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No subestimes a los Pacers

Desde antes de que su principal jugador, Danny Granger, sufriera una lesión de rodilla que lo marginara por los primeros meses de la temporada, los expertos ya subestimaban a los Indiana Pacers.

La mayoría los colocaba como un equipo joven que hizo más de lo que esperaba la temporada anterior, al alcanzar la segunda ronda de los playoffs, pero que sufría mucho con la ausencia de Granger. Su róster no tiene nombres de superestrellas que trascienden la ciudad de Indianápolis y su juego colectivo no es necesariamente lo que promueve el departamento de mercadeo de la NBA.

Quienes menos se creyeron todas las faltas y defectos que tenían los Pacers fueron el entrenador Frank Vogel y sus jugadores.

A la distancia, Vogel transmite serenidad. No importa cómo está la situación en el juego, él se mantiene tranquilo y estoico detrás de las líneas. Pero les dejó saber a sus jugadores que estaban destinados a tener éxito aún con las circunstancias, y ha podido mantener a su equipo enfocado en sus tareas y en lo que quieren lograr, independientemente de la percepción que haya de ellos. Este aspecto es lo que a mi juicio lo coloca como uno de los favoritos al premio de entrenador del año y el resultado que ha tenido hasta ahora es su mejor tributo.

Tras comenzar la temporada con un nada impresionante 10-10, los Pacers comenzaron a ganar respeto con una contundente victoria 87-77 el 8 de enero ante el Heat. Los escépticos pudieron pensar que fue una simple jugada del destino, pero el primero de febrero, volvieron a derrotar al campeón, esta vez 102-89. Esta fue, de hecho, la última derrota que sufrió el Heat antes de hilvanar la cadena de 17 victorias con la que llegan este domingo al tercer duelo.

Los Pacers no son un equipo espectacular y los nombres de su roster no impresionan. Pero es un equipo constante que ha logrado su objetivo. Ante la ausencia de Granger, Paul George atraviesa por un año consagratorio y va camino a convertirse en una estrella con 22 años. Y David West, un veterano de 32 años que llegó como agente libre la pasada campaña, ha encajado perfectamente en la ecuación, al ser un veterano que sabe ganar, pero que ha sido subestimado durante toda su carrera.

Pero el éxito de los Pacers no descansa en uno o dos jugadores, sino en la combinación de unos cuantos factores. El principal es su defensiva, la que menos puntos por cada 100 posesiones permite en la NBA.

Al tener a Roy Hibbert (7'2") en el medio, los Pacers pueden tomarse más riesgos defensivos. Los equipos que no tienen a una persona eficiente en la posición central a menudo tienen que ser más conservadores defensivamente, pero Indiana le pone mucha presión a la bola, especialmente de George Hill, tratando de crear errores del armador contrario. Juegan en las líneas de pase, algo que no se ve mucho en la NBA, y tratan siempre de negar el primer pase, tratando de que los jugadores no entren fácilmente en el área de ejecución. Igualmente, tienen personal para rotar y los que entran del banco llegan con la misma energía defensiva.

La estatura en todas las posiciones es otro gran factor, pues les permite intercambiar marcas en la defensa. En el llamado 'switch' el jugador que ayuda se puede quedar con el otro jugador porque parea bastante bien en estatura. Los jugadores perimetrales tienen brazos largos y saben usarlos para crear situaciones y robarse bolas. De ahí otra fortaleza: que tengan atletas capaces de jugar distintas posiciones y que sean intercambiables.

Esa defensiva ha tenido efecto hasta en LeBron James. Sí, el LeBron James que anda imparable con su casi 60 por ciento de campo esta temporada, anotó 22 puntos en el primer partido y 28 en el segundo, pero lanzó para 51,3 (19-37) en los dos partidos, un gran diferencia si se compara con el 56,2 que lleva durante la temporada y el 58,7 desde el segundo partido frente a los Pacers.

En el ataque, se dieron cuenta temprano en la temporada de que ante la ausencia de Granger, su bastión ofensivo, tenían que dedicarse a compartir más la ofensiva. Y es un equipo muy compacto: aparte de la situación de Paul George, cualquiera puede hacer daño en una noche determinada. Uno no sabe por dónde vendrá su ataque.

Una de las asignaturas que le queda pendiente a Miami, después de vencer a Memphis y a Nueva York la semana pasada, la tienen este domingo frente a los Pacers.

En los partidos anteriores, aparte de que Indiana defendió muy bien, tiene poderío en un área donde Miami tenía una debilidad, que es el de la estatura en el área de la pintura. Con West y Hibbert, al Heat se les hace difícil el pareo.

Pero Paul George jugó de tú a tú con LeBron y se cancelaron mutuamente. No hubo ese dominio que ha tenido LeBron con todos los rivales, porque George se ha plantado ahí, ha sacado la cara y ha balanceado el duelo.

Independientemente del resultado del domingo, es hora de creer en Indiana. Aunque no son muy conocidos, es de seguro la mayor preocupación que tiene el Heat en estos momentos.