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Los altos y bajos de Ishe Smith

Floyd Mayweather Jr. le ha dado la mano a Ishe Smith para llegar a pelear por un título Tom Casino/Showtime

No era así que se suponía que se dieran las cosas, no fue así como Ishe Smith se había imaginado que terminarían las cosas. Había estado casado, con hijos hermosos y una carrera de boxeo que estaba en ascenso -- había incluso, gracias a su papel protagónico en un reality show de televisión, gozado de la fama más allá de lo que un joven prospecto normalmente podía soñar.

Ahora, aquí estaba, en sus treintas. Su matrimonio se había desintegrado y terminado en divorcio, y estaba luchando por la custodia compartida de sus hijos. Él estaba en la ruina, fue acumulando más derrotas que victorias, y en las ocasiones en que peleaba -- que eran cada vez más raras -- ahora era el adversario, no la atracción. Y así estaba sentado en su casa en Las Vegas, contemplando su colección de armas, y preguntándose si debería terminar con todo. No solo con el boxeo, sino con su vida.

Estaba muy lejos y a un largo camino de donde él y yo nos conocimos, en Big Bear, California, en 2003, cuando decidí levantar el campamento por un tiempo y trasladarme a Las Vegas para escribir un libro sobre la ciudad del pecado y de la dulce ciencia. Como parte clave de ello, quería centrarme en tres boxeadores de las Vegas en diferentes etapas de sus carreras. Uno de ellos era el joven welter Ishe Smith.

A pesar de su larga participación en el deporte, Las Vegas nunca ha tenido un campeón del mundo que pueda llamar propio, y en el año 2003, Smith esperaba ser el primero. Se había hecho de reputación en el boxeo en The Orleans, al oeste del famoso Strip, donde los promotores locales de Guilty Boxing programaban carteleras mensuales para "Friday Night Fights" que eran un elemento básico del calendario social del boxeo en las Vegas. Las peleas, organizadas por el matchmaker de Top Rank, Brad Goodman, fueron casi siempre competitivas, y una de las estrellas de las series que se destacó temprano fue el chico local, Ishe.

Smith peleó en The Orleans ocho veces consecutivas, llevando a su récord a 10-0, hasta que capturó la atención nacional gracias al campeón de peso junior mediano Fernando Vargas. En 2002, "El Feroz", reveló en HBO que "Sugar Shay" le había dado una sólida sesión de guanteo para el combate de ajuste de cuentas que se aproximaba contra Oscar De La Hoya, lo que despertó los intereses del promotor de Vargas, Gary Shaw, quien finalmente compró el contrato de boxeo de Smith con Guilty Boxing. Pronto, Smith hizo su primera aparición en Showtime y había ganado una reputación como un compañero de guanteo de primera clase- y en particular, al parecer, como la preparación perfecta para los oponentes de De La Hoya. Cuando nos conocimos, él estaba en el campamento de entrenamiento de Shane Mosley antes de la revancha de Sugar Shan con el Golden Boy en el 2003.

"Cuando Vargas hizo eso, me dejó desconcertado", dijo Smith a ESPN.com. "Todo el mundo quería saber, ¿Quién es este tipo? Lo vi en Las Vegas el año pasado y le dije: 'Gracias'. Me sentía agradecido; él empujó el comienzo de mi carrera".

En enero de 2004, después de victorias televisadas contra Sam Garr y David Estrada, Smith se enfretó al fuerte pegador y ex campeón Randall Bailey. El prospecto salió victorioso, pero fue una decisión cerrada y el combate no fue el más estéticamente agradable de ver.

"Bailey tenía más nocauts de lo que yo peleas", dijo Smith. "Uno puede ver lo que está haciendo ahora, sigue por ahí dando vueltas, sigue noqueando a la gente. No creo que recibo el crédito suficiente por esa pelea. Uno no ve a boxeadores con 13 peleas combatiendo contra un tipo como Randall Bailey".

Poco después de la pelea contra Bailey, Smith se declaró en bancarrota para asegurar una salida de su contrato con Shaw, y aunque él sostiene que fue la decisión correcta para él y su familia, recibió mucha crítica por la movida en los círculos de la industria. Después de una victoria poco impresionante y una separación fea con su promotor, no estaba claro por dónde Smith podía seguir.

Y entonces, un día, cuando ambos estábamos sentados en la primera fila en una cartelera en The Orleans, me habló sobre un acercamiento que le hizo la compañía de producción de televisión responsable del gran éxito televisivo "Survivor". Estaban armando un programa similar pero con temática boxística llamado "The Contender", y que había sido recomendado como un posible participante.

Parecía escéptico.

"Pensé que era un truco", dijo. "Llamaron, y yo les dije por teléfono," Ustedes no me están buscando a mí. Soy muy experimentado".

Aún así, Smith siguió adelante con el proceso, y terminó siendo elegido para ser uno de los 16 boxeadores que aparecieron en el show. Pronto se convirtió en uno de los destacados, aunque no avanzó tanto como él había esperado: Después de derrotar a Ahmad Kaddour, perdió ante el eventual campeón, Sergio Mora.

