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Guerra deportiva de principio a fin

MIAMI -- No va a hacer falta motivación extra de cara a esta serie entre los Chicago Bulls y el Miami Heat. Los jugadores de ambas franquicias siguen admitiendo abiertamente que "simplemente no se llevan bien", y será una guerra deportiva de principio a fin. Estos dos equipos se enfrentaron cuatro veces en temporada regular, y cada uno ganó en dos ocasiones. Sin embargo, el triunfo más recordado fue el que Chicago consiguió para cortarle la racha de 27 triunfos consecutivos al