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Martínez vs Murray: acción

BUENOS AIRES -- Ya está todo listo. Y, aunque faltan unos días, se siente la adrenalina que corre para todos. Boxeadores, periodistas, aficionados y curiosos, esperando y palpitando la pelea. "¿Quién gana?", preguntan en la calle, aunque todos dan por descontado que será una noche organizada a la medida para que Sergio Maravilla Martínez se reencuentre con todo éxito ante su público, luego de más de diez años de ausencia, al medirse con el británico Martin "The Power" Murray.

Paradojas de la vida. Cuando Martínez decidió irse a vivir a España, lo hizo porque el magro boxeo local no le daba grandes ganancias. En esa época podía caminar por cualquier calle de Buenos Aires sin que nadie lo reconociera, salvo --claro está-- en su Quilmes, donde siempre fue figura: peinados nuevos y coloridos, talento para mover un par de piernas flacas y ágiles, brazos finitos y largos, que llegaban abajo y arriba del rival, y los bombos marcándole el compás desde las tribunas. No por algo el periodista Luis Blanco lo bautizó Maravilla.

El pibe que había estado codo a codo en la Selección Amateur con otros jóvenes colegas como Omar Narváez, llegó a ser campeón argentino de peso welter, aunque según sus palabras, "Me cansé de comer fideos con aceite todos los días, hice la valija y me fui". Para entonces tenía una sola derrota, en Las Vegas y frente a Antonio Margarito. La falta de experiencia ante semejante adversario le costó la pérdida de su invicto, pero le dejó una enseñanza. "Me di cuenta de que si me ponía a trabajar en serio, iba a llegar, y eso hice", confesó una vez.

No es el momento de escribir golpe a golpe toda su historia, sobre todo porque la última, la más reciente, la conocen todos. Perdió casi todo su equipaje cuando llegó a Europa, pero por suerte se salvó un papelito, escrito por el técnico Juan Carlos Pradeiro, con el teléfono de Pablo Sarmiento, por entonces boxeador en plena actividad. "No tengo nada, perdí todo", dijo Martínez. Sarmiento --quien prácticamente no conocía a Sergio-- ni lo dudó: "Venite para mi casa" y así empezó una amistad que perdura, ya que si bien al comienzo el técnico de Martínez fue Gabriel Sarmiento, ahora ese lugar lo ocupa su hermano, Pablo.
Primero con el promotor español Ricardo Sánchez Atocha y luego con su actual manejador, Sampson Lewkowicz, quien lo ayudó a desembarcar en la Tierra Prometida: Estados Unidos. "Se lo ofrecí a Bob Arum y dijo que no, se lo comenté a De La Hoya y dijo que no, hasta que finalmente, Lou DiBella confió en el proyecto y así seguimos... Y aquí estamos", cuenta Lewkowicz.

Hoy la gente de la Argentina tiene una "Maravilla-manía" extraordinaria, con esa gran capacidad del argentino para enamorarse de los triunfadores en general. "Cuando volví a mi casa me encontré con cientos de primos que jamás conocía y con un número extraordinario de amigos de los que no tenía ni idea", comentó una vez, riendo, el propio Maravilla. "Y muchos me decían, ¿Te acordás cuando te pagaba el café? Y la verdad es que, en esa época... ¡Nadie me pagaba ni un café, ja!".

Lo cierto es que Maravilla se pudo abrir paso con los guantes puestos. Baste recordar aquel tremendo nocaut logrado ante Paul Williams en Atlantic City, el 20 de noviembre de 2010, cuando todavía era campeón regular del Consejo, título que más tarde resignó por el de Diamantes, con la promesa que tendría luego su chance con el nuevo campeón, Julio César Chávez Junior. "Todo el mundo recuerda mi victoria sobre Chávez Junior en Argentina --dice el boxeador-- pero mi gran pelea, de verdad, fue cuando vencí a Kelly Pavlik (17 de abril de 2010) y logré el campeonato mundial, claro que para esa época no me conocía nadie en mi país..."