Cuando la serie terminó, Smith se peleó con los productores- cosa por lo cual, dice ahora, que se arrepiente- y entró en una racha de varios años vagando por el desierto del boxeo. Firmó con Golden Boy, quien finalmente lo dejó ir. Firmó con Lou DiBella, quien también lo dejó ir al no poder conseguirle a Smith peleas suficientes.

"Trabajar con Lou fue genial", dijo Smith. "Lou fue a batear por mí un par de veces, me apoyaba, y cuando no pudo conseguirme peleas, me dijo: "No voy a hacer lo que típicamente hacen los promotores y aguantarte. Voy a dejarte ir. Cualquier otro promotor me habría retenido, así que amo a Lou por eso".

Pero para entonces, el interés de Smith en su carrera, y en todo prácticamente, se fue esfumando. Estaba peleando irregularmente, y su falta de acción en el ring lo llevó a una pérdida de confianza en su stamina. Así que a menudo no daba su máximo, convirtiendo potenciales victorias en feas derrotas. Eso no lo convirtió en una atracción para no perderse de la televisión, pero él seguía siendo lo suficientemente peligroso como para que los potenciales rivales lo pensaran dos veces antes de aceptar pelear con él añadiendo a su inactividad y a la perpetuación del círculo vicioso.

Se vio apretado de dinero, y su vida personal, también comenzó a desmoronarse.

"Fue todo saliéndose fuera de control", dijo.

Su propia personalidad, dice ahora, no estaba ayudando a la causa.

"Los años post el programa 'The Contender', yo fui un poco mi propio hombre, una especie de cabeza dura". Hizo una pausa. "Una especie de estúpido".

Smith se había divorciado de su esposa, Latoya, una ruptura dolorosa aún más difícil por el hecho de que, dice, "habíamos estado juntos tanto tiempo. Es como que crecimos juntos." Él había perdido todo. Lo único que aún le quedaban era la vida, y empezó a preguntarse si aún quería eso. Lo que lo detuvo, dijo, fue el recordar su propia juventud sin padre. No era algo que quería legar a sus propios hijos.

"Cada vez que me sentaba en una casa obscura, mirando mis armas, yo siempre pensaba en mis hijos. Ni siquiera pensaba en mí mismo. Siempre pensé en mis hijos y en la forma en que me sentí por no haber tenido un padre y no sentía que podía hacerle eso a ellos". Llegué al punto en el que pensé, 'Déjame deshacerme de estas armas, sacarlas fuera de la casa'".

Había casi renunciado al el boxeo, se centró más como entrenador de fútbol de jóvenes. Pero una oportunidad final en el ring surgió, por cortesía de una fuente inesperada. Smith estaba de coach en un partido el año pasado, cuando recibió una llamada telefónica de Cornelius Boza Edwards, el ex campeón de peso junior ligero que ahora es parte del Money Team de Floyd Mayweather Jr.. ¿Iba a estar Ishe disponible para ayudar a Floyd para prepararse para su próxima pelea contra Miguel Cotto? Ah, y por cierto, director ejecutivo de Mayweather Promotions, Leonard Ellerbe, quería acomodar a Smith en una cartelera que se celebraría el día antes de la pelea entre Mayweather y Miguel Cotto, en el Hard Rock Casino de Las Vegas.

"Yo estaba feliz de ir al campamento porque, para ser honesto, Floyd paga muy bien", dijo Smith. "Floyd es el hombre que mejor paga por el campamento. Así que pensé, 'Genial, puedo hacer un par de dólares".

El que Mayweather y Ellerbe le consiguieran una pelea, la cual Smith ganó, fue un bono. Luego le organizaron un segundo combate, que también ganó. Y ahora, el sábado, en su tercera pelea trabajando bajo la bandera de Mayweather Promotions, Smith finalmente tiene su oportunidad de ser el primer campeón mundial nacido en Las Vegas cuando se enfrente al campeón de peso junior mediano, Cornelius "K9" Bundrage en Detroit (Showtime, 9 pm ET).

"Floyd me dijo personalmente: "Te voy a tomar bajo mi ala y te voy a conseguir una oportunidad por el título. Eres demasiado bueno como boxeador para no tener siquiera una oportunidad al título '", dijo Smith. "Incluso me envió algunas cartas mientras estaba encarcelado [el año pasado], para mantenerme motivado, para dejarme saber, 'te apoyo. No te preocupes por nada, tienes mi apoyo. Te lo prometo'. "Me lo confirmaba constantemente".

Pero Floyd podía hacer promesas hasta cierto punto. "Voy a conseguirte una oportunidad por el título", le dijo Mayweather a Smith, "y está en ti ganar". Y es así -- al igual que le toca a Bundrage impedirle que suceda.

Se ha hecho mucho más largo el llegar a este punto, que cualquiera de nosotros pudo haber imaginado cuando conocí a Smith ese día en California hace casi 10 años. Pero el hecho de que la oportunidad ha llegado significa que, gane o pierda, el futuro es más brillante de lo que parecía en aquellas obscuras noches en Las Vegas, cuando Ishe Smith miraba sus armas y se preguntaba si su viaje estaba a punto de llegar a una conclusión definitiva.