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Berdych agigantó su figura en Davis

GINEBRA -- El camino de Tomas Berdych en Copa Davis se sigue escribiendo con mayúsculas. El N°6 del mundo volvió a tener una eliminatoria redonda, ganó sus tres puntos y lideró en Suiza a una República Checa que, sin el lesionado Radek Stepanek, comenzó con éxito la defensa del título obtenido en 2012. De yapa, el finalista de Wimbledon 2010 protagonizó el partido más largo en la historia del torneo, donde, claro, terminó celebrando. Postales de un inolvidable paso por Ginebra que erigieron a Berdych como la gran figura de la primera ronda.

El checo llegaba al debut de 2013 tras un impecable 2012 copero, donde registró diez victorias y solo una derrota, en la final ante España, a manos de un intratable David Ferrer. En esa seguidilla, Berdych fue vital en cuartos (frente a Italia) y en semis (ante Argentina), consiguiendo de su mano los tres puntos necesarios para ganar la serie. En total, acumula 41 triunfos y 13 caídas, con 25 nominaciones por su país. Números que le valieron el "Premio al Compromiso" que entrega la ITF y que explican cómo República Checa logró alzar la primera Copa Davis de su historia.

"Fue una alegría increíble, porque año tras año nos íbamos acercando y finalmente la ganamos", recordaba Berdych sobre el título, ya en la previa del choque con Suiza. "De todas maneras -agregaba-, sabemos que ahora empezamos de nuevo de cero y necesitamos mantener la concentración". Palabras con pulso de líder, un rol asumido y asimilado hace tiempo, pero que cobraban otra relevancia con la baja de Stepanek, de visitante, y ante la aparición de un Lukas Rosol que en Copa Davis disputaba sus primeros partidos "por los puntos".

En la pista, el N°6 del mundo respaldó esa postura con autoridad. En el primer día de acción, venció con oficio a Henri Laaksonen por 6-3, 6-2, 6-7 (5) y 6-1 para dejar el cruce en tablas después de la caída de Rosol a manos de Stanislas Wawrinka.

El sábado, saltó a la cancha para el dobles y allí permaneció por siete horas. Sí, junto al propio Rosol, Wawrinka y Chiudinelli estelarizaron el choque más emotivo del fin de semana, que continuaba mientras los otros comenzaban y terminaban y que con el pasar de los games y los minutos iba rompiendo récord tras récord.

"Nunca jugué tanto tiempo al tenis en mi vida. No solo en un partido oficial. Se siente muy bien. Es algo diferente, una experiencia nueva, pero al final del día lo que importa es que ganamos el punto", le relató al sitio oficial de la Copa Davis. "Uno se cansa de una manera diferente que en singles. Además nosotros no somos doblistas, no estamos acostumbrados a este ritmo de juego", completó.

Así y todo, solo 15 horas después del maratónico 2-1 que entre la adrenalina posterior y el tratamiento de recuperación lo mantuvo en vilo hasta las dos de la mañana, Berdych volvió a la pista para el cuarto punto, el habitual duelo de los N°1. Y una vez más, el checo estuvo a la altura de las circunstancias. 6-3, 6-4, 3-6 y 7-6 (5) sobre Wawrinka, en tres horas y 15 minutos, para liquidar la serie a lo campeón.

"No es precisamente uno de los jugadores a los que me guste enfrentar, es un rival muy difícil, pero al mismo tiempo puedo decir que este fue mi mejor partido ante él", contempló tras el choque del domingo. El suizo se había llevado los últimos tres enfrentamientos entre ambos, en un historial que ahora quedó igualado en cinco.

"Esto es increíble. Se dio el escenario perfecto", repetía tras la clasificación. No había lugar para el cansancio y el agotamiento que luego lo marginarían de Montpellier por una dolencia en la muñeca derecha. Será tiempo, entonces, de descansar y grabar en la mente una excursión consagratoria -una más- por suelo helvético: "Uno juega al tenis por estas cosas, por los recuerdos. Es algo que nadie te puede robar. Y lo que se vive en la Copa Davis no lo encontrás todas las semanas en el circuito. Es lo que me mantiene con ganas de jugar este torneo".

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