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Llegó el martes: el día del tenis

Ferrer (4º del mundo) cierra el martes ante Velotti AP

BUENOS AIRES -- De más joven pensaba que el martes era el día ideal de cualquier torneo tenístico que dure una semana, ya sea ATP, WTA, Challengers y hasta Futures. Quizás el privilegio esté en dudas palmo a palmo con los cuartos de final, aunque es una discusión difícil de acabar. En todo caso, la ansiedad que le genera al fanático en las semanas previas le da un voto a favor a este día aunque hay otros fundamentos para esta afirmación.

¿Por qué el martes es el día del tenis? Por la cantidad de partidos. Con un simple ticket se podrá ver un sinnúmero de horas de tenis que dejará lleno a cualquier fanático que se asoma por el Buenos Aires Lawn Tennis Club, en este caso.

Porque se observan a, prácticamente, todas las figuras del torneo, antes de cualquier temprana sorpresa. Buenos Aires aun mantiene un cuadro de 32 jugadores y obligación de debut antes de que termine el bendito martes, regla que algunos torneos confirman con la excepción. No es común ver a los cuatro máximos favoritos en semifinales.

No sea cosa que el Wawrinka de las grandes batallas en el comienzo de año o el querible Ferrer acostumbrado al éxito en esta ciudad queden en el camino antes de lo pensado. Paga mucho una derrota temprana de ellos. Pero que las hay, las hay. Incluso los martes. ¿Y si jugó el lunes? Al menos se lo podrá ver entrenando.

Porque se asegura presencia de aquellos que asoman desde la clasificación, que llegan con cansancio pero también con la confianza de tres partidos ganados. Algunos tienen 20 años o menos, son las esperanzas del tenis argentino, en este caso Facundo Argüello. Otros vienen de Europa con la idea de insertarse, por fin, en el circuito grande.

Por la cantidad de canchas utilizadas. Uno puede no tener una muy buena ubicación en la Cancha Central. Poco importa. Ni bien termine ese partido que el favorito ganará sin problemas, o no, en el Billoch Caride, será tiempo de correr por el patio de comidas y dirigirse a una cancha auxiliar. Con protector solar preparado, se disfrutará de una batalla entre dos top 100 que, en pocas semanas, protagonizarán los Masters 1000. Abundan las vicisitudes.

¿Una muestra? Pocos estaban viendo al español Félix Mantilla ante su compatriota Albert Portas en la primera ronda de la edición 2003, con la tribuna Bullrich a centímetros de los gladiadores. Pero ninguno de los que estuvo allí olvida esa batalla que se llevó el primero. Portas ya tenía el título de Hamburgo en su palmarés. Para Mantilla era la apertura de una temporada que lo tuvo campeón de Roma ante el mismísimo Federer.

Por una cuestión económica. Serán las entradas menos costosas de la semana, lógicamente sólo más onerosas que las del día lunes, de apenas cinco partidos de cuadro principal, contra los 11 que promete el martes. Ya habrá momento para analizar si el bolsillo aguanta y si la ansiedad emigró, para analizar un regreso por una histórica final.

Para esto hay que tener una ventaja: disponibilidad plena desde el mediodía. No tener obligaciones laborales ni de estudio para poder disfrutar el día. No es imposible si se piensa con antelación: después de todo, sucede apenas un martes al año.