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Draft como última prueba de carácter

Las entrevistas de Te'o tomaron mucha relevancia tras un engaño cibernético del que fue víctima. Icon SMI

BRISTOL -- Ken Herock escuchó la conmoción, después se asomó por un pasillo estrecho en el ocupado hotel de Indianapolis y atestiguó una imagen perturbadora.

Un visor de la NFL tomó del brazo a un jugador y lo llevó al cuarto de a lado. Otro cazatalentos se resistió y exhortó al prospecto a ir con él. Herock sabía que el combinado de la NFL podía ser intenso, pero esto rayaba en lo indignante. Sus ojos se abrieron aún más cuando vio lo siguiente: llovieron puñetazos, el prospecto miraba espantado, los demás entrenadores corrían para intervenir.

Han pasado casi tres décadas desde que Herock --ex ejecutivo de los Green Bay Packers, Oakland Raiders y Atlanta Falcons-- atestiguó esa pelea, y aún cree que dos cosas importantes pasaron por su mente en ese momento. Una fue que el proceso de entrevistas del combinado debía ser mejor estructurado, que ha sido el caso por años. La otra fue que la sesión de preguntas y respuestas se estaba convirtiendo en una parte vital para evaluar a los futuros jugadores de la NFL.

Si esos dos hombres se fueron a los golpes sobre quién tenía derecho de entrevistar primero en ese entonces, ya no pasaría mucho tiempo antes que el proceso se volviera más crítico para que los equipos apuesten millones de dólares en estos jóvenes.

Claro, la entrevista no es tan sexy como la prueba de las 40 yardas. Tampoco fue tan controversial como la prueba Wonderlic. Simplemente fue la mejor oportunidad para que los equipos conocieran los problemas potenciales que hoy en día son aún más críticos.

"No hay duda que las entrevistas previas al draft se han vuelto más importantes", dijo Herock. "Es porque el carácter de los jóvenes se ha vuelto más importante. Éramos capaces de esconder muchos problemas que se enfrentaban los jugadores. Ahora no puedes esconder nada. Así que los equipos deben saber lo que viene al reclutar a un chico".

Ese sentimiento nunca había sido más aparente que en este temporada baja. El apoyador de Georgia, Alec Ogletree, pudo cimentar su estado de selección de primera ronda al explicarles a los equipos su arresto por conducir bajo influencia del alcohol justo antes del combinado, así como una prueba antidrogas positiva en la universidad.

El esquinero de LSU, Tyrann Mathieu, también ha conducido un cambio de imagen a alta velocidad, luego que fuese expulsado del equipo la temporada pasada por rumores de drogadicción. Como Mathieu lo dijo, "Mi mejor amigo ahora mismo es la honestidad".

Después está el apoyador de Notre Dame, Manti Te'o. Cuando llegó al combinado de este año, sabía que cada equipo con el que se reuniera, iba a preguntarle sobre su noviazgo falso en línea.

Te'o expresó: "Quieren ser capaces de confiar en su jugador. No quieres invertir en alguien que no confías. Sólo tratan de conocerte, conocerte como personas y como jugador de fútbol americano. Entiendo de donde sale todo".

"Somos muy creyentes de los procesos de entrevistas", dijo el gerente general de los Minnesota Vikings, Rick Spielman. "En el Senior Bowl, hacemos que nuestro personal de entrenamiento entreviste a todas las posiciones. Todos nuestros visores, [el head coach] Leslie Frazier y yo, trataremos de indagar a la mayor cantidad posible de jugadores. [Es] para tener certeza que estamos trayendo a ese tipo de personas con calidad, no sólo como jugador de fútbol americano pero como pieza del vestuario y lo que buscamos fuera del campo".

El problema, no obstante, es que un par de franquicias se han vuelto un poco agresivas en persecución de los detalles. Tras el combinado de este año, el ala cerrada de Colorado, Nick Kasa, le dijo a CNN que un representante de equipo puso en cuestión su orientación sexual con la pregunta, "¿te gustan las chicas?".

El gerente general de los Miami Dolphins, Jeff Ireland, también generó titulares tras su entrevista con el actual receptor de los Dallas Cowboys, Dez Bryant, previo al draft de 2010. En una conversación larga sobre el pasado de Bryant, Ireland le preguntó al jugador si su madre era prostituta. Bryant le dijo después a Yahoo! Sports que mantuvo la calma: "Recibí muchas preguntas de ese tipo: ¿Aún está en las drogas? Me senté y respondí todas", le dijo al sitio web; pero la noticia tocó un nervio. Cuando Ireland se disculpó por su falta de sensibilidad, justifició su pregunta al decir, "Mi trabajo es descubrir la mayor cantidad de información posible sobre un jugador que estoy considerando reclutar. A veces eso lleva a preguntas cosas profundas".

