<
>

La condena de Pau Gasol

La conexión entre Gasol y Howard jamás funcionó en Lakers... ¿Por qué? Harry How/Getty Images

Es como poner una pintura de Goya en una cadena de comidas rápidas. O a la Venus de Milo en el portón de ingreso a una cancha de fútbol.

Los elementos más bellos pueden generar el efecto adverso si se los coloca en el entorno equivocado.

Existen jugadores en el básquetbol que funcionan con la lógica de los comodines. Sin embargo, existe otra clase de piezas de rol definido que sacan mucha diferencia haciendo lo que saben hacer. No hace falta pedirle cambios profundos porque no los necesitan para alcanzar sus objetivos.

El caso de Pau Gasol está dentro de esta categoría.

"Ha habido muchos contratiempos, obstáculos y adversidades que hemos tenido que lidiar entre lesiones, cambios de entrenador, de filosofía, etc. Prácticamente no hemos tenido a todo el equipo sano en toda la temporada. Ha sido un año difícil donde también nos teníamos que acomodar, entender cómo jugar el uno con el otro, con la calidad de jugadores que tenemos. Vamos a luchar y hacer lo necesario para meternos en playoffs y luego ver qué sucede desde ese punto en adelante", señaló Gasol al programa radial El Larguero de Cadena Ser.

Esto suena más a expresión de deseo que a realidad, porque Mike D'Antoni nunca encontró la posición adecuada para el ala-pivote europeo. Con Dwight Howard como única referencia en la pintura, el coach de Lakers trató de colocar una pieza de 2.16 mts en un lugar en el que, definitivamente, no entra ni a la fuerza.

Quizás Mitch Kupchak no supo ver cuan necesario era para el cuerpo técnico tener unas clases particulares de Tetris.

Gasol, un cuatro-cinco de gran habilidad pasadora que sabe desenvolverse bien en la pintura, está siendo desaprovechado por completo. Es, quizás, el mejor ala-pivote del mundo en el poste bajo, jugando de espaldas al aro. Tiene un movimiento de pies envidiable para cualquier peso pesado de elite.

Sin embargo, se mueve tan lejos del aro que se convierte en las antípodas del Rey Midas: todo lo que toca lo transforma en barro. El básquetbol es increíblemente lógico cuando se lo traza con naturalidad, sin forzar situaciones. La ofensiva de los Lakers no puede pretender tener a Howard como única referencia en la pintura, como sucedía en Orlando Magic con Stan Van Gundy al frente.

"Estamos en situación de muchísima exigencia. Las piezas del equipo no encajaban al cien por cien con su filosofía de juego (D´Antoni). Para él también era un reto y una complicación. Ahora todos estamos a un nivel de comunicación y entendimiento mucho más alto y a ver si podemos acabar de forma positiva la temporada", agregó Gasol a Cadena Ser.

D'Antoni no puede pretender que Gasol sea como Kevin Garnett, un cuatro con capacidad para abrirse y jugar alto-bajo con suma naturalidad, aprovechando el físico envidiable del cinco. Gasol no es Garnett. Y Garnett, si le pidieran que juegue más cerca del aro, tampoco sería Gasol.

Las situaciones para el ala-pivote catalán son tan forzadas que abruman. Juega incómodo desde el principio de campaña y por momentos nos preguntamos qué tanto ganaron los Lakers con la llegada de DH12. Y qué tanto perdieron por no desarrollar y aplicar a fondo la ofensiva Princeton que Mike Brown tenía en mente.

Gasol es una víctima de un sistema que es inoperante para este equipo. Jugar lejos del aro es un problema mayúsculo, porque es como pedirle a Kobe Bryant que lleve sus talentos a la pintura, desde el minuto cero al 48. Gasol no lo aprendió ni lo aprenderá, porque no lo siente. Uno no puede poner un oso polar en una jungla sin sufrir consecuencias.

La naturaleza es sabia y el hábitat no debe corromperse.

La fascitis plantar ha sido un problema para el ala-pivote catalán, pero no ha sido la razón de su baja performance, que comenzó mucho antes. Al día de la fecha, el mayor de los Gasol tiene el PER más bajo de su carrera (15.6) y es la primera vez que baja de 19.7. Su promedio ha sido de 21.4.

La pelota rara vez llega a sus manos, porque con Kobe y Howard pasó lo que todos temíamos que podía suceder: que Pau se convierta en la tercera opción de anotación. En otras palabras, que coma las migajas que sueltan los demás. Piensen esto con detenimiento: sus compañeros empujan a Gasol, un jugador que ha sido maravilloso a lo largo de toda su carrera, a que no haga diferencias. Es como tener que elegir entre zambullirse en un mar paradisíaco o tirarse de un barranco abrazado a un alambre de púas.

Y elegir, casi como una condena recurrente, la segunda opción.

He aquí cuando tenemos que decir la gran verdad escondida: Gasol es increíblemente mejor, en técnica y concepto, a Howard. Pasa mejor el balón, lanza mejor los tiros libres, mueve mejor sus piernas. Le falta una pizca de marketing y una cantidad abrumadora de confianza de sus compañeros. A lo lejos luce con la lógica del talento tímido: un jugador solidario que decide entregar su ración, en función del bien común, a una manada de leones hambrientos.

"La conexión con él está mejorando. Trato de buscarle mucho, tal vez más de la cuenta. A veces tengo un tiro fácil y fuerzo el pase. Tengo que tener cuidado con eso. Hemos hecho un buen trabajo en el bloqueo y continuación y he podido disponer de tiempo jugando desde el poste y siendo efectivo. Las cosas funcionan mejor", apuntó Gasol a EFE.

