Un pequeño, pero pimientoso jugador llamado Octavio Rojas fue firmado en Cuba por los Rojos de Cincinnati en 1956 y seis años después debutaba en las mayores como el segunda base titular de esta organización bajo el sobrenombre de "Cookie", pues los escritores de la época lo confundieron con su apodo familiar "Cuqui".
Desde su debut a sus 23 años, Rojas no fue un jugador de gran impacto, de hecho fue cambiado a los Filis para la temporada 1963 y un año más tarde se convertiría en un jugador de todos los días en cualquier posición requerida.
Pero su valor radicaba en la consistencia en cualquier rol, como jardinero o en el cuadro, en el tope o en el fondo de la alineación.
Rojas lideró a los Filis en 1964 con promedio de .303 y asistió al primero de sus cinco Juegos de Estrellas.
En 1969 fue incluido en un mega cambio que lo llevó a los Cardenales de San Luis y en el medio de la temporada fue enviado a los Reales de Kansas City, donde permanecería durante siete temporadas liderando la liga en fildeo entre intermedistas en 1971 y 1974.
"Cookie" hizo el equipo de estrellas por cuatro años consecutivos, conectando cuadrangular en la edición de 1972 convirtiéndose en el primer jugador latinoamericano con un vuelacerca para la Liga Americana.
Su nombre fue uno de los primeros íconos de la joven franquicia de Kansas City hasta su retiro en 1977 a sus 38 años tras 16 temporadas.
Siempre fue catalogado como un jugador de suma inteligencia y por eso su versatilidad en el terreno.
De ahí comenzó una exitosa carrera como coach, mánager, scout y analista de béisbol para televisión.