Nigel Collins 11y

El amor de los filipinos al boxeo

Manny Pacquiao estaba retrasado, así que todos esperamos en el patio del edificio con estilo colonial que albergaba al ayuntamiento de Manila, escuchando a la banda conformada por 30 músicos y que me saludó a mi llegada. La primera nota fue tocada justo en cuanto se abrió la puerta de la camioneta, pero me tomó unos cuantos segundos darme cuenta de que era parte de mi bienvenida oficial. No debería haberme sorprendido, especialmente porque era el primero de un sinnúmero de escenarios surrealistas que se dieron durante mi estancia de 11 días en Filipinas en 2004.

Y estaba a punto de volverse aún más extraño.

Pacquiao llegó cerca de 15 minutos después, ovacionado por la multitud que se había reunido para saludarlo. Se veía somnoliento y con un fuerte aliento matutino, pero a nadie le importaba. Fuimos llevados adentro, donde el alcalde Lito Atienza pronunció un breve discurso y me entregó la llave de la ciudad. Unos minutos después, yo estaba de vuelta en la camioneta con el chofer batallando para mantenerse en el mismo ritmo que la escolta de motocicletas en camino al Palacio Malacanang, la residencia oficial del Presidente de Filipinas.

Luego de una instrucción de protocolo, conocí a la entonces Presidenta Gloria Arroyo -- una mujer pequeña y alegre, con una sonrisa profesional -- quien fuera enviada a prisión por cargos de corrupción cuando dejó el poder. Nos unimos al alcalde Atienza y a Rod Nazario (ex mánager de Pacquiao) adentro del Salón de Ceremonias, donde le presenté a Manny el cinturón de campeonato pluma de la revista The Ring, que había obtenido por vencer a Marco Antonio Barrera.

Los periodistas deportivos no son considerados como mandatarios en el mundo occidental, pero yo fui tratado como un integrante de la realeza. La hospitalidad extravagante y la agenda sin fin de eventos con la prensa tuvieron poco o nada qué ver conmigo personalmente. Era por el amor enorme que tienen los filipinos al boxeo, y porque yo había venido del otro lado del mundo para honrar a uno de los suyos, por lo que habían convertido la ocasión en una extravagancia de una semana.

Aunque fue el evento de mayor perfil en mi visita, presentar el cinturón en la versión filipina de la Casa Blanca era sólo una indicación del sitio especial que tiene el boxeo en el corazón de los habitantes de Filipinas. Prácticamente cada paso que di se convirtió en noticias de primera plana en los numerosos diarios de habla inglesa del país. Hubo tantas conferencias de prensa, entrevistas y visitas a diversas luminarias, que hubo muy poco tiempo para descansar. En un momento, la situación se volvió tan loca, que un reportero de televisión apareció tras esconderse en los arbustos, mientras mis amigos y yo cenábamos al lado de la alberca en el hotel de Manila.

Probablemente, el boxeo no se hubiera convertido en algo tan popular en Filipinas si no fuera por la ocupación militar de Estados Unidos al final de la Guerra Hispanoamericana. En un esfuerzo por reducir los índices de deserción, suicidio, enfermedades de transmisión sexual, abuso de drogas y alcoholismo entre los soldados y marineros estadounidenses que estaban estacionados en Filipinas, los comandantes ofrecieron al box como una solución potencial.
De acuerdo a un artículo de Joseph R. Svinth, que fue publicado en la edición de julio de 2011 del "Diario de Deportes de Combate", "Muchos de los pioneros del box en Filipinas era afro-americanos", ya que "formaban un porcentaje significativo de soldados americanos que servían en Filipinas entre 1899 y 1902". También hubo soldados de raza blanca que boxearon en Filipinas, siendo el más notable Mike Ballerino, nacido en Nueva Jersey, y quien regresó a casa para ganar el título súper pluma en 1925.

Durante la mayoría de la primera década, los boxeadores filipinos eran usualmente limitados a las peleas preliminares, pero para 1919, ya estelarizaban las funciones. Frank Churchill, promotor estadounidense con base en Manila, junto a Stewart y Eddie Tait, abrieron un escenario que llamaron The Olympic, y ayudaron al desarrollo de boxeadores nativos. Fue Churchill el responsable del crecimiento de Francisco Guilledo, quien se volvió famoso luego de cambiarse el nombre a Pancho Villa, en honor del revolucionario mexicano.

Villa –quien peleaba con un estilo sin cesar y de movimiento perpetuo- se convirtió en un imán de taquilla, por lo que Churchill decidió que él podría ser igual de popular en Estados Unidos y ganar más dinero. Villa inició su campaña estadounidense en junio de 1922, y los aficionados rápidamente se enamoraron del púgil diminuto, con cabello negro y una personalidad cautivante. Incluso, él separaba las cuerdas y ayudaba a que sus oponentes entraran al ring. Pero una vez que sonaba la campana, Villa no era nada amistoso y despedazaba a sus rivales de la misma forma en cómo lo hacía Pacquiao cerca de 80 años después.

En 1923, Villa ganó el título mosca al noquear a Jimmy Wilde ante una gran asistencia en el Polo Grounds de Nueva York. Regresó a Filipinas en 1925 para dos peleas -- un nocaut sobre Francisco Pilapil sin título de por medio, y una defensa exitosa ante Clever Sencio, por decisión tras 15 rounds. Nadie esperaba que ésa sería la última victoria de Villa.