Con todo respeto, no veo nada que mejore entre los internos. Es, otra vez, una afirmación de deseo que contradice la realidad.

Gasol está lanzando un bajísimo 37.4 por ciento de 10 o más pies en esta temporada, pese a que entró a 2012-13 con un 45.5% desde esta vía con los Lakers. Una cosa es tomar un tiro a distancia por sorpresa y otra muy diferente pretender que sea habitual. El lanzamiento cómodo de un jugador es el que habitualmente convierte, y es mejor para el equipo un tiro cómodo de cualquier jugador que uno incómodo de la estrella.

El ala-pivote catalán está jugando en un lugar en el que los espacios son diferentes y ni siquiera tiene una brújula para orientarse. Asimilar una posición a la edad de Gasol -y teniendo en cuenta su trayectoria- es volver a aprender el deporte por completo. Un lenguaje distinto. Y créanme que no se aprende a hablar en chino de hoy para mañana.

Quiero compartir esta tabla con ustedes, en la que podemos observar los tiros de Gasol en esta temporada, gentileza del departamento de estadísticas de ESPN:

Gasol lanza, por noche, 3.9 tiros desde menos de 5 pies (menos de 1.5 mts) con 62% de efectividad. Vemos cómo va decreciendo su efectividad mientras se aleja del aro: 35.7% de 5 a 9 pies (entre 1.5 mts y 3 mts), 40.0% de 15 a 19 pies (entre 4.5 y 6 metros) y 38.3% de 20 a 24 pies (entre 6 y 7.31 mts).

Es normal que baje la efectividad a medida que uno se aleja del objetivo, lo que no es normal es que Gasol, un interno que está acostumbrado a moverse de espaldas al aro, ejecute, por noche, 3.9 tiros a menos de 1.5 mts y siete entre los 5 y los 24 pies (1.5 a 7.31 mts).

Esto es una auténtica locura.

Observemos ahora la tabla de lo que ha hecho Gasol en su carrera, en cuanto a lanzamientos y distancias:

Veremos que los porcentajes a distancia, en otras temporadas, han sido superiores. ¿Qué es lo que ha cambiado? La cantidad de veces que ha intentado en posiciones incómodas en esta temporada. Mucho más. Y también el recorrido que hace dentro de una ofensiva estacionada. La pelota pasa poco por sus manos y eso no sólo le obliga a tomar tiros sin tanta selección, sino que lo destroza en confianza. Muchos de sus compañeros son agujeros negros: si entregas el balón, jamás regresa.

Vayamos a los números. Una jugada se define por un lanzamiento, un tiro libre o una pérdida de balón. Como nos informa el departamento de estadísticas de ESPN, un bajísimo 19.9% de las jugadas de Gasol han sido en posteos, algo que es un bajo de carrera y una disminución alarmante respecto a los tiempos de Phil Jackson, cuando corría la ofensiva triangular propiedad de Tex Winter. En la actualidad, el ala-pivote español promedia sólo tres jugadas de posteo por noche con 2.5 puntos por juego, mediante esta vía, en esta temporada.

Esto es una clara muestra de dónde está jugando Gasol por noche. Veamos el gráfico:

Ahora bien, si decimos todo esto de Gasol, estamos obligados a señalar una premisa falsa que afirma que los Lakers son el equipo de Kobe. Es cierto, Bryant aparece cuando los demás miran para el costado -una necesidad, no una solución genuina-, pero este equipo está construido alrededor de Howard. No es una elección: el centro ex Magic no sabe jugar con compañía en la pintura. No se mueve como corresponde para facilitar el trabajo de sus compañeros, porque su dominio es físico, no conceptual.

Veamos los tiros de Howard para entenderlo un poco más.

En esta temporada, por ubicación:

En su carrera, por ubicación:

Sus números no oscilan demasiado, pero teniendo en cuenta la estructura de sus equipos, deberían haber cambiado esta temporada en los Lakers. No hay evolución sino continuación. Él se mantiene a costa de un equipo mediocre. Stan Van Gundy jugaba con una ofensiva de cuatro hombres abiertos siendo Howard única referencia. Esto quiere decir que Howard jamás "jugó de Andrew Bynum" al lado de Gasol. Hace lo que siempre hizo: moverse con la expresión de un tsunami, desparramando lo que haya a su alrededor sin reparar en costos. Y sin mirar a sus compañeros.

En este sentido, nunca se trató de Gasol y Howard sino de Gasol o Howard. Es uno o el otro. Jamás lo sabremos, pero yo estoy absolutamente convencido de que si los Lakers decidiesen sentar a Howard y poner a Gasol a jugar con cualquier interno decente de la Liga, este equipo sería superior.

De todos modos, en terreno de supuestos, todos tenemos una teoría. Pero la realidad es inequívoca y nos muestra que el mundo, aquí, ha vivido equivocado. Howard puede llegar más al aro, pero jamás hará mejores a sus compañeros como lo hace Gasol.

Juntar estrellas no es armar un equipo. Gasol, en esta versión de Lakers, ha sido una víctima de Howard.
Hasta que D'Antoni no ubique como corresponde las piezas en el tablero, la desdicha seguirá viviendo en el corazón del Staples Center.

Por más ilógico que suene, esto puede terminar con Pau fuera de Los Angeles. Y será en ese momento cuando todos, absolutamente todos los hombres vinculados a los Lakers, golpearán sus cabezas contra la pared lamentando lo que hicieron.

Las sonrisas, para ese entonces, brillarán en otro lugar de Estados Unidos.

Gasol estará allí para contarlo.