Lo que Ireland no mencionó fue lo complicado que se ha vuelto el proceso de entrevistas tanto para jugadores como para equipos. Solía ser una formalidad décadas atrás. Ahora, literalmente puede hacer la diferencia entre millones de dólares para jugadores, y años de frustración para un club que termine con el siguiente JaMarcus Russell.

Spielman manifestó: "Someteremos a todos contra el arsenal".

Por la expectativa de los equipos en la cooperación de los reclutas previamente, necesitan saber cuanto antes qué nivel de madurez tienen. Algunos clubes pasan tanto tiempo investigando prospectos, que el gerente general de los Seattle Seahawks, John Scheneider dijo, "Te sorprenderías. Nuestra persona de seguridad hace una cuenta de Twitter y Facebook. No obstante, esto fluye hacia los dos lados. Hay algunas personas en Twitter, y es como si trataran de ser Eddie Haskell. Están escribiendo, 'Oh, me voy a ejercitar y son las 3:30 a.m.'. Eso es algo raro".

"Recuerdo haber estado en los New York Jets cuando MySpace estalló y checábamos a los jugadores en eso", dijo el ex entrenador en jefe de la NFL y actual analista de ESPN, Eric Mangini. "Encontramos cosas que nos preocupaban --ya fuesen fotos o detalles sobre ciertas experiencias-- y los imprimíamos. Cuando nos reuníamos con el chico, le mostrábamos eso y le pedíamos explicaciones. No es que veas a alguien y digas que él es esa persona. Estás tratando de determinar patrones de comportamiento".

Los equipos tampoco temen usar especialistas para encontrar información crítica que pueda ser usada en las entrevistas. Los Cleveland Browns usaron al ex miembro del Servicio Secreto, Lew Merletti, para hacer sus sondeos durante años. El vicepresidente de seguridad de los New York Jets, Steve Yanell, es ex agente del FBI. Los Raiders no usaban esas tácticas cuando el dueño Al Davis seguía con vida, pero Davis hacía que un miembro de la directiva se hiciera pasar como reportero de Sports Illustrated llamando a estelares colegiales. El impostor usaba esa ventana para preguntarle cosas a los jóvenes sobre los compañeros que el equipo contemplaba reclutar.

Cuando estaba a cargo de los Indianapolis Colts, el hoy analista de ESPN, Bill Polian, tenía sus propios métodos confiables para recopilar información antes de las entrevistas. Su personal de seguridad llevaba a cabo revisiones de historial, el área de visores trabajaba las universidades y sus entrenadores, y delineaban guías de medios para detalles importantes; y otro representante del equipo charlaba con conexiones de preparatoria, incluyendo entrenadores, directores y consejeros vocacionales. Polian veía la entrevista como el último paso en una evaluación que duraba un año, y también estuvo entre los primeros ejecutivos en impulsar las pruebas psicológicas.

Polian introdujo por primera vez esos métodos cuando estaba a cargo de los Bufalo Bills, entre 1986 y 1993. "No sentía que un visor colegial estaba calificado para determinar cómo se desempeñaba alguien bajo presión", dijo Polian. "Y para eso estaban [los entrenadores y ejecutivos de la NFL]. No éramos psicólogos o detectives. He escuchado a algunas personas decir, 'puedo ver a los ojos del muchacho y ver lo que necesito saber'. Yo no creo en eso".

"Cuando reporto los drafts, trato de hacer recomendaciones", dijo Robert Troutwine, un ex profesor de psicología que creó el método usado por Polian durante su carrera, y seis equipos de la NFL aún lo utilizan. "Digo algo como, 'así es como reacciona alguien bajo presión', o, 'esta persona tiene un aprendizaje más visual'. Quieres que los equipos estén preparados para hacer ciertas cosas si toman a cierto jugador. Y si esos equipos son honestos consigo mismo, aceptarán cuando no pueden ayudar a alguien".

Dado el énfasis por meterse en la cabeza de un jugador, tras salir de la NFL en 2003, Herock lanzó su propia empresa entrenando selecciones de draft en cómo manejar esas entrevistas. Como ejecutivo en los 80 y 90, recordó los días cuando equipos tomaban jugadores en el combinado o en un juego de estrellas, se sentaban con ellos unos minutos, y medían cómo salió esa reunión improvisada.

