Jorge Morejón 11y

Sueña en grande

Víctor Mesa puso a hacer la tarea a la prensa internacional.

El polémico manager de la selección cubana de béisbol revolucionó la manera de conformar el equipo, que por años o décadas, estaba condicionada a la confiabilidad política, a la par de la calidad deportiva.

Integrar el equipo Cuba era hasta hace poco el sueño supremo de los peloteros en la isla, pero esa era una tarea casi imposible, sobre todo para los más jóvenes, pues por órdenes superiores la selección estaba completa de antemano, independientemente del rendimiento que cada cual tuviera en las lides nacionales.

Pero Mesa tiene fama de estar mal de la cabeza y quizás por eso las autoridades beisboleras prefieren no contradecirlo mucho.

Tomó las riendas del equipo nacional y convocó a muchas figuras que jamás se habían puesto el uniforme del Cuba, en tanto desechó a veteranos que ya vieron pasar sus mejores tiempos (ah, caramba, pero conservaban la dichosa confiabilidad política).

El mentor dejó fuera al catcher Ariel Pestano, en la selección desde al menos 1999, para apostar por sangre más joven, aunque se rumorea en la isla que la causa real es la animosidad existente desde hace años entre el dirigente y el receptor.

El caso es que Mesa nos puso a hacer trabajo de investigación a la prensa, para conocer un poco a las nuevas caras de la selección, muchas de ellas con nombres tan difíciles de pronunciar como los que integran la selección de China.

Por supuesto que no faltan algunos viejos conocidos como Yulieski Gurriel y Frederich Cepeda, quienes estuvieron presentes en los dos primeros Clásicos del 2006 y el 2009.

La nómina oficial la componen los lanzadores Freddy Asiel Álvarez, Ismel Jiménez, Raciel Iglesias, Odrisamer Despaigne, Wilber Pérez, Vladimir García, Darién Núñez, Alexander Rodríguez, Danny Betancourt, Yander Guevara, Diosdani Castillo, Yadier Pedroso y Norberto González, este último veterano también de los Clásicos anteriores.

Lleva Cuba tres cátchers: Eriel Sánchez, Frank Camilo Morejón y Yosvani Peraza, así como los jugadores de cuadro José Dariel Abreu, Luis Felipe Rivera, José Miguel Fernández, Andy Ibáñez, Yulieski Gourriel, Bárbaro Arruebarruena y Raúl González.

Completan el equipo los jardineros Frederich Cepeda, Alfredo Despaigne, Alexei Bell, Guillermo Heredia y Yasmani Tomás.

De este último se hablan maravillas, principalmente por su fuerza con el madero, característica que comparte con José Dariel Abreu y Alfredo Despaigne, en tanto Mesa espera aplicarle al equipo una filosofía un poco asiática, basada más en la velocidad en función de la ofensiva y en fabricar una carrera cada vez, diferente al estilo que por años tuvo Cuba de jugar a los grandes batazos.

El lado más débil de los cubanos parece ser el pitcheo, sobre todo, porque el béisbol de la isla se ha anquilosado técnicamente y la mayoría de sus serpentineros son incapaces de trabajar en la zona pegada a los bateadores, en tanto son pocos los que dominan un cambio de velocidad efectivo.

Pero donde los antillanos podrían tener su mayor ventaja es en el momento competitivo en que se encuentran.

Cuba acaba de detener su Serie Nacional por el Clásico, pero los peloteros se encuentran en una forma deportiva óptima, a diferencia de las selecciones que jugarán de este lado del mundo, como Estados Unidos, Canadá, México, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela, cuyos hombres apenas comienzan a quitarse el polvo de las largas vacaciones invernales.

Pocos países ponen tanto interés en el torneo como Cuba, donde sus peloteros, más que a una competencia deportiva, parecen ir a una guerra en la que se pone en riesgo la supervivencia del país.

Pero esa es un arma de doble filo, pues la presión excesiva puede llevar a errores lamentables, principalmente a aquellos noveles con menos experiencia.

Encima de eso, en su afán por evitar que los peloteros cubanos jueguen una segunda ronda en Miami, donde podrían enfrentar un ambiente políticamente incómodo y podrían propiciarse escapadas de jugadores para buscar un mejor futuro como profesionales, los directivos de la isla prefirieron jugar en la zona de Asia.

Ahí están precisamente el bicampeón Japón y el actual subtitular Sudcorea, dos de los equipos que al igual que Cuba, se toman los Clásicos con mayor interés y llegan con un nivel de preparación elevado.

Los cubanos aparecen en el grupo A, que se disputará en Fukuoka, junto a los anfitriones japoneses y las débiles escuadras de Brasil y China, por lo que no deben tener muchos problemas para avanzar a la segunda ronda, aunque sea como segundos.

Si las cosas se comportan sin sorpresas en la primera tanda, Japón y Cuba se unirían a sudcoreanos y holandeses o taiwaneses en la segunda fase en Tokio.

Ahí es donde se le complica la cosa a la tropa de Víctor Mesa, pues los cubanos perdieron 6 x 5 un partido preparatorio ante China Taipei y luego vencieron a los taiwaneses 20 x 11 en un festival de batazos y mal pitcheo por ambos lados.

Tendrían que salirle muy bien las cosas a Cuba, casi perfectas, para colarse entonces entre los cuatro grandes y llegar a las semifinales en el AT&T Park de San Francisco, algo que se ve muy difícil, aunque no imposible.

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