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El que pega primero

Getty Images

BUENOS AIRES -- Sebastian Vettel entendió hace tiempo que un viejo adagio puede ser aplicado a la Fórmula Uno de estos tiempos. "El que pega primero, pega dos veces", apunta el refrán.

El alemán tuvo indicios en 2009, la primera temporada en la que peleó un título. Su lucha duró hasta la penúltima fecha, en Brasil. Jenson Button había sacado diferencia en la mitad inicial de la temporada al mando de aquel Brawn con el artilugio del difusor doble. El inglés ganó seis carreras de las primeras siete fechas y luego se atrincheró en la confiabilidad de su auto frente a los más rápidos Red Bull.

Vettel corroboró en 2011, camino a su segundo título, que la ventaja construida a comienzos de año -venció en cinco de las primeras seis carreras- fue clave para aguantar los embates de Fernando Alonso con Ferrari. Quizá siguiendo el dicho abusó de la confianza de su equipo e impuso sus intereses este año en Malasia para ganarle a su compañero Mark Webber. Así fue como construyó también su victoria en Bahréin, cuarta fecha de una temporada en la que ha ganado la mitad de los Grandes Premios. Vettel triunfó porque pegó primero.

El tricampeón más joven de la historia edificó su 28ª victoria desde la misma largada, cuando apuró a su compatriota Nico Rosberg, autor de la pole position pero muy vulnerable en el ritmo de competencia. Aunque perdió el segundo puesto con Alonso en la partida, Vettel se recuperó rápido con una maniobra en la que mostró su estirpe: metió el Red Bull con precisión quirúrgica en un encadenado de curvas y desplazó a la Ferrari.

En la tercera vuelta, en el mismo lugar, superó a Rosberg. Llegar rápido a la punta de la hilera resultaba clave para que funcionara la estrategia pensada por los ingenieros de la marca austríaca. Vettel cumplió en pista y a rajatabla lo que le habían marcado desde el garage. Casi siempre adelante, no tenía motivos para desobedecer.

Casi todo lo bueno que ocurrió en el convulsionado reino del golfo Pérsico sucedió a espaldas del vencedor. Lejos del campeón ocurrió la debacle de las Ferrari, se vio la consistencia de Lotus, sacó rédito la gran apuesta de Paul di Resta, penó Mercedes -principalmente con Rosberg- y luchó McLaren con un aguerrido Sergio Pérez. Checo cumplió su mejor prestación desde su llegada a McLaren con la agresividad que le reclamaba el director Martin Whitmarsh y que incluyó ásperas peleas con su compañero Button.

Vettel necesitaba llegar rápido a la punta porque tenía la sospecha de que Rosberg no contaría con buen ritmo en carrera y la certeza de que Alonso pararía tres veces en boxes, igual que lo estipulado por Red Bull. Con el asturiano en la misma secuencia, la ventaja inicial podía ser crucial para el desarrollo de las 57 vueltas.

La tarea se volvió más sencilla cuando se trabó el alerón móvil en la F138 de Alonso, en el inicio de la séptima vuelta, lo que obligó al bicampeón 2005/2006 a una inesperada y temprana detención en boxes. El cachetazo de los mecánicos cerró el ala pero cuando el piloto volvió a utilizarla quedó otra vez trabada. El español tuvo que volver a parar, lo que sentenció el final de su pelea por la punta, y con un agregado: el ala móvil dejó de funcionar y Alonso se quedó sin un dispositivo clave para lograr sobrepasos en los dos lugares habilitados para su uso. Que haya rescatado algunos puntos, con buenas maniobras de sobrepaso sobre los McLaren -luego perdió con Checo Pérez-, dio muestras de su talento aún con un coche inferior. Las pretensiones de Felipe Massa, quien tenía una distinta estrategia de uso de neumáticos, quedaron comprometidas luego de dos pinchazos de la rueda trasera derecha.

El finlandés Kimi Räikkönen aprovechó el buen trato a los neumáticos que dispensa el Lotus para cumplir otra formidable tarea. El campeón 2007 partió octavo, paró dos veces y llegó segundo. Si bien su ritmo no le permitió presentarle pelea a Vettel, quien terminó manejando las diferencias a su gusto, le sirvió para subir otra vez al podio -marcha segundo en el campeonato- y anotar puntos por 21ª ocasión consecutiva.

Con otra estrategia, su compañero Romain Grosjean se trepó al podio en las vueltas finales, cuando gracias a las gomas medias más frescas pudo superar al escocés Di Resta, quien también había optado por parar dos veces con el Force India pero no pudo resistir el ataque del Lotus. El podio de 2013 tuvo así a los mismos protagonistas y en idéntico orden que en 2012.

La lucha entre los McLaren merece su párrafo. El mexicano Pérez, el único sudamericano que anotó puntos en Sakhir, mostró lo que se esperaba de él cuando fue reclutado para el hueco dejado por Hamilton. La batalla con Button, que puso nervioso al inglés, superó varias veces los límites sugeridos entre compañeros de escuadra. Hubo roces y toques, como el que rompió el alerón de Pérez contra la goma trasera derecha de Button. Y lucha y sobrepasos.

Checo terminó sacando la mejor tajada mientras que su coequipier fue diluyéndose al final y apenas rescató un punto. Pérez agradeció luego a su escudería porque nunca se metió en la pelea, lo que no implica que el campeón 2009 y el tapatío tengan alguna charla antes de aterrizar en Europa, donde seguirá el Mundial.

McLaren espera que el paquete de mejoras pensadas en Woking ponga a sus coches más cerca de la punta a partir de la próxima fecha. Nada está perdido en un campeonato tan largo, es cierto, pero Vettel ya pegó dos veces.