Ese acercamiento tenía todo la credibilidad de una encuesta en línea. Tampoco pareció cargar tanto peso como las pruebas físicas. Básicamente, si un chico productivo podía correr las 40 yardas en 4.3 segundos, tendría que ser un asesino serial para perderse la oportunidad de ser tomado en una ronda alta.

Esa actitud aún existe ahora, pero la mayoría de los jugadores entiende que su presentación fuera del campo significa lo mismo. Herock le dice a todos sus clientes que empiecen con lo básico: un apretón de manos firme, ver a la gente directo a los ojos, entender cómo articular sus ideas. Si el jugador tiene problemas fuera del campo, Herock le dice que mantenga sus explicaciones simples. Junto con la alimentación de detalles, dijo Herock, es crucial que los jugadores sean concisos y muestren remordimiento por sus errores.

Eso podría sonar obvio, pero como dijo Herock: "Es comunicación. Si alguien tartamudea o no proyecta confianza en la sala, ¿cómo lo hará en el campo?". Ron Freeman, quien es agente y padre del mariscal de campo Josh Freeman de los Tampa Bay Buccaneers, añadió: "Preguntarán cosas extrañas sólo para ver cómo responder una persona cuando está incómodo. En algún punto de tu carrera profesional, saben que estarás en una situación incómoda. Necesitan ver cómo lidias con ello".

La presión se intensifica primero en el combinado, donde los equipos tienen 15 minutos para visitar jugadores. Ogletree dijo haberse reunido con 25 equipos en Indianapolis, y casi la mitad de las preguntas que enfrentó, eran sobre su arresto, de acuerdo con NFL.com.

Cuando el corredor de Alabama, Eddie Lacy --un jugador sin historial problemático--, se sometió a su entrevista en el combinado, se reunió con ocho equipos en una noche. Todos empezaron con preguntas similares sobre su origen, antes de lanzar preuntas sobre su inteligencia en el deporte.

"Querían saber sobre mi familia, dónde crecí, y luego pasaron a jugadas de fútbol americano", dijo Lacy.

La percepción común es que todo en esas sesiones gira en torno a cuánto conocimiento pueden desplegar los jugadores cuando se les pide analizar jugadas y defensivas. Pero algunos jugadores pueden incrementar su valor simplemente preparados para impresionar. El gerente general de los Kansas City Chiefs, John Dorsey, dijo que se sorprendió tras su conversación con el mariscal de campo de los Seahawks, Russell Wilson, en el combinado del año pasado. Aunque Wilson era tan pequeño que se convirtió en selección de tercera ronda, su combinación de madurez, inteligencia y motivación lo convirtieron en el entrevistado más memorable que Dorsey, ejecutivo de los Green Bay Packers en ese entonces, había conocido en 25 años.

El otro lado de esas historias, sucede cuando los equipos terminan sobrevalorando a un jugador por su entrevista. Ese error llevó al ex entrenador de los Denver Broncos, Josh McDaniel, a tomar al mariscal de campo Tim Tebow en la primera ronda del draft de 2010, principalmente por la fuerza que dio una reunión de siete horas con el ex estelar de Florida. Pese a llevar a los Broncos al título de la AFC Oeste el año siguiente, Tebow fue canjeado a los Jets, y su futuro como pasador en la NFL está entre graves interrogantes.

Cada prospecto líder en el draft de este año tendrá oportunidades amplias de generar impresiones similares en las franquicias. Cada franquicia tiene visitas con unos 30 jugadores antes del draft, y ese tiempo es preciado para evaluarlos. El prospecto inteligente entiende que todo lo que diga puede afectar su futuro. Los prospectos también saben que su vestimenta puede revelar mucho sobre su madurez.

Troutwine expresó: "Llegamos a un punto donde los equipos nos pueden decir que hallemos un muchacho tipo Wes Welker (jugador no reclutado que encontró éxito en la NFL), y puedes ver ciertas variables en su contrucción de fútbol americano para hacerlo. Sería como observar por un telescopio y decir que es como Júpiter o Saturno. Estamos tratando de mantenernos un paso adelante".

Esa es una realidad que Herock pasa a sus pupilos constantemente. Como aprendió en sus días como evaluador de talento, cada pequeño detalle importa. "Siempre reclutas talento, pero hay mucho que decir en cuando a cómo te presentas", dijo. "Si se trata de un equipo decidiendo entre dos personas por una selección de primera ronda, ¿a quién elegirán? Ultimadamente, tomas al chico que te causó mejor impresión".