José Antonio Cortés 11y

Sentimientos del arranque de F1

Si tuviera que resumir los sentimientos que me dejó la primera carrera de la temporada de la Fórmula Uno pronunciaría esas cuatro palabras: emoción, frustración, orgullo y esperanza.

EMOCIÓN

Nada más emocionante que tener una carrera con siete distintos líderes (Raikkonen, Alonso, Vettel, Massa, Hamilton, Sutil y Rosberg). Ese fue el presagio de una campaña competida e impredecible, el tormento de los apostadores y el agasajo de los fanáticos.

Desde la arrancada, que fue limpia pero llena de roces, rebases, aciertos, errores, pero limpia, la admiración completa en el Albert Park para los 21 volantes que largaron (Nico Hulkenberg se quedó con las ganas por un problema en su auto) porque les aseguro que todos contuvieron la respiración por segundos con tantos movimientos.

Seguro para Mark Webber no fue tan satisfactoria como para los aficionados que no estábamos en el autódromo, ya que los de casa al ser australiano lo sufrieron con él, porque mientras @AussieGrit decidía si el verde era el color que daba la arrancada o si le iba a salir a lo mejor una luz plateada o azul al semáforo, lo pasaron cinco coches, como si fuera una viejita en una carretera.

¡Qué celo de Alonso en cada partida de cada gran premio! No hay un mejor arrancador en la F1 que @alo_oficial, quien me atrevo a decir que con el auto que tenga es todavía el piloto más virtuoso de la parrilla.

El vértigo no cesó ahí, paradas en pits casi inmediatas, un Adrian Sutil que como lo dice su apellido, con la sutileza con que toca el piano, porque he de decirles que el alemán lo toca y bien, dio cátedra de cómo manejar las nuevas Pirelli, que en su compuesto medio fueron una maravilla, pero en el supersuave un desastre, porque duraron menos que una sardina en un estanque de delfines, y en realidad no dieron tiempos muy diferentes al compuesto duradero.

El piloto de Force India consiguió 'stints' de 19 y 25 vueltas a gran ritmo, con lo que quedó claro que su regreso al Gran Circo fue algo más que merecido.

@LewisHamilton, otro de los mejor dotados en la pista, parece tener el compromiso de otorgar un gran rebase por carrera, pero también la defensa de un puesto como fiera. El duelo con Alonso fue digno de una pintura, y el pase a Sutil, la prueba de que ferocidad y delicadeza caben en el mismo movimiento.

Otro momento para el museo de las emociones fue ver a @Kimi_Raikkonen guardándose la champaña en el podio como niño en la piñata (para un catador esos líquidos son un tesoro), mientras Alonso y Vettel lo bañaban con sus respectivas botellas.

FRUSTRACIÓN

¿Recuerdan cuándo fue la última vez que McLaren se vio tan mal en un inicio de temporada? Yo no, y no es tanto por los lugares finales de sus pilotos en la carrera, Jenson Button rescató dos puntitos con su noveno sitio y el undécimo de Sergio Pérez fue meritorio, pero me refiero a la forma.

Un fin de semana para olvidar para los de Woking. No quiero imaginar lo que les dirá Martin Whitmarsh a todos sus trabajadores, si no es que ya se los dijo. Estuvieron perdidos, nunca, salvo por el instante previo a la suspensión de la Q1, donde @JensonButton y @SChecoPerez pusieron tiempos de Top 5, parecieron un equipo contendiente al campeonato del mundo.

Es de preocuparse la falta de agarre y velocidad del MP4-28, su escasa competitividad frente a los Ferraris, Mercedes, Force India y no digamos los Red Bull, lo cual quedó de manifiesto cuando Vettel se deshizo de Checo casi como si estuviera estado parado el mexicano.

Los errores en la calificación y la nada brillante estrategia de carrera no son dignas de la escudería que fundó Bruce McLaren y consolidó Ron Dennis.

Antes de que inicie cada temporada de F1, los autos son como los bebés recién nacidos, no hay diferencias notorias entre ellos, se sabe que unos son de 'mejor familia' (escudería) que otros y que por ello tendrán más oportunidad, pero al verlos rodar en los entrenamientos es casi imposible saber cuál será el más rápido, el más sano (confiable en carrera), si acaso uno puede hacer el clásico juicio de "se parece a su hermano mayor" o "está más bonito que el otro".

Pero una vez que arranca la temporada, es como verlos de pronto presentar un examen de álgebra, ahí se nota quién está preparado y quién no. Por eso es frustrante haber visto a Checo en un auto del que se tenían tantas esperanzas por su estirpe, y que al menos en la primera fecha, pareció un arrejuntado en la familia, todo menos un McLaren.

Habrá que esperar a Malasia para recobrar esperanzas o para ampliar sufrimientos, porque mucho se ha aguardado para tener a un piloto mexicano en posición de ganar carreras, para que ahora resulte que el McLaren tiene una crisis de diseño. En otras palabras, espero firmemente que no se aplique el dicho aquel de que "cuando el pobre tiene para carne, resulta que es vigilia".

McLaren no se va a quedar con cara de circunstancia ante el mal momento, no hay manera de que terminen el año con el mismo descontrol, sólo esperemos que su equilibrio no tarde mucho.

ORGULLO

Hace casi 44 años que no teníamos dos pilotos mexicanos en la pista de un Gran Premio de Fórmula Uno. Hoy tuvimos a Checo Pérez y al regio Esteban Gutiérrez.

El resultado es lo de menos, esta fecha es para cortar la hoja del calendario y pasarla al almanaque de las citas importantes.

Antes de ellos, la última coincidencia nacional había sido la de Pedro Rodríguez y Moisés Solana en el autódromo de la Ciudad de México el 3 de noviembre de 1968.

Ahí el piloto-pelotari apenas completó 14 vueltas en el que fue el último Gran Premio de su vida, misma que terminó ocho meses después en una carrera Hill-Climb en Valle de Bravo.

Solana era junto con Rodríguez uno de los dos estandartes que le habían quedado a México tras la muerte en 1962 del brillante Ricardo Rodríguez.

Las apariciones de Moisés eran esporádicas, así que con su muerte se perdió la oportunidad de tener un doblete de conductores aztecas en la parrilla del Máximo Circuito.

Pedro fue cuarto en esa carrera ganada por Graham Hill, seguido por Bruce McLaren y Jackie Oliver. Condujo un BRM y desde el lugar 12 dio un carrerón para casi colarse al podio.

Como sabemos, el mayor de los Rodríguez también tenía pintada una raya de cal en su vida a bordo de un auto, y la cruzó no mucho tiempo después, el 11 de julio de 1971 en Norisring, Alemania, donde México se quedó sin el único piloto que ha ganado algún GP (2, Sudáfrica 1967 y Bélgica 1970).

Por eso, tener el lujo de presenciar a Checo y @EstebanGtz es algo para disfrutarse con una copa de orgullo en la mano.

ESPERANZA

La madurez y solvencia de Guti en su primer Gran Premio, lugar décimotercero el mejor entre los novatos, es para analizarse y el balance es positivo.

Las condiciones de la pista, frías, con una pista muy verde por la lluvia (con poco hule y por lo tanto poca adherencia), y con la enorme degradación de los neumáticos Pirelli, hacen de la actuación de Gutiérrez algo remarcable.

Perfectamente pudo aplicar la de Pastor Maldonado, descuidar un neumático y terminar en la grava, y nadie lo habría culpado, porque al fin y al cabo es un novato. Pero lo que necesita Esteban son kilómetros en los zapatos, asfalto recorrido y banderas de cuadros entregadas con autos enteros en el garage tras la competencia.

Ya habrá tiempo, seguramente en esta misma temporada, para sorprender y dar de qué hablar con una maniobra o uno de sus acostumbrados 'Gutipas'. Por el momento, buenas noticias en casa de los Gutiérrez: el piloto tiene cabeza, y lo que es mejor, la usa.

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