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En crisis

BUENOS AIRES -- ¿Estamos o no estamos en crisis? ¿Jugamos bien o jugamos mal? Ese es el gran interrogante de este verano, sobre todo si los cuestionados son los jovencitos de menos de veinte de nuestro seleccionado nacional.

¿De qué cornos estoy hablando y por qué tanto dramatismo? No es para menos, el seleccionado argentino sub 20 dirigido por Marcelo Trobbiani perdió ante su similar de Paraguay por 2 a 1. Está al borde de la eliminación. (Si pierde su próximo partido, solo un milagro podrá salvarlo de una clasificación).

Que no sorprenda a nadie el flojo rendimiento de este equipo: es apenas una muestra de lo que sucede a nivel selecciones. El fútbol argentino está en crisis, si el futuro juega así, sencillamente no tendremos futuro.

La selección argentina joven, ayer jugó ante un tibio y limitadísimo equipo paraguayo que hizo temblar (¡sí!, leyeron bien temblar, a medio equipo argentino). Paraguay que es un equipo ganable por todos lados, que juega al contragolpe muy tibiamente. Aun así, con tantas limitaciones, le dio cátedra de fútbol a una Argentina malísima.

Adrián Centurión, Luciano Vietto y Alan Ruiz, supuestamente los magos de este equipo, abusaron de la gambeta sin llegar a ningún lado. El equipo se mostró muy deslucido, con todos corriendo hacia adelante a la vez, no tiene conductor ni nadie que piense, pare la pelota o haga un cambio de frente.

Iturbe, la gran esperanza de este equipo, prácticamente no tocó la pelota. Como sea, Argentina perdió en el debut ante Chile y anoche ante Paraguay. Los goles de Paraguay los marcaron Derlis y Dominguez con mucha ayuda de la defensa argentina.

¿Qué hacer? Ante un equipo de jóvenes que debería dedicarse a jugar con alegría, sin presiones, desarrollando su imaginación, uno se encuentra ante un enigma cuando los ve jugar. No hacen nada de eso.

Con todos los tics y los vicios de los profesionales incorporados, estos chicos han perdido la "angelicalidad" de jugar al fútbol para divertirse (algo propio de cualquier disciplina de su edad). Hay que reflexionar, recuperar el amor por el fútbol, por la gambeta inteligente, por el espíritu de ir a ganar los partidos con total limpieza.

En estos tiempos de vacas flacas del fútbol actual de nuestro país, uno piensa que los jóvenes nos van a salvar. ¡Que regrese la risa a la boca de los jóvenes!

Los argentinos estamos acostumbrados ha seleccionados juveniles memorables. Desde el juvenil del 79 en adelante ha habido grandes ejemplos, muchísimos. Sin embargo este equipo de Trobbiani parece no encontrarle la vuelta al estilo de juego.

Es alarmante. No se trata de ganar o perder, se trata de encontrar un estilo, una forma, una identidad, una forma de jugar a algo. Con tantos talentos, Argentinita no juega a nada.

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