Necesitó participar de "Bailando por un sueño" para que, de una noche para otra, capturara no solamente a miles de seguidores, sino también de admiradoras. "Fue algo calculado --explica su amigo y socio español Miguel de Pablos-- sabíamos que, a través de ese programa, íbamos a capturar otro público, especialmente el femenino". No se equivocaron.

Así que, cuando se enfrentó con Julio César Chávez Junior en Las Vegas, el 15 de septiembre pasado, paralizó al país, hizo saltar varios relojes de ratings y se anotó una victoria amplia a la que no faltó el dramatismo de esa caída en el último asalto.

De ahí a que su primera defensa se haya programado en Argentina, no pasó demasiado tiempo. Se cuenta, además, con el apoyo estatal, ya que tanto Aerolíneas Argentinas como YPF son sponsors oficial de este combate, luego de una teleconferencia sostenida entre Martínez y Cristina Kirchner, que fue emitida para la televisión abierta y en donde comenzó a gestarse la velada del sábado 27 de abril.

Ahora es el turno del británico Martin Murray, quien detenta el campeonato Interino de los medianos WBA, y que, a los 30 años, marcha invicto en 26 peleas, de las cuales se impuso en 25, con 11 por nocaut y un empate, frente a Félix Sturm en Alemania. Total, prácticamente la mitad de los números del argentino, quien suma 54 peleas, con 50 triunfos, de los cuales 28 fueron por KO, con 2 empates y 2 derrotas. Martínez, a los 38 años, ha tenido varios problemas físicos, incluyendo operaciones en tobillo y rodillas.

"De todas maneras, no me confío para nada, aun sabiendo que soy más joven y más fuerte", nos dijo Martin Murray, quien calcula que aunque el límite de la división es de 72,574 kilos, el sábado 27 subirá al ring de Vélez Sarsfield con unos 79 kilos.

Ya llegará el momento de analizar las claves boxísticas. Por ahora, baste decir que se calcula que unas 40 mil personas asistirán a esta velada en la que los precios van de 100 pesos la más barata, denominada popular hasta 5 mil el ring side VIP, que incluye algunos extras como invitación para ver el pesaje y otros detalles. El show fue bautizado "Por el honor y la Gloria" y será televisado por la Televisión Pública y TyC al mismo tiempo para la Argentina, ya que la señal original será producida por HBO, quien sumará a Roy Jones, el ex campeón del mundo de los pesados, como comentarista estrella, mientras que Michael Buffer tendrá a su cargo el anuncio estelar.

En el combate de semifondo, el argentino Luis Carlos "El Potro" Abregú, nacido en Tucumán pero salteño por adopción, se medirá con el canadiense Antonin Decarie, (27-1, 8 KO), por el campeonato mundial plata welter del WBC. Abregú, quien tiene una marca de 34-1 con 28 KO, es una de las figuras en pleno ascenso del boxeo argentino.

En la única pelea de boxeo femenino, y por el campeonato mundial de la categoría pluma, reconocida por la Federación Internacional de Boxeo, la argentina Claudia López (22-6-5, 5 KO) se enfrentará a la dominicana Dahiana Santana quien, a los 28 años, con un record de 31-6, 14 KO aparece como la clara favorita de este encuentro a 10 vueltas. Santa es la campeona mundial de peso pluma mientras que la argentina, a los 37, es también campeona FIB, pero de la división superpluma.

En otra pelea de campeonato mundial --en realidad, Interino--, de peso superpluma FIB, el argentino Fernando Saucedo (48-5-3, 6 KO) se medirá con el galés de Cardiff Gary Buckland (27-2-9 KO).
La primera pelea comenzará a las 17.20 horas, por lo que se prevé una muy larga jornada de boxeo, en la que no faltará un show musical a cargo de Bajofondo, un conjunto argentino-uruguayo en donde se destaca la presencia de Gustavo Santaolalla.

Mientras tanto, Maravilla Martínez y Martin Murray aguardan velando sus armas. Murray llegó a Buenos Aires el miércoles 17, y el argentino arribó el domingo 21. Ya no hay más tiempo que de espera, de especulaciones y de análisis, de ir pensando el choque entre un boxeador de larga distancia como Martínez ante un peleador muy agresivo como Murray.

Es tiempo de espera y análisis, hasta que suene la primera campanada.

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