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BUENOS AIRES -- "Es un siete de espadas por un siete de oro; no cambia mucho". La metáfora de Juan Mónaco despierta risas, pero grafica de manera contundente el potencial del equipo francés: "Se baja (Richard) Gasquet, pero entra el N°13 del mundo, no es que lo reemplaza el 70. Tienen una rueda de auxilio muy importante". El célebre 13 es Gilles Simon, que viajó a Argentina como quinto jugador pero que en toda la semana se había entrenado de manera intensa junto a Jo-Wilfried Tsonga. Gasquet, por el otro lado, se incorporó en último término tras disputar las semifinales de Miami arrastrando una dolencia en un tobillo y sus prácticas ya sobre el polvo de ladrillo de Buenos Aires fueron escasas y livianas. Por eso el cambio de nombres del capitán Arnaud Clement no sorprendió: "Era una posibilidad que barajábamos; sobre todo después del entrenamiento del miércoles, donde él solo practicó dobles", reveló Mónaco. "Pero más allá de eso -continuó el tandilense- yo pienso en mi preparación, en llegar de buena manera y jugar mi partido. Obviamente cambiarán algunos factores porque tienen diferentes formas de jugar, pero sigue siendo un partido complicado. Ambos tienen mucha experiencia y jerarquía dentro del circuito". ¿Qué rival se encontrará en Simon, entonces? "Es un jugador que espera los momentos claves del partido; tal vez no tiene un golpe demoledor, pero es muy regular en todo su esquema de juego. Viene ganando partidos, está con confianza...además ya jugó varias veces en Copa Davis. Es para respetar. Va a ser un partido entretenido, muy disputado y en el que yo creo que el que tenga más paciencia y esté mejor en los momentos importantes puede hacer la diferencia", pronosticó el ahora N°19 del ranking mundial. En total, Mónaco y Simon chocaron seis veces: cinco por el circuito ATP (récord de 3-2 para el europeo) y una en Challengers. Sobre clay, el historial también es repartido (2-2), aunque la última vez que se vieron las caras en esa superficie fue en 2007. Hoy el argentino llega con otro perfil, pasado reciente de Top 10 y la chance ideal para reencauzar una temporada que se le presentó más que torcida, con molestias físicas, cinco caídas y apenas dos victorias (ambas en la primera ronda ante Alemania). Al margen del bajo nivel exhibido hasta el momento, el tandilense no sale de su eje: "Llevo más de diez días pensando en esta serie, en el partido del viernes, en el del domingo. Más allá de que no tuve la oportunidad de ganar partidos en el circuito, la confianza también uno la puede ganar entrenando duro, pasando mucho tiempo en cancha, trabajando con humildad. Y eso es lo que traté de hacer después de Miami, volver a las bases, a mis fuentes, sabiendo el grado de responsabilidad que es jugar Copa Davis; después ganar o perder van a ser circunstancias del deporte, pero siento que ya estoy preparado y mentalmente muy fuerte para enfrentar esta serie".
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