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El contraste de Scott y Cabrera

AUGUSTA -- Adam Scott es una gran historia. Ganó el primer saco verde para Australia y finalmente logró lo que su ídolo Greg Norman célebremente no pudo lograr.

Es un héroe en Sydney, Melbourne, Perth y Brisbane. Es más ídolo que Crocodile Dundee, Nicole Kidman y Mel Gibson combinados.

Eso está muy bien.

Pero Ángel Cabrera también habría sido una gran historia, si hubiera obtenido su segundo saco verde.

Estamos hablando de un hombre de 43 años de edad, salido de la pobreza como caddie en argentino, cuyos únicos triunfos en el PGA Tour son el Masters del 2009 y el US Open del 2007.

Estamos hablando de un hombre que ni siquiera estaría en el PGA Tour, si no fuera por la exención que recibió al haber ganado ese Masters.

En 20 torneos del PGA Tour en 2012, ganó sólo 283.385 dólares. Eso es dinero de bolsillo para Tiger Woods. Es lo que cualquiera de los jugadores de renombre gana en uno de esos eventos sin corte clasificatorio.

Cabrera definitivamente quebró el molde cuando Dios hizo a los golfistas profesionales. No se supone que un golfista profesional camine como un pato, tenga un swing hecho en casa y sólo gane Majors.

Si uno se guiaba por los papeles, Scott era el candidato a ganar el domingo.

El australiano de 32 años de edad había hecho todo bien en su carrera, excepto conquistar un Major. Había ganado el Players Championship y el World Golf Championship, y había estado muy cerca de la victoria el algunos Majors.

Pero si Cabrera dependiera del currículum para lograr cosas, nunca habría salido de los barrios bajos de Córdoba, Argentina.

Ver a Cabrera y a Scott en el desempate del Masters permitía apreciar claramente el contraste entre ambos.

Scott, el chico bonito, con el swing perfecto y la sonrisa encantadora. Cabrera, con un swing inventado por él.

Scott, con un caddie neozelandés millonario, acostumbrado a ganar Majors con Tiger Woods.

Cabrera, con un caddie con mínima experiencia en torneos grandes: su hijo Angelito.

Pero estas diferencias no importaron el domingo. Cabrera tuvo la audacia de hacer birdie en el hoyo N° 72 para ir a desempate con Scott, quien ya había terminado con 9 golpes bajo el par.

Cabrera tuvo la audacia de ganar el Masters del 2009 cuando parecía que iba a ser el primer eliminado en el desempate, cuando su bola cayó detrás de un árbol en el hoyo 18.

Cabrera tuvo la audacia de vencer a Tiger Woods y Jim Furyk en el US Open en Oakmont en el 2007, luego de iniciar la última ronda a cuatro golpes de la punta.

Sí, "audaz" es una buena forma de describir a Cabrera.

El próximo paso en su carrera seguramente será meterse en la pelea por el título en algún futuro Major.

Tal vez, Cabrera no encaje en la retrato de lo que se supone que un ganador de Major debe ser, pero le argentino sigue demostrando que tiene lo necesario para triunfar cuando el escenario es lo suficientemente grande.