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Cabezas en la línea de fuego

El caso más famoso ocurrió en 1957, cuando el lanzador prodigio Herb Score de los Indios de Cleveland recibió un lineazo del bate de Gil McDougald de los Yankees de Nueva York en el ojo derecho. Su visión borrosa mejoró con el tiempo, pero la carrera incipiente de Score se vio descarrilada.

Bryce Florie de Boston sufrió una lesión de manera similar en el año 2000, también como resultado de una bola proveniente de un bate de los Yankees, cuando el lineazo de Ryan Thompson golpeó a Florie en el ojo derecho.

Ambos fueron episodios sangrientos con consecuencias irreversibles. Ambos fueron rarezas, ya que pocos lanzadores de las Grandes Ligas han sido golpeados en la cabeza por una pelota bateada y aún menos los que han sido heridos de gravedad. Nunca ha ocurrido un incidente fatal como tal.

Pero en tres ocasiones en un lapso de menos de dos meses de la temporada pasada, pelotas bateadas golpearon a tres lanzadores en la cabeza, llamando la atención sin precedentes sobre la vulnerabilidad de los hombres en el montículo.

Impulsados por el primero de esos incidentes, las discusiones dentro de las Grandes Ligas tomaron una nueva urgencia cuando los oficiales de la liga y fabricantes de equipo deportivo examinaron las posibilidades de un casco protector para disminuir el riesgo. Las Grandes Ligas no han aprobado un relleno acojinado para el interior de las gorras usadas por los lanzadores, pero parece sólo cuestión de tiempo antes de que suceda.

"La MLB tiene razón al hacer su debida diligencia", dijo el neuropsicólogo Michael Collins, director del Medical Center's Sports Medicine Concussion Program de la Universidad de Pittsburgh. "Hay misiles en dirección hacia los lanzadores, y la MLB lo sabe".

Tradición profunda, pero con posibilidad de cambiar

El 5 de septiembre, Brandon McCarthy, de Oakland, sufrió lesiones que amenazaron su vida -- una contusión cerebral, una hemorragia epidural y una fractura en el cráneo -- cuando un batazo de línea por parte de Erick Aybar de Angelinos de Los Ángeles le golpeó en la cabeza. McCarthy, quien se sometió a una cirugía cerebral de emergencia, fue autorizado para volver a lanzar después de un programa de rehabilitación, y firmó un contrato de dos años con Arizona por $15.5 millones como agente libre.

Un mes más tarde, en el Juego 2 de la Serie Mundial, una línea bateada por Grégor Blanco de San Francisco golpeó a Doug Fister, de Detroit, en la cabeza, pero Fister fue capaz de permanecer en el partido. Al ver a Fister ser golpeado, el veterano comentarista de Fox TV y el gran ex receptor de las Grandes Ligas, Tim McCarver, dijo: "Nunca pensé en esto antes de este año, pero creo que el béisbol va a tener que recurrir a los cascos para los lanzadores como los que llevan los receptores".

MLB y los fabricantes de equipos de protección con los que ha consultado no han hablado de cascos o caretas para los lanzadores, dijo el vicepresidente de las Grandes Ligas, Dan Halem, pero en cambio se han centrado en forros acolchonados para sus gorras. El objetivo, dijo, es encontrar algo que logre un equilibrio entre la comodidad y la protección. "Si tenemos un producto que nadie va a usar, y los lanzadores se quejan, no nos lleva a ninguna parte".

Las lesiones de McCarthy, de acuerdo al jefe de entrenadores de atletismo de Oakland, Nick Paparesta, y Collins -- quien trabajó junto a McCarthy en su rehabilitación -- probablemente no habrían sido reducidas por una gorra acolchonada, porque la pelota le golpeó por debajo de la línea de la gorra.

