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Rami alberga alguna esperanza

MADRID -- Tiene suerte el Valencia de no haber perdido la eliminatoria de octavos en la ida. El PSG ganó 1-2 en Mestalla en un partido donde mereció golear a los valencianistas. Los parisinos gozaron de ocasiones clarísimas como para haber sellado su pase a cuartos de final.

El Valencia apenas opuso resistencia, sobre todo en la primera mitad, donde como dijo su técnico Valverde "hemos estado muy cándidos". Quitando los nueve primeros minutos el resto fue un dominio absoluto del PSG. El Valencia tocaba sin ningún sentido mientras que el rival machaba a las contras con dos futbolistas como Moura y Lavezzi que estuvieron sensacionales

Valverde modificó el equipo tras el descanso. Dejó en el vestuario a un Jonas intrascendente y a Banega que tampoco hizo muchas cosas. Su lugar fue tomado por Canales y Valdez. Sin hacer nada excepcional ambos pusieron más garra a un Valencia que, sin embargo, atrás siguió ofreciendo muchas dudas.

En esa segunda parte con un Valencia más volcado al ataque aparecieron más huecos. La eliminatoria estaba perdida y daba igual caer por dos que por tres. No fueron más goles porque emergió Guatia con varias acciones sobresalientes. Y también porque el árbitro echó un cable al anular un gol legal al PSG. Para entonces el público de Mestalla la emprendió con algunos jugadores y en especial con su presidente al que, como ya pasó contra el Real Madrid, le profirió cánticos pidiéndole que abandone el club.

Con la afición encendida por ver a su equipo superado ampliamente por el plantel de Carlo Ancelotti llegó el gol de la esperanza de Rami en el minuto 90 tras una falta botada por Tino Costa. Después vino la expulsión de Ibrahimovic en el 92. En la repetición de las imágenes parece quizá demasiado castigo.

Ahora el Valencia tendrá que ir a París a hacer como mínimo dos goles. La misión se presenta imposible si el juego transcurre como el de la ida. Pero como como dice el refranero español hasta el rabo todo es toro.