BUENOS AIRES -- En Copa Davis, la diferencia de ranking pocas veces importa. No es un mito.
Si bien no alcanzó para quedarse con la victoria, Carlos Berlocq lo demostró una vez más al obligar a Jo-Wilfried Tsonga, máxima carta francesa, a disputar cinco sets antes de llevarse el primer punto de la serie.
"Tengo una fuerza interior que me ayuda a aguantar en momentos extremos. Al final agarré una raqueta con encordaje duro y nunca se aflojó para dañar con mis golpes pero me superó él. Me ganó el quinto set por su jerarquía". Lejos de sentirse un jugador copero, el hombre de Chascomús es consciente de sus puntos a favor y los aprovecha, ya sea en el circuito o por Copa Davis.
Tras el partido, el pupilo de Francisco Yunis y Leonardo Alonso afirmó: "Estuve muy cerca de la mejor victoria de mi carrera. De ganar a estar cerca hay mucha diferencia. Pero es injusto estar triste, debo valorar lo que hice con esta intensidad. Tengo que ver las cosas buenas".
El argentino, a pesar de su vendaje en rodilla izquierda para prevenir tendinitis rotuliana, se sintió bien físicamente. Es más: "Yo estaba para jugar otro par de horas. Sentí que si el quinto se alargaba estaba para mi lado. Voy a ver el partido en video para saber qué hice bien y en qué me equivoqué. Siempre me gusta verme".
Si bien el Estadio Mary Terán de Weiss estuvo lejos de alcanzar los 14 mil espectadores de su capacidad, el local siempre se sintió cómodo: "La energía de la gente fue un plus. Lo que se siente con el público acá siempre es espectacular. Nos encanta jugar acá y de hacerlo en otro lado quedaría gente afuera. La adrenalina es muy buena. Quedé cansado por el ritmo del partido pero, si bien pueden jugar Horacio (Zeballos) o David (Nalbandian), tengo la cabeza en el quinto punto del domingo".