Halem dijo que MLB no tiene datos a largo plazo, pero que en el 2012, un total de tres lanzadores fueron golpeados por encima de los hombros por pelotas bateadas. Además de McCarthy y Fister, el 12 de septiembre, el relevista Mickey Storey de los Astros de Houston fue golpeado en la cara por una pelota bateada por Dave Sappelt de los Cachorros de Chicago. Storey abandonó el partido, pero no fue herido de gravedad y lanzó de nuevo tres días después.

"Outside the Lines" encontró pietaje de 10 incidentes en las últimas cinco temporadas en las que los lanzadores fueron golpeados en la cabeza, comenzando en 21 de mayo de 2008, cuando un lineazo de Albert Pujols golpeó al entonces lanzador de los Padres, Chris Young, entre los ojos.

El joven de 6 pies 10 pulgadas, cuyo cráneo fue fracturado además de romperse la nariz, dijo que su neurólogo le confinó al hogar durante ocho semanas, debido al riesgo de meningitis y otras infecciones, ya que tenía una apertura desde la cavidad sinuosa hasta el cerebro.

Ahora, con 33 años y agente libre después de pasar las últimas dos temporadas con los Mets de Nueva York, Young dijo que el uso de las gorras acolchonadas representaría progreso, a pesar de que él no habría sido auxiliado por una de ellas a razón de dónde fue golpeado. Score y Florie también fueron golpeados por debajo de donde una gorra acolchonada pudo haber amortiguado el impacto, pero en la mayoría de los incidentes de los últimos cinco años, la pelota golpeó por encima de la línea de la gorra.

"Mi recomendación sería la de crear algo que proteja lo que posiblemente no se pueda reparar, como los ojos y el cerebro", dijo Young, un veterano de nueve años. "Una visera, como en el hockey, habría sido beneficioso para mí".

La esposa de Young, Liz, a quien conoció cuando ambos eran estudiantes de Princeton y atletas del equipo universitario, tiene una perspectiva poco común en cuanto a cualquier comparación con el hockey. Su apellido de soltera es Patrick, como la División Patrick de la Liga Nacional de Hockey, nombrada en honor a su difunto tátara abuelo, Lester Patrick, el primer entrenador y gerente general de los Rangers de Nueva York. Su difunto abuelo, Muzz, jugaba defensa para los Rangers y su padre, Dick, ha sido presidente de los Washington Capitals desde 1982. Otros parientes cercanos también han pasado por ese deporte con distinción, lo que le ha ganado los Patrick el título de "La Familia Real del Hockey".

"El béisbol está tan impregnado de tradición", dijo Liz Young. "Casi todos los otros deportes han cambiado sus equipos de protección para los jugadores (como los cascos de hockey) y después de un poco de tiempo, se vuelve algo natural".

Los cascos de bateo, ahora se dan por sentado, no llegaron a ser obligatorios en las Grandes Ligas hasta 1971 -- unos 51 años después de la muerte de Ray Chapman, de Cleveland, quien fue golpeado en la cabeza por un lanzamiento de Carl Mays, de los Yankees, y es el único jugador que ha muerto alguna vez por una lesión sufrida sobre el terreno. Esta temporada, según el acuerdo de negociación colectiva entre la MLB y el sindicato de jugadores, los bateadores tendrán que llevar el modelo del casco Rawlings S100 Pro Comp, descrito como un protector contra los lanzamientos de hasta 100 millas por hora.

Young, que tiene una cicatriz en donde fue golpeado y tuvo más de 30 puntos, dijo que la proximidad de los lanzadores con respecto a los bateadores le da validez a lo que dijo McCarver. Añadió que el ejemplo trágico de las menores del coach de primera base Mike Coolbaugh, que murió en 2007 después de haber sido golpeado en el cuello por un lineazo, demuestra que "sólo se necesita un ejemplo".

MLB requirió el uso de cascos para los coaches de base en la temporada siguiente. "El primer año, pensé que parecía tan extraño, ahora ya ni pienso en ello", dijo Liz Young.

Esa también fue la temporada en que su marido fue golpeado por el lineazo de Pujols. Los Young todavía tienen la pelota que lo golpeó, y tiene una marca notable sobre ella -- informaron los Padres. Se marcó por el contacto con el hueso de Young, comentó Liz Young.

