claro, sin presenciar a Federer y a Del Potro. Al fin de cuentas, seguramente fue el único que no se llegó hasta Tigre para disfrutar de la primera de las dos exhibiciones del año en Argentina.

Una pena la situación vivida, sin dudas. Una imagen que esperemos no se repita. En medio del retraso, que se extendió finalmente por una hora y media, hubo mensajes de aliento, saludos de grandes del deporte argentino a través de dos pantallas ubicadas en dos codos del nuevo estadio, especialmente construido para esta ocasión de lujo. Diego Maradona, Guillermo Vilas, Gabriela Sabatini, Emanuel Ginóbili y Luciana Aymar, referentes de primera línea, felicitaron al suizo y le agradecieron su visita al país. Los minutos corrían y la gente, al fin de cuentas, ya sólo quería que el plato fuerte comenzara. Y el sueño de muchos se hizo realidad, tras una espera tan larga como llena de tensión y confusión.

Banderas suizas, algunas argentinas e inclusive una uruguaya le dieron color a la noche calurosa. La primera gran explosión del público se dio cuando Federer pisó la cancha rápida verde. Con gritos como "Gracias por venir, Roger" y "Dibuje, genio", los fans le hicieron saber, más allá de que no entienda el español, la calidez y la idolatría. Y Del Potro fue el "visitante" de la jornada, alentado de a ratos, siendo consciente de que la estrella era su rival y no justamente él. De hecho, en un instante del primer set un hombre le gritó, tras un drop ganador del tandilense, "A vos también te queremos, Juan". Y "Delpo" lo miró y le hizo el típico gesto de "ok".

En cuanto a lo mostrado en el rectángulo de juego, el argentino mejoró desde el fondo en el segundo parcial y extendió la lucha y la emoción. Con casi 200 espectadores incómodos y enojados, porque pagaron entradas costosas para terminar viendo todo el encuentro parados y en las salidas de algunas bocas laterales, el tenis de alto vuelo, con algunos lujos y con muy buena onda por parte de ambos, desembocó en el tercer set.

Se mostró un poco más preciso del Del Potro, el actual N° 7 del mundo, ante Federer, el ex rey y hoy 2°, y así el dueño de casa, el mismo que cumplió el papel secundario, fue finalmente el ganador de este choque tan esperado. Fue la ocasión para gozar con la calidad de un visitante de lujo, el mismo que este año, ahora con 31, quebró varios récords, como el de permanencia en la cima del ranking de la ATP, ya que Federer alcanzó a estar 302 semanas en la cima. Además, conquistó por 7ª vez la corona de Wimbledon, igualando otra marca histórica.

Alentado por la gente, Federer, el hombre récord en títulos de Grand Slam, con 17, se dio el placer de jugar contra Del Potro el partido con más público en suelo argentino. Se había anunciado una capacidad exacta de 19.756 espectadores, pero seguro hubo un poco más. Realmente, no le interesó demasiado a los presente quién ganó el choque en el estadio Pipa Tigre. Es más: seguramente no le importó. La novedad pasó por el hecho de ver en persona al considerado más grande de todos los tiempos. El que buscará mañana, en el mismo escenario, la revancha. Ojalá se viva una noche emotiva y sin zozobras.

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