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Federer y Murray, a semifinales

MELBOURNE -- De nuevo, Federer. Siempre Federer. Por más que se repita, no deja de suceder. En un emotivo partido, que duró poco más de tres horas y media, el suizo (2°) se impuso al francés Jo-Wilfried Tsonga (7°) por 7-6 (4), 4-6, 7-6 (4), 3-6 y 6-3 y se clasificó a las semifinales del Abierto de Australia por décimo año de manera consecutiva. Impactante. Su próximo rival será el escocés Andy Murray, tercer favorito, que sacó en sets corridos al francés Jeremy Chardy.

Yendo al artido que cerró la décima jornada en Melbourne, Federer mandó una señal de arranque. Quiebre en el primer game. Parecía estar decidido a llevarse por delante al francés, como lo hizo ante todos sus rivales a lo largo del torneo. Pero Tsonga no estaba dispuesto a dejarse avasallar. Una volea exquisita, una tremenda devolución de derecha y un error no forzado del suizo para recuperar el break; y todo como en el inicio.

Con puntos de alto vuelo y una paridad absoluta la historia en el primer set se encaminó indefectiblemente hacia el tie-break. Ahí, nuevamente, volvió a pegar el número dos del mundo desde el vamos. Rápido mini-quiebre para jugar con mayor tranquilidad. No hubo reacción de Tsonga, séptimo favorito, y el 7-6 en la chapa fue para Federer.

La intensidad del duelo creció con el correr de los minutos. El francés dejaba en claro una vez más que, cuando está encendido, sus golpes hacen muchísimo daño. Su aceleración en la derecha y su juego ofensivo, las cartas para conseguir su segundo quiebre en el partido. Con solidez en el servicio, puso el 6-4 y marcó el primer set que se le iba de las manos al suizo en lo que va de Australia 2013.

El tercero, con muchas idas y vueltas. Los nervios y la ansiedad parecieron entrar de lleno en el encuentro, el duodécimo entre sí (8-3 la ventaja para Federer hasta hoy). Primero quebró el número dos del mundo, en el segundo game, y sacó una luz de ventaja, pero Tsonga respondió al instante y puso el 2-2. No obstante, otra rotura por lado. ¿Consecuencia? Nuevo tie-break, y nuevo festejo de Federer.

Y como era de esperar, Tsonga se jugó el resto. El francés, desde el 2-2, planteó un tenis muy agresivo y todo pasó por él. Logró un quiebre con determinación, pero no pudo mantenerlo en base a algunos errores. No bajó los brazos y continuó con la misma línea. Y tuvo sus frutos. Nueva rotura, que en esta ocasión no iba a desaprovechar. Game firme con su servicio, ace y al quinto set.

Cansados, ambos sabían que la primera diferencia iba a ser un duro golpe en lo anímico. Y fue Roger el que castigó. Tratando de hacer puntos cortos -en este game jugó su primer saque y red del partido- logró el preciado quiebre gracias a dos smash, una volea con top de derecha y un ataque con el revés. Y la tarea fue completada con un buen juego con su servicio. Un 4-1 que parecía decisivo.

Federer estuvo cerca de dar la estocada final, con un doble break-point, pero Tsonga dejó sobre la mesa que no se iba a dar por vencido fácilmente. Gran reacción para extender un poco más el partido, el más largo de ambos en este primer Grand Slam de la temporada. Pero el suizo fue el que salió a buscar el cierre y lo terminó logrando, no sin antes momentos de emotividad al máximo. En su quinto match-point -el primero con su servicio- recién pudo levantar los brazos y celebrar un nuevo triunfo.

Por su parte, el escocés Andy Murray, tercer favorito, no dio opción al francés Jeremy Chardy, una de las revelaciones del Abierto de Australia, y se impuso por 6-4, 6-1 y 6-2, en una hora y 51 minutos.

Murray, que había caído con el jugador galo la última vez que se enfrentaron, el pasado año en Cincinnati, no tuvo problemas para sacar adelante el enfrentamiento, poner el historial 5-1 y volver a la semifinal de Melbourne por cuarto año consecutivo.

El escocés, quien aún no perdió sets en lo que va del certamen, tuvo su mayor virtud en la devolución. El número tres del mundo aprovechó la poca efectividad de su rival con el segundo saque y le quebró el servicio en ocho oportunidades.

Ahora el escocés, campeón del Abierto de Estados Unidos y medalla de oro en los últimos Juegos Olímpicos, en Londres 2012, buscará ahora regresar a la final de Australia, donde ya estuvo en el 2010 y 2011. En ambas sin éxito.

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