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El Rey se queda en casa

SEATTLE -- Bueno, supongo que los expertos de la Costa Este tendrán que revisar un poco sus urgentes y enfáticas especulaciones. Si los Marineros simplemente deben cambiar a Félix Hernández a los Yankees / Medias Rojas / Filis / Nacionales al menos dos años antes de llegar a la agencia libre, ahora tienen el lujo de esperar hasta la fecha límite de cambios en 2017.

Mientras tanto, los expertos solo tendrán que aceptar el hecho de que el Rey Félix va a permanecer en su castillo en Seattle en el futuro previsible. Después de oficialmente firmar un histórico contrato de siete años y $175 millones que lo ata a los Marineros hasta el 2019, un emocionado Hernández repitió una y otra vez en la tarde del miércoles lo que ha estado diciendo todo este tiempo (y lo que la Costa Este al parecer no pudo o quiso oír).

"A todas las personas en Seattle que confían y creen en mí -- no voy a decepcionar a NADIE. Voy a hacer mi mejor esfuerzo. Los Marineros de Seattle estarán entre los mejores. Créanme", dijo Hernández, con su voz que de vez en cuando se quebraba por la emoción. "No estoy diciendo esto porque estoy firmando este contrato. No me importa esto. Me preocupo por la gente de Seattle. Me importan porque siempre me han apoyado. Estoy haciendo esto porque me encanta esta ciudad y quiero quedarme aquí. No quiero ir a ningún otro lado. Me encanta este lugar. Esto ha sido mi vida. Esto ha sido mi familia.

"Gracias. Muchas gracias. Voy mañana al entrenamiento de primavera y voy a hacer mi mejor esfuerzo".

Con esas palabras, Felix redujo la brecha entre él y Edgar Martinez por el título del Marinero más popular de todos los tiempos. Seattle ha perdido demasiado en los últimos años. Randy Johnson se fue. Ken Griffey Jr. se fue (y volvió más viejo). Alex Rodríguez se fue. Lou Piniella se fue. Ichiro se fue. Boeing trasladó su cuartel general. Los Sonics se fueron. Pero el Rey Félix se queda. Lo único que podría hacer que la ciudad se sienta mejor en este momento es si realmente las acciones de Microsoft suben.

Imaginen esto. Un jugador que simplemente quiere quedarse con su equipo. Es verdad, es un alto precio, pero aún así. Hernández se ahogaba por la emoción por la firma del contrato que tuvo que hacer varias pausas para ordenar sus pensamientos. Trató de contener las lágrimas, pero fracasó. Los ganadores del Oscar no llegan a ese grado de emoción. Dio las gracias a tantas personas y expresó tanta felicidad con tanto sentimiento que un par de periodistas admitieron que incluso se abrumaron con tanta emoción.

Por otra parte, tal vez uno lloraría al igual que Félix también si alguien te garantiza $175 millones.

La firma de un jugador con un gran contrato es un riesgo enorme, pero especialmente para un lanzador. Uno puede destacar muchos, muchos acuerdos más de largo plazo que salieron horriblemente mal (¿por dónde empezamos?) de los que fueron productivos (como el contrato por cinco años de Randy Johnson con Arizona). Pero Hernández es joven -- él no cumplirá 27 años hasta principios de abril- y ha sido un caballo de batalla, lanzando al menos 230 entradas con más de 200 ponches en cada una de las últimas cuatro temporadas.

Su récord sufrió después de su juego perfecto en agosto del año pasado- se fue con una marca de 2-4 con una efectividad de 4.67 después de ese partido. Pero como los investigadores de ESPN señalan, mucho de eso pudo haber sido debido a la mala suerte. Su tasa de ponches y batazos de línea siguieron siendo las mismas, pero su promedio de bateo en bolas puestas en juego aumentó de .281 a .390.

Se especuló que un examen físico la semana pasada reveló un problema en su codo, pero Hernández lo negó, diciendo que su brazo está bien. El gerente general, Jack Zduriencik, dijo que todos los médicos y entrenadores de los Marineros avalaron que la salud de Hernández está bien. El agente Scotty Pucino dijo que la demora en la finalización del contrato después de los informes de los medios la semana pasada se debió a que los periodistas se estaban adelantando un poco a los acontecimientos. Ciertos elementos -- como la primera cláusula completa de no cambio que el equipo ha dado -- todavía tenía que resolverse.

Sin embargo, como reconoció Zduriencik, cualquiera puede salir lastimado. Y casi todo el mundo lo hace. Pero si el acuerdo resulta ser inteligente o desastroso en el largo plazo, los Marineros no tuvieron más remedio que extender el contrato.

Los Marineros vienen de estar tres veces en el último lugar en las pasadas temporadas. Ellos no han estado en una postemporada desde que ganaron un récord de 116 partidos en el 2001. La asistencia ha disminuido cada año menos en uno en la última década, y la asistencia del 2012 fue la más baja para una temporada completa desde 1992. El director ejecutivo, Howard Lincoln, marginó aún más -- y sin necesidad -- a la base de fanáticos cuando abiertamente se opuso a la construcción de un nuevo estadio de baloncesto cerca de estadio de los Marineros.

Seattle también cambió a Ichiro el año pasado, dejando a Félix como la única estrella del equipo. Después de dejar ir a muchos de los íconos del equipo, tenían que retener a una estrella por una vez para dar a sus fanáticos algo que valga la pena por el precio de las entradas que siempre van en aumento.

Ahora que los Marineros han asegurado a Félix, deben rodearlo con bateadores que puedan anotar suficientes carreras para que no termine liderando la liga en derrotas con marcadores de 2-1 por los próximos siete años. El sistema de granja tiene que resurgir después de una terrible sequía de dos décadas, Seattle no ha desarrollado un jugador de posición que llegara al equipo Todos Estrellas con el uniforme de los Marineros desde A-Rod. Dustin Ackley tiene que recuperarse. Kyle Seager tiene que seguir mejorando. El receptor Mike Zunino debe desarrollarse hasta llegar a ser lo mejor. Sus muy promocionados lanzadores prospectos deben justificar la conmoción.

Ganando una buena cantidad de partidos contra un equipo con 100 derrotas como los nuevos Astros de la División Oeste de la Liga Americana (y los Cachorros) en esta temporada, eso debe mantener a Seattle en los .500. Sin embargo, muchas otras cosas tienen que salir bien para que los Marineros puedan hacer posible cumplir la promesa de Hernández de volver a los playoffs y ser un gran equipo. Pero tener al rey en su corte durante las próximas siete temporadas por lo menos les da tiempo y algo para construir a su alrededor.

Por supuesto, si no mejoran de manera significativa, los expertos esperarán que la Costa Este comience a llamar para un cambio en algún momento alrededor del 2016.