MELBOURNE -- La bielorrusa Victoria Azarenka remarcó que sintió que no podía respirar y que sufrió dolores en pecho, como si le estuviera "dando un ataque al corazón", cuando ganaba por 6-1 y 5-4 ante la estadounidense Sloane Stephens. Fue atendida en el vestuario por diez minutos, volvió al Rod Laver Arena y cerró el partido para avanzar a la final.
Fue todo muy confuso. La número uno del mundo acababa de perder cinco match-point y, luego, su servicio. La joven Stephens, de 19 años y vencedora de Serena Williams en cuartos de final, soñaba con una nueva histórica remontada, pero ocurrió lo impensado.
Azarenka pidió asistencia médica y la duda sobrevoló en el Rod Laver Arena porque nadie sabía lo que sucedía en el vestuario, hacia donde fue llevada la bielorrusa para recibir tratamiento.
"Casi cometí lo que pudo ser el error del año, con 5-3 y teniendo muchas oportunidades para cerrar el partido. Me sentí algo ansiosa porque me di cuenta que estaba a solo un paso de la final y los nervios me atenazaron", dijo la defensora del título a pie de pista.
"No podía respirar, tenía dolores en el pecho. Es como si me estuviera dando un ataque al corazón", matizó después Azarenka para reforzar su decisión de salir al vestuario.
Stephens, por su parte, comentó que esa interrupción no le afectó demasiado. "Sucedió después, ya ha pasado en otras ocasiones con otras jugadoras. No me afectó".