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Los mismos de siempre

Matt Ryan no pudo guiar a los Atlanta Falcons hasta el triunfo cuando más lo necesitaban. AP

ATLANTA – Estaba Arthur Blank abrazando a Mike Smith y ofreciendo sus condolencias. Estaba Smith abrazando a Thomas Dimitroff, sin decir demasiado sobre nada. Estaban hombres adultos, como el caso de Tony Gonzalez y Todd McClure, llorando.

Hasta Roddy White, usualmente uno de los líderes más vocales de los Atlanta Falcons, estaba a punto de quedarse sin habla.

Es lo que sucede cuando un equipo conocido por su inhabilidad por ganar partidos grandes, pierde en el más grande a la fecha.

Esta fue la escena después de que los Falcons cayeron en el Juego de Campeonato de la NFC ante los San Francisco 49ers, por 28-24, en el Georgia Dome este domingo.

"Jugamos bien", explicó Blank, propietario de los Falcons, mientras un grupo de miembros de su familia y amigos esperaban para escuchar las palabras de Smith, el entrenador en jefe, ante los medios. "Casi..."

A la voz de Blank siguió el silencio, y el usualmente elocuente hombre quedó envuelto en una expresión de tristeza. Después de que Smith habló con los medios, él y Blank intercambiaron un abrazo, y luego Smith hizo lo mismo con Dimitroff, el gerente general.

Pero las verdaderas lágrimas llegaron en el vestidor. Ahí es donde Gonzalez y McClure, los dos más veteranos, perdieron la compostura.

"juegas toda tu carrera...", dijo McClure, el cento, antes de romper en llanto y guardar silencio por unos 20 segundos.

"Juegas toda tu carrera", continuó eventualmente McClure, "para llegar a este punto, y quedarse cortos es difícil".

Al otro lado del vestidor, Gonzalez, el ala cerrada veterano, estaba diciendo básicamente lo mismo, también llorando. Algunas de las lágrimas de Gonzalez podrían haber llegado porque está bastante seguro de que se retirará después de una trayectoria de 16 campañas. But there also is little doubt he was crying due to the way the Falcons lost the game.

Como Gonzalez dijo que probablemente se retirará, McClure dijo que quiere jugar otra temporada. Pero, luego lo sucedido el domingo, siento que Gonzalez y McClure podrían regresar otros 10 o 20 años y los Falcons todavía no serían capaces de meterse al Super Bowl, a menos que llegaran cambios dramáticos.

Las tres derrotas previas de playoffs durante la era de Smith y del mariscal de campo Matt Ryan, fueron malas, pero esta fue horrible.

En esta quedó de manifiesto, justo cuando parecía que los Falcons iban a dar la vuelta a la esquina y mostrar al mundo que realmente no se desmoronaban en postemporada, que es precisamente quienes son.

No escuché a un sólo entrenador o jugador tratar de minimizar la derrota, y eso es adecuado, porque realmente no hay manera de justificarla.

Los Falcons se pusieron adelante por 17-0, y los empleados en el Louis Armstrong International Airport de New Orleans probablemente se estaban preparando con huevos para recibir al equipo para el Super Bowl XLVII.

En lugar de eso, los Falcons rápidamente se vinieron abajo. Dejaron a los 49ers volver a meterse en el partido antes del medio tiempo. Luego, se cayeron por completo en la segunda mitad. Hubo dos entregas de balón, dos costosos fouls personales, y hasta Ryan, el supuesto maestro de las remontadas, no pudo maquilar el milagro de meter a los Falcons en las diagonales, pese a que estaban a 10 yardas de las diagonales, con poco más de un minuto por jugar.

"Es complicado cuando estás [a 10] yardas del Super Bowl", dijo White en lo que posiblemente fue su única cita utilizable del día.

Hubo muchas citas imposibles de utilizar en el vestuario, y las profanidades, generadas por la frustración, fueron abundantes.

Los Falcons tienen motivos para estar furiosos. Fue su mejor oportunidad para disputar el primer Super Bowl de la franquicia desde la campaña del 1998.

En lugar de eso, despilfarraron una temporada de 13-3 y el beneficio de ser sembrado primero en la NFC por segunda vez en tres años.

Para todo lo bueno que hicieron los Falcons en la temporada --y al menos obtuvieron un triunfo de postemporada la semana pasada ante los Seattle Seahawks la semana pasada-- siguen en el mismo sitio donde estaban al comienzo de la campaña. Y el inicio de la campaña anterior.

Adelante, pueden seguir elevando las mismas interrogantes y críticas de siempre.

Smith es demasiado amable como para ganar los partidos grandes. Ryan puede ganar en la temporada regular, pero no cuando más importa.

Todo es válido. De hecho, ahora los Falcons se han ganado el derecho de ser cuestionados y criticados desde hoy hasta el día en que ganen un Super Bowl, si es que lo consiguen alguna vez.

Culpen a los entrenadores y culpen a Ryan. Los Falcons anotaron 24 puntos en la primera mitad, y cero en la segunda. Ryan perdió el balón en un centro de la formación escopeta y tiró una intercepción. Un equipo que se enorgullece de no cometer errores hizo muchos de ellos. Hubo dos castigos personales y varias fallas a la defensiva.

No olvidemos lo que pudo haber sido la falla más grande de todas.

"Cubrir al ala cerrada", explicó Smith. "El ala cerrada fue un problema".

El ala cerrada --Vernon Davis, quien finalizó con cinco atrapadas para 106 yardas-- fue factor, sobre todo porque los Falcons inexplicablemente no se molestaron en cubrirlo.

Pero vamos a olvidarnos por ahora de los errores individuales, Es tiempo de empezar a preguntarnos si hay un problema sistémico con los Falcons. ¿Existe algún tipo de falla inherente a su personal, con el modo en que los Falcons hacen las cosas?

Han contado con todo: una tonelada de talento, una increíblemente ruidosa afición local, y una amplia ventaja al inicio.

Aún así, los Falcons han desperdiciado otra oportunidad de postemporada. Después de todo lo que se habló sobre cómo --esta vez-- el equipo era realmente diferente, sucede que los Falcons son los mismos Falcons de siempre.