Volvió a Estados Unidos en julio y aceptó una pelea sin exponer el título ante el futuro monarca welter, Jimmy McLarnin. El día previo a la pelea, Villa, quien sufría de úlceras en los dientes, se sometió a una cirugía dental. Al día siguiente, subió al ring pese a la prohibición de su médico, y con la mandíbula claramente inflamada, según vieron aquellos sentados en ringside.

Tras perder por decisión, la condición de Villa empeoró ya que la infección se extendió a su garganta. El 14 de julio, murió en el quirófano a la edad de 23 años. Su muerte fue atribuida a envenenamiento de la sangre, pero los diarios de esa época indicaban que una sobredosis de anestesia pusieron a Villa en la lona para el conteo final.

El éxito de Villa en Estados Unidos fue el inicio de una invasión de peleadores filipinos. Fueron tantos los que cruzaron el Océano Pacífico, que fueron llamados la "Flota de mosquitos". Entre los que siguieron los pasos de Villa, estaban hombres fuertes como Little Dado, Small Montana, Speedy Dado, Young Tommy y Ceferino García, quien se convirtió en campeón medio en 1939.

No fue sino hasta finales de los años 50 cuando brilló otra generación dorada en el boxeo de Filipinas. En esta ocasión, fue Gabriel "Flash" Elorde quien conquistó a la nación y llevó al boxeo a alturas más grandes que ningún otro. Él ya era una atracción popular cuando, en 1960, noqueó a Harold Gomes frente a más de 36,000 aficionados en el Coliseo Araneta (escenario del "Thrilla in Manila" 15 años después), para conquistar el título superpluma. Elorde conservó el título por siete años, con nueve defensas. Durante gran parte de su reinado, también tuvo el título ligero de la FBOP (Federación de Boxeo del Oriente y Pacífico), defendiéndolo de manera regular.

La carrera larga y prolífica de Elorde ayudó a estabilizar al boxeo en Filipinas, pero fue su impecable vida personal lo que lo convirtió en un ícono nacional, al igual que talento para pelear. El modesto y generoso Elorde siempre se hacía amigo de sus rivales y los invitaba a cenar en su casa luego de la pelea. Compró un terreno en Sucat, a las afueras de Manila, y construyó el Elorde Sports Center. "Flash" murió de cáncer pulmonar en 1985, pero su familia todavía está involucrada en el boxeo, y operan el centro que incluye una mezcla de actividades que incluyen el boxeo, peleas de gallos, baile de salón y natación. Actualmente, los niños de Filipinas leen acerca de Elorde en los libros de historia, ya que los logros de su aclamado héroe dentro y fuera del ring han perdurado con el paso del tiempo.

Hubo numerosos campeones de Filipinas entre la época de Elorde y la llegada de Pacquiao, incluyendo -- pero no limitándose -- a: Erbito Salavarria, Ben Villaflor, Rolando Navarrette, Dodie Boy, Gerry Penalosa, y Luisito Espinosa. Ninguno de ellos, sin embargo, se han acercado para igualar a Villa, Elorde o Pacquiao.

El multitalentoso Nonito Donaire, quien pelea el sábado contra Guillermo Rigondeaux en una pelea unificatoria de títulos súper gallo, es considerado por muchos como el heredero de Pacquiao. Que él pueda trascender en el boxeo con el mismo impacto que lo hizo Pacquiao es un punto debatible, pero no hay duda de que forma parte de la misma tradición de todos los peleadores de Filipinas.

La tradición se remonta a 1521, cuando el Jefe Lapu-Lapu y los miembros de su tribu pelearon contra los invasores españoles y mataron a Fernando de Magallanes en la Batalla de Mactán. Debido a que los países foráneos ocuparon Filipinas por casi 400 años (desde 1540 hasta después de la Segunda Guerra Mundial), muchas personas han olvidado lo orgulloso que eran los guerreros filipinos antes de ser subyugados por las armas modernas empleadas por los imperialistas.

Siglos de opresión bajo el control de los extranjeros, sin embargo, no se llevaron el espíritu de pelea de la gente de Filipinas. Eso ha sido mejorado por el tipo de desesperación que llega a la mentalidad de "no tengo nada que perder" tan notable en la mayoría de sus boxeadores.

"Por supuesto, no todos los boxeadores en Filipinas son del mismo nivel que Pacquiao, pero siempre hay un parecido entre los púgiles de Filipinas y ellos siempre pelean con el corazón en la mano", dijo el periodista estadounidense Ted Lerner, quien ha vivido en Filipinas durante casi 19 años.

Aunque un peleador como Pacquiao es un fenómeno que no se da todos los días, el futuro del boxeo en Filipinas luce promisorio. Con más razón, con un ingreso per cápita menor a $2,500, no hay escasez de reclutamiento.

"El boxeo tiene una larga y orgullosa historia en Filipinas, y el deporte está arraigado en la cultura de los nativos del país", dijo Lerner. "Los filipinos aman el boxeo, y los púgiles intrínsecamente lo saben, lo que le da al deporte un significado profundo. Es por eso que Filipinas fue, es y siempre será un país serio en el boxeo, que produce peleadores atractivos y de clase mundial".

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