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El secreto de sus Ojitos

BUENOS AIRES -- Con el estreno previsto para el 13 de febrero, la película se presentaba como "el gran regreso". En la marquesina brillaba la imagen de Carlos Bianchi. La sala de La Bombonera, prácticamente llena. Pero algo falló.

Cuando el público esperaba el retorno triunfal del héroe al ámbito (Copa Libertadores) que lo catapultó al éxito, sucedió lo inesperado. Y el film pasó a llamarse: "El secreto de sus Ojitos".

No es un plagio de la historia dirigida por Juan José Campanella que ganó un Oscar. El secreto mejor guardado fue la inolvidable actuación del equipo de Enrique "Ojitos" Meza, que se impuso por 2-1 en el debut de ambos en el Grupo 1 del certamen continental.

UN TRIUNFO HISTÓRICO E INOBJETABLE
Sorprenderse con Toluca no implica menospreciar sus flamantes 96 años de historia o ignorar la calidad de algunos de sus futbolistas. Lo cierto es que los Diablos Rojos llegaban de tres derrotas seguidas en el torneo mexicano. "Es una crisis importante. No jugamos a nada", sentenció el propio Meza luego del 1-4 frente a Tigres de la UANL.

En un partido sin llegadas claras, a los 22, el Burrito Martínez abrió de taco para Lautaro Acosta y el argentino Novaretti lo bajó en el área. Santiago Silva cambió penal por gol, con un remate alto, y el guión de la película parecía encaminarse a los carriles esperados. Parecía nomás.

Cellay comenzó a sufrir cada vez más seguido a Edgar Benítez. Durmió el lateral derecho, el paraguayo la robó, mandó el centro atrás y Orion achicó ante el panameño Tejada. Un aviso. El fuerte remate de Martínez que encontró bien parado a Talavera fue lo poquito que hizo Boca en ese primer tiempo.

A los 5 del complemento, el Pájaro Benítez volvió a volar, anticipó a Cellay y Caruzzo lo derribó. El débil y anunciado remate de Rodríguez permitió que Orion atajara su segundo penal consecutivo, después del que le detuvo a Cauteruccio en el 3-2 del sábado a Quilmes. Miles de hinchas, propios y ajenos, habrán citado al "celular de Dios".

Luego de un nuevo fallo de Cellay, esta vez por arriba, la hinchada lo silbó y Bianchi mandó a la cancha a Magallán. ¿Lo sacó para protegerlo? Seguramente fue para proteger a su equipo. Pero el equipo no tenía defensa (literal).

El 13 fue un minuto fatídico para Boca. El brasileño naturalizado mexicano Sinha metió un pase exquisito desde su campo y el recién ingresado Esquivel quedó mano a mano, habilitado por la tardía salida de Clemente. Orion no atinó a cortar y el derechazo cruzado se le hizo inatajable.

Toluca seguía siendo patrón del partido. Tal como había anticipado Sinha, el Equipo Escarlata se animaba a faltarle el respeto a Boca. Con movilidad, disputando el balón con superioridad numérica, animándose a manejarlo y acercándose al área rival con bastante gente.

Bianchi confesó post partido que vio "cansado" a Paredes y por eso optó por el 4-4-2. Los laterales, con problemas para defender, casi no pasaron al ataque. Sin generador de juego, Somoza intentó ser vertical (sin éxito) y Clemente se animó varias veces desde afuera. Erbes estuvo errático con la pelota parada, el cambio de ritmo de Acosta y Martínez no gravitó y Silva no tuvo chances netas.

Para colmo a los 27, llegó otro golpe en una contra letal. El único 10 de la cancha, Sinha, asistió con maestría a Benítez a espaldas de Magallán y el paraguayo se la pinchó desde la puerta del área a Orion, que quiso salir y quedó a mitad de camino. El "vamos, vamos, vamos, vamos" del Virrey tenía medio de arenga y medio de enojo.

La esperanza xeneize se disipó cuando el remate lejano de Viatri impactó en la base del poste derecho de Talavera. En ese preciso instante, miles de hinchas habrán bromeado con que el "celular de Dios" debe pasar por el service. Ridículo, a esta altura del partido, mantener la creencia de que el DT más exitoso de la historia de Boca depende de la suerte, ¿no?

En su segunda aparición en la Libertadores (la anterior en 2007), Toluca le provocó a Boca su 2ª derrota en 8 presentaciones como local ante equipos mexicanos. La primera fue ante Cruz Azul, en la final de 2001 que se llevó en la definición por penales. Para el ganador del Apertura 2012, el resonante 2-1 de La Bombonera es un envión anímico fundamental.

180 minutos de fútbol no son suficientes para llevar a cabo conclusiones definitivas. La historia recién comienza. En su conferencia, Bianchi no le escapó a la realidad y se mostró preocupado por los errores defensivos ante Toluca y contra Quilmes, en el debut del Torneo Final. Mientras espera por la puesta a punto de Riquelme (si está bien es titular y si no, también), el entrenador sabe muy bien que tiene mucho trabajo por delante.

Para corregir errores, al plantel no le quedará otra que ver "El secreto de sus Ojitos".

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