"Greg Maddux (para ese entonces lanzador de San Diego en el último año de su carrera) me dijo en ese momento", relató Young, "que era un golpe de 'uno en un millón', y 'ya te tocó el tuyo, por lo que deberías estar bien después de esto'".

Un año después de que Young joven fue golpeado y ensangrentado, Joe Martinez , de San Francisco -- lanzando como relevista con dos outs en la novena entrada de apenas su segunda aparición de Grandes Ligas -- fue golpeado en la frente por encima de la ceja derecha por un lineazo de Mike Cameron, dando lugar a pequeñas fracturas del cráneo, conmoción cerebral y hemorragia en el interior de su cabeza. A diferencia de Young, si Martínez hubiera tenido una gorra con el protector acolchonado, pudo haberse evitado parte de los daños, dijo.

Martínez, de 29 años, quien ha lanzado parcialmente en tres temporadas de Grandes Ligas y ahora está en el campamento de los Indios bajo un contrato de ligas menores, dijo, que al igual que Young, ve potencial para las gorras acolchonadas, pero no lo ve mucho más futuro. "Ellos (los pitchers) no van a usar nada que les haga parecer tontos -- suena ridículo, pues la seguridad debería ser mucho más importante a cómo se vean, pero a los jugadores de béisbol les gusta verse bien".

Múltiples opciones para la gorra acolchonada bajo estudio

Halem dijo que la esperanza era aprobar ciertos tipos de relleno para las gorras a tiempo para los entrenamientos de primavera, por lo que los lanzadores podrían probar los productos de forma voluntaria. La MLB ha recibido propuestas de seis empresas, dijo Halem, pero sólo dos de las seis -- Unequal Technologies y EvoShield -- han presentado prototipos de las gorras acolchonadas para ponerse a prueba en el laboratorio de la Universidad de Massachusetts-Lowell.

El presidente de Unequal, Rob Vito, dijo que ha programado citas para el entrenamiento de primavera de manera independiente con cada uno de los 30 equipos de Grandes Ligas para traer tres variaciones del acolchonado de su compañía DuPont Kevlar con sede en Pennsylvania y que los lanzadores las pueden probar. Vito dijo que ha presentado un nuevo prototipo que es de la mitad del espesor de los productos que le mostraron a la MLB en primera instancia, con un aproximado de un octavo de pulgada de espesor y también más ligero por al menos un 25 por ciento. Dijo que el acolchonado, originalmente llamado en inglés como "CRT", tecnología de reducción de contusión (aunque Vito dijo que la compañía no hace ninguna afirmación sobre la prevención de conmoción cerebral), pasó a denominarse recientemente en inglés como "SHP", o acolchonado adicional para la cabeza.

Justin Niefer, el vicepresidente de desarrollo de negocios de EvoShield, dijo que la compañía de Georgia ha adoptado un enfoque diferente, pues prefiere esperar a la aprobación de la MLB antes de adelantarle cualquier cosa a los lanzadores con los que aún no tienen una relación de trabajo. Niefer dijo que después de las conversaciones con MLB y los lanzadores con los que EvoShield consulta, la compañía determinó que la avanzada gomaespuma acolchonada de la tecnología "gel-to-shell" de un cuarto de pulgada que inicialmente le había presentado a MLB necesitaba ser más liviana, por lo que EvoShield redujo su peso a la mitad, alrededor de 2.4 onzas (aproximadamente media onza más liviana del peso anunciado por Unequal sobre su nuevo prototipo).

Halem dijo que le ha tomado más tiempo de lo esperado a "estas empresas para desarrollar algo que debe ser comprobado como un producto viable, por asegurarnos de que proporciona la protección adecuada". Dijo que "no es imposible", sin embargo, que una gorra acolchonada pueda aprobarse a tiempo para el Día Inaugural.

Independientemente de que MLB le dé su sello de aprobación a un artículo, a los lanzadores no se les impide usar gorras acolchonadas u otros métodos protectores -- incluso cascos -- en los juegos, dijo Halem.

David Halstead, director técnico del Centro de Investigación de Impacto del Sur en Tennessee y un consultor técnico del Comité Operativo Nacional de Estándares para el Equipo Atlético (NOCSAE, por sus siglas en inglés), dijo que esencialmente sería un error atribuirle al acolchonado fino debajo de una gorra suave el poder de proteger contra los riesgos de las pelotas de béisbol que viajan más rápido que las velocidades a las que son lanzadas, en exceso de 90 millas por hora. "Tiene que ser al menos media pulgada de grueso y tener una cáscara exterior rígida o no salvará su vida -- cualquier cosa menos que eso es una falsa sensación de seguridad".

Esta conclusión, de acuerdo con Halstead, se basa en pruebas extensas de laboratorio con materiales de diferentes grados de grosor.

El punto, según Halstead, es que "hay cosas que se pueden usar, pero si tienen que pasar la prueba del espejo, no hay nada". Las gorras, Halstead, dijo, no cubren el hueso temporal de alto riesgo ni la zona mastoidea y proporcionan una cobertura significativamente menor que los cascos.

El tema de la seguridad no es solo una cuestión de protectores de la cabeza para los lanzadores, que pueden tener alrededor de un tercio de segundo para reaccionar ante los lineazos que viajan hacia ellos.

El analista de MLB Network y ex lanzador Jim Kaat, quien ganó el Guante de Oro de la Liga Americana por 14 años consecutivos a partir de 1962, dijo que los lanzadores de hoy "tienen que ser más diligentes acerca de estar en posición de fildeo y previsión".

Al Jackson, quien ha lanzado y fue entrenador de lanzadores de las mayores y menores durante más de medio siglo, dijo, "lo primero es que hay que enseñarle a los lanzadores cómo protegerse -- es muy poco lo que se enseña".

"Los lanzadores terminan cruzados, no están preparados para salirse del camino", dijo Jackson. "Hay que mirar con los dos ojos, no uno".

Kaat y Jackson lamentaron el énfasis moderno de los pitchers por maximizar la velocidad de sus lanzamientos, en lugar de desarrollar una técnica que les deje preparados para reaccionar. Y Kaat sugirió que otras medidas de equipo, quizás además de protectores para la cabeza, podrían ayudar a proteger a los lanzadores -- "deben estandarizar los bates y no fabricar las pelotas tan duras".

Dijo el manager de los Angelinos, Mike Scioscia: "No creo que haya habido una época en que las pelotas se disparan de los bates con más velocidad que ahora, estos jugadores son más grandes, más fuertes, tienen más velocidad en el bate, y usan bates más livianos".

El relevista Bill Bray, quien firmó en diciembre con los Nacionales de Washington, después de seis años con los Rojos de Cincinnati, dijo que nunca ha sido golpeado en la cabeza por un batazo de línea y está más preocupado de ser azotado por un bate roto. Cualquier casco de protección, incluidos las gorras acolchadas, dijo Bray, sería una adaptación difícil para él y tal vez otros lanzadores, debido a la comodidad de lo que los lanzadores han usado siempre.

Pero cuando vio imágenes del golpe que recibió McCarthy, Bray dijo, "uno siente un retortijón en el estómago y un temblor, porque sabes que podrías ser tú".

Al ver a su esposo golpeado y herido de gravedad hace cinco años, 10 semanas después de dar a luz a su primer hijo, "definitivamente me enseñó algo", dijo Liz Young. "Yo solía estar nerviosa por si él iba a ganar o no. Ahora sólo lo disfruto y estoy agradecida de que está ahí y saludable".

William Weinbaum es un productor de "Outside the Lines" de ESPN. Los corresponsales Steve Delsohn y Rayna Banks, Jennifer Chafitz, Kaiti Decker, Raul Fernandes, Dominique Ponticiello-Collins, Jenna Shulman y Josh Vorensky contribuyeron en este reportaje.