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Las barras salieron separadas

MENDOZA -- Las barras bravas de River y Boca, que estuvieron en el foco de la atención en la previa del Superclásico ante posibles enfrentamientos, abandonaron el miércoles sin inconvenientes la ciudad de Mendoza rumbo a Buenos Aires, en medio de una fuerte custodia policial.

La barra de River, apodada "Los borrachos del tablón", emprendió el regreso en la madrugada, luego del encuentro que ganaron los xeneizes por penales tras el 0-0 en los 90 minutos.

En tanto, por decisión de la policía provincial, el grupo de hinchas de Boca que lidera Mauro Martín debió aguardar hasta esta mañana para evitar un posible cruce con los simpatizantes rivales.

Ambas parcialidades fueron acompañadas en gran parte del trayecto por la ruta 7, que es la que comunica a Mendoza con las provincias de San Luis, Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires.
Pero lo que más preocupaba a las fuerzas de seguridad era la posibilidad de que arriben a la capital provincial las dos facciones de la barra brava de Boca, lideradas por Martín -la oficial- y por Rafael Di Zeo -la que pretende hacerse nuevamente del poder- y se produjera un enfrentamiento.

Sin embargo, y pese a las previsiones de la policía mendocina, el grupo de Di Zeo no fue a Mendoza, por lo que la barra oficial ocupó el centro de la tribuna.

En el primer Superclásico del año, en Mar del Plata, fue la facción de Di Zeo la que, por haber llegado primero a la ciudad, ingresó al estadio y ocupó ese lugar.

El único incidente se produjo en la previa del encuentro, cuando un grupo de hinchas de Boca arrojó piedras y rompió algunos vidrios del ómnibus que trasladaba a los jugadores y al cuerpo técnico de River, provocando una pequeña herida al delantero Carlos Luna.

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