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MADRID -- Por tercer año consecutivo el Real Madrid ha dicho adiós a la Champions en semifinales. Tocaba gesta en el Bernabéu después de caer 4-1 en Alemania. Durante los primeros 15 minutos el milagro se veía posible. El Real Madrid salió avasallando como requería la ocasión. El público no falló y fue el de las grandes citas, el que intimida y empequeñece al rival. Sin embargo, tras encadenar tres ocasiones clarísimas en esos instintos iniciales los madridistas bajaron el ritmo después. Era imposible mantener ese nivel. Viendo esta eliminación hay cosas que no se entienden. Desde diciembre se sabía que el Barcelona iba a ganar la Liga. El título había quedado resuelto en la primera vuelta. Sabiendo esto había jugadores que merecían haber tenido descanso. Xabi Alonso y Cristiano Ronaldo, los que más. Ambos han llegado fundidos físicamente al tramo definitivo de la Champions y el Real lo ha acusado. 
Después de la avalancha blanca apareció la mejor versión del Borussia Dortmund. Su idea era no encajar gol en el primer tramo de partido. Tras el susto inicial se desperezó y hasta el minuto 80 fue mejor que el Real Madrid y mereció sentenciar la eliminatoria. Lewandowski tuvo ocasiones más claras aún que las del Real Madrid.
En el minuto 80 al Real Madrid le llegó ese segundo aire que tienen muy pocos clubes. Benzema primero y Sergio Ramos (estelar el capitán) a continuación hicieron soñar al madridismo. Pero no, el Madrid murió en la orilla. No hubo remontada. Después de 180 minutos de eliminatoria el Real Madrid sólo fue mejor en 25 minutos de ellos (del 1 al 15 y del 80 al 90). La eliminación por tanto es justa. Pese a la derrota el madridismo despidió con orgulloso a sus jugadores después de que se vaciaran y sacasen el coraje que exigía el partido. Sergio Ramos se lamentó después de perder. "Si en Alemania hubiésemos hecho la mitad de lo que hoy no hubiera existido color". Posiblemente hubiese sido así, aunque la explicación no esté sólo en la falta de actitud de la que habló el capitán merengue entonces. El problema con Mourinho ha sido más de fútbol. El técnico siempre ha priorizado buscar el error del rival para buscar las victorias y no a través de la elaboración y el querer jugar bien para ganar. Este adiós a la Champios supone un nuevo golpe para Mourinho en el Real Madrid. Los tres años ha fracasado en la competición para la que se le contrató, la que quería el madridismo. La gente del Real no entiende de semifinales en Europa y sí de títulos, algo en lo que Mou coincide. Da igual caer en cuartos que en semis. La decepción es la misma. Lo que se viene ahora ya no tiene ningún valor para el Real Madrid. Lo único y verdaderamente importante era la Champions. La Copa del Rey se le presupone que la va a ganar. El único valor añadido es que si la consigue será frente al vecino madrileño, nada más. Una derrota, en cambio, significaría un fracaso mayor. ¿Y ahora qué se viene pensará el aficionado merengue? El próximo Real Madrid va a ser muy distinto a éste. El primer cambio estará en el banquillo. Mourinho tiene decidido irse. El elegido por Florentino Pérez para reemplazarlo es Carlo Ancelotti. A nivel de jugadores hay dos objetivos primordiales: Agüero y Bale. Los dos tienen muchas opciones de vestir la camiseta blanca. En el apartado de salidas habrá bajas significativas. Se prevén muchas ventas, aunque algunas pueden ser inesperadas como las de Xabi Alonso, aunque ésta por petición del propio jugador.
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