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Orgullo

ROMA -- Juventus regresó a jugar una fase final de la UEFA Champions League, tras una ausencia de cuatro años, y lo hizo de manera brillante, para ir a vencer en el estadio Celtic Park de Glasgow, de visita a prestigioso club escocés Celtic, y por encima lográndolo con una goleada por 3 a 0, fruto de los goles de Alessandro Matri, Claudio Marchisio y Mirko Vucinic.

Una performance realmente completa, porque la Vieja Señora lució una solidez defensiva impresionante, demostró coraje cuando supo resistir al mejor momento rival, sufriendo algo sobre el plano anímico pero arriesgando muy poco, y supo también mostrar buen fútbol, como demuestran los tres tantos anotados.
El resultado es prácticamente una hipoteca para el pase del turno, algo magnífico porque los bianconeri podrán permitirse mayor rotación en el match de regreso, cuidando sus mejores jugadores ya en vista de los cuartos de final.

FÚTBOL TOTAL
Lo de Juventus en Glasgow fue fútbol total, no en el sentido en el que se suele usar esa expresión, es decir el de un juego fino y exquisito que utiliza en la maniobra todos los componentes del equipo; sino, en el sentido más clásico y literario de la frase, osea que mostró todas las componentes del fútbol. Precisamos que mostró lo mejor de cada componente.

El resultado podría engañar, pero en realidad el partido fue realmente difícil para los italianos, motivo por el cual semejante triunfo tiene aún más valor. En efecto, desde el primer minuto los escoceses jugaron con un ritmo, una intensidad y un poder físico impresionantes, asfixiando a menudo la maniobra de Juventus, que precisó del mejor Pirlo para poder salir jugando como más le gusta.

Pero el conjunto de Turín supo golpear de inmediato, ya al tercer minuto, con un pelotazo largo muy bueno de Peluso para Matri, quien se demostró hábil en cortarlo afuera a Ambrose con el cuerpo y definir abajo de las piernas del portero. El balón entró antes de que un defensor despejara, pero ni el referí ni sus ayudantes se dieron cuenta. Por suerte, Marchisio llegaba con todo y sacudió un sablazo al arco: primero le dieron el gol a él luego (con la ayuda del "replay", ¡algo clamoroso!), con la excusa de que igual la Juve había anotado, la UEFA le dio el gol a Matri, como si el clamoroso yerro de los árbitros nunca hubiese existido.

Celtic reacción con gran orgullo y aumentó aún más la velocidad del juego pero, al mismo tiempo, supo mostrar algunas ideas muy interesantes, con movimientos constantes en los espacios cortos que tenían la misión de abrir pasillos en la granítica defensa visitante.

Lennon estudió muy bien la fase táctica, para equilibrar una cierta carencia técnica y de fantasía de sus jugadores, y sin dudas su planteo hubiese funcionado a maravilla, de no ser por la perfección de la línea defensiva del cuadro de Conte, en la que vale la pena subrayar la performance monumental de Cáceres.
El tema fue que a cada movida de los locales su rival respondía con una atención y una precisión técnicas envidiables, que frustraban cada esfuerzo realizado al fin de anotar.

A todo eso, la Vieja Señora supo como mostrar lo mejor que tiene a la hora de atacar, levantando su posición con tramas de juego precisas, rápidas y muy bonitas, si bien por todo el primer tiempo falló una cuantas contras que podía sin dudas administrar mejor.

SUPO SUFRIR
Como decíamos antes, el buen partido del local enfatiza el valor del éxito juventino, porque la verdad es que los italianos supieron también sufrir. Celtic tuvo un par de excelentes chances para igualar, todas llegadas desde la franjas (increíble la cantidad de centros que puso el conjunto anfitrión), pero un poco por mérito de la retaguardia visitante y otro poco por demérito de la delantera verde y blanca, al final el gol nunca llegó.
Al revés, a mediados de la segunda etapa, en el que era probablemente el mejor momento del cuadro de Lennon, el que sin dudas era el peor en la cancha en ese momento, Marchisio, puso la perfecta pincelada final con enganche y definición para terminar la obra maestra construida por todo el equipo y dibujada por una asistencia maravillosa de Matri.

La contra del 2 a 0, en efecto, fue maravillosa poro como corrió el cuadro bianconero, por la velocidad y la lucidez de los pases y por la calidad de los toques que la definieron. Un golazo que bien valía el sufrimiento de los minutos anteriores.

El 2 a 0 puso realmente en rodillas a los escoceses. No sobre el plano físico, porque siguieron corriendo con todo hasta el último segundo, pero seguramente sí en cuanto al aspecto mental. En efecto, Celtic empezó a jugar con mucha confusión y terminó por descubrirse demasiado, cosa que Juventus aprovechó con gran inteligencia para levantar su posición en la cancha y salir a buscar algún otro gol.

Las ocasiones fueron muchas, antes y después del 3 a 0 que llegó al 83º con una quirúrgica definición de Vucinic, en una jugada que nación gracias a la presión ofensiva de Padoín que frutó un balón recuperado en la trescuartos rival. Un tanto en puro estilo "Conte".

Así, el equipo italiano goleó y, como dicho, puso más que un pie en cuartos de final, puesto que a esta altura el match de regreso, que se disputará el próximo 6 de marzo en Turín, es prácticamente una formalidad y nada más.

Un resultado que enorgullece a todo el fútbol italiano y que nos recuerda la importancia para el Calcio de haber recuperado a la Vieja Señora entre los máximos protagonistas de la Serie A.

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