Rafael Ramos
Enviado Especial
11y

Honduras y México... a puro futbol

SAN PEDRO SULA -- Son, actualmente, los colosos de la Concacaf. El otro en discordia habitual, lame sus heridas: Estados Unidos.

Este viernes, en el Estadio Olímpico Metropolitano de San Pedro Sula, México y Honduras se enfrentan con diversos trofeos de por medio.

1.- Los tres puntos, que son siempre oro molido para comprar el salvoconducto a Brasil 2014. México es el más necesitado de ellos. La derrota y la victoria no condiciona el futuro de ninguno, pero sin duda aligera la pendiente.

"Es curioso este ambiente apocalíptico, cuando el resultado de este juego no decide nada. Hay un largo camino por delante", dijo Luis Fernando Suárez, DT de Honduras.

"El pase al Mundial no lo conseguiremos hoy, sino al final del Hexagonal. Ese es el final del camino, no este juego ante Honduras", explica Chepo de la Torre, DT de México.

2.- El entorno cargado de pasiones sanas e insanas. Se han engendrado fantasmas con nombre y apellido: "Infierno", "La guerra", "El Juicio Final". En Honduras el clima es saludablemente de sentencia deportiva, sólo deportiva, exclusivamente deportiva. Se respira respeto a los futbolistas mexicanos y sólo esperan que los jugadores catrachos levanten la camiseta verde de la víctima para exhibirla en la Zócalo de San Pedro Sula.

"He trabajado con los jugadores de experiencia, para sacarlos de ese ambiente. Esto es futbol. La victoria se conseguirá en la cancha, con lo que saben hacer de futbol, con lo que hemos platicado", asegura el mismo Luis Fernando Suárez.

"El infierno, eso lo acuñaron ellos (los hondureños) y entonces ellos deben asumir esa responsabilidad. Para nosotros es futbol, es un partido importante que pretendemos ganar, pero no nos intimida, porque nuestro compromiso es ante otros ince buenos jugadores", asevera Chepo de la Torre.

3.- La supremacía en un área, que en realidad es una moneda que no cotiza en ningún lado. Dicho está: ser el Gigante de la Concacaf es un figurín con el frac raído y de segunda mano. No significa nada. La gran cita es en Brasil 2014. Si Honduras es mejor que México o México es mejor que Honduras es un tema frágil si al final no se tiene la visa para Brasil.

"El camino al Mundial se consigue con victorias. Las victorias se consiguen con un gol de diferencia. No se necesita más. Ganar, saber jugar para saber ganar. Es lo único importante", dice Luis Fernando Suárez.

"Este es un Hexagonal en el que hay que ser mejores que los rivales. Empatamos con Honduras y a nadie nos gustó, queremos ganarle a Honduras y hacerlo bien, porque los tres puntos es lo que está en juego, no hay nada extra de valor aquí", indica Chepo de la Torre.

Hay muchos ingredientes que aceleran el torbellino de las especulaciones.

1.- Que el calor en el Olímpico Metropolitano puede rebasar los 100 grados Fahrenheit y el 70 por ciento de humedad. Una caldera.

2.- Que el arbitraje de Courtney Campbell siempre ha levantado la mano de vencedor a México y sólo una vez a Honduras, ante Puerto Rico. Pero también siempre se le ha acusado de localista.

3.- Que la pasión, pese la inclemencia climática, tendrá de fiesta ilusionada, con un matiz de angustia, en constante revuelo a los aficionados en la tribuna del Olímpico Metropolitano en un bullicio implacable, desbordado.

4.- Que la cancha ha sido rasurada casi de manera perfecta, y será humedecida antes del juego, para que la pelota corra de manera vertiginosa entre quienes tengas los pies más educados para tratarla.

Las especulaciones tienen validez. El calor exprime sin piedad a los organismos, peor no sólo a 11, sino a 22.

Y el arbitraje será siempre un punto de conflicto, aunque queda claro que Campbell fue asignado precisamente porque el jamaiquino puede resistir esas exigencias climáticas.

Y respecto al peso de la tribuna, la historia no miente: ningún gol de un aficionado ha sido validado.

¿La cancha húmeda y tersa, como piel de mujer recién duchada? Será un estimulante para los mejores futbolistas de la cancha, que ambos equipos tienen, y será un veneno para los picapiedras y tirapiedras que aparezcan, que en ambos equipos también los hay.

Los aficionados hondureños afirman: "Que gane el mejor, el que mejor juegue". Y a aveces no pasa de un buen deseo, porque las crónicas de las gestas futbolísticas tienen apéndices atiborrados de lecciones de que no siempre el mejor ni el que mejor juega, encuentra en el marcador, justicia en el veredicto.

Este viernes caducan todos los epítetos, todas las etiquetas, todos los códigos de barras. Al final, México y Honduras sólo tienen un armamento y un argumento, el más maravilloso y poderoso y pulcro de todos: un balón de futbol.

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