Adam Schefter 11y

Kaepernick no verá grandes cifras

BRISTOL -- El mariscal de campo de los San Francisco 49ers, Colin Kaepernick, ha encontrado huecos en las defensivas rivales y en el acuerdo colectivo de trabajo (ACT).

Gracias al acuerdo que la NFL y la NFLPA negociaron en julio de 2011, lo que San Francisco le paga a Kaepernick para llevar al equipo al Super Bowl XLVII es un robo; y los Seattle Seahawks le están pagando aún menos al mariscal de campo Russell Wilson, quien llevó al club a la Ronda Divisional y armó a la franquicia para la próxima década.

Podrá no haber dos atletas en cualquier deporte tan mal pagados como Kaepernick y Wilson, dos mariscales de campo de la NFC Oeste que se perfilan para chocar en los próximos años. Sus salarios son ridiculeces estratosféricas. Es un robo, casi criminal.

A 60 minutos de un campeonato mundial, Kaepernick está terminando el segundo de los cuatro años en su contrato por 5.12 millones de dólares, que vale unos 3 millones menos de forma global en relación a lo que ganará Mark Sanchez de los New York Jets el próximo año.

Aún así, Kaepernick no tiene salida. Está amarrado al trato hasta después de la temporada de 2013.

El trato de Wilson es aún más deslumbrante. Firmó un contrato de cuatro años, 2.99 millones de dólares que vale 6 millones menos en total de lo que ganará Kevin Kolb la próxima campaña con los Arizona Cardinals.

Al igual que Kaepernick, Wilson no tiene salida. Está obligado al trato hasta después de 2014, pese a ser llamado al Pro Bowl esta semana y mostrando que puede jugar por muchos años.

Estos dos contratos exponen una de las mayores debilidades en el ACT para los jugadores y uno de los puntos más fuertes para los dueños. Los jugadores jóvenes de la NFL no tienen opción más que aguantarse por tres años, aún si juegan al nivel que Kaepernick y Wilson lo han hecho. Mientras tanto, los dueños de la NFL logran construir barato a través del draft y poseen los derechos de los jugadores por cinco o seis años, sin la amenaza de arbitrio que tiene la Major League Baseball.

Es por esto que los buenos reclutas y selecciones de draft son más valiosas ahora que nunca. La NFL nunca ha visto buen trabajo tan barato por tanto tiempo.

Cómo llega la liga a este punto es muy fácil de entender. Durante las negociaciones más recientes del ACT, vimos las consecuencias contra los tratos extravagantes dados a selecciones altas del draft en años pasados, cuando un jugador como el ex N° 1 global, JaMarcus Russell se fue con 32 millones de dólares asegurados. Tanta atención se le dio al asunto, que los novatos destacados bajo el nuevo ACT a 10 años están siendo castigados. Debido a Russell, Kaeoernick y Wilson son mal pagados.

No hay indulto, ni oportunidad de cobrar hasta que un jugador le ha dado tres temporadas a un equipo. Para entonces, algunos corredores, como Alfred Morris, ya tendrá mucho kilometraje, y mientras todos se preparan para el Super Bowl XLVII, las líneas de historia que sigan serán distintas al pasado.

Los jugadores jóvenes como Kaepernick, quienes ayudaron a llevar a su equipo al Super Bowl, no pueden demandar nuevos contratos de la forma que parecía usual en el pasado. Solía ser así: Jugador lleva al equipo al Super Bowl, jugador exige nuevo contrato, equipo recompensa al jugador por ayudarlos, se concreta el nuevo trato.

Pero eso era lo clásico. La nueva escuela es la última forma de detener jugadores jóvenes destacados. El ACT encarcela sus contratos por tres años y avienta la llave, sin posibilidad de libertad bajo palabra.

Sería mucho más equitativo si ciertos derechos se emitieran para ejemplos extremos; jugadores que deslumbren sus expectativas. Sería difícil definir qué nivel de juego es ese, pero basta decir que cualquiera lo sabría. Cualquier jugador que ayude a llevar a un equipo al Super Bowl en su segund año, como lo ha hecho Kaepernick, o va al Pro Bowl en su primer año, como lo hará Wilson, merece una recompensa, al menos más de lo que ofrece su contrato actual de novato.

Hasta que se ajusten las reglas, los jugadores continuarán siendo maltratados; y luego de ver a Kaepernick y Wilson esta temporada y ver cuánto ganarán en futuras temporadas, una verdad es evidente: Los huecos en el ACT son mucho más grandes de lo que cualquiera de ellos encontrará en las defensas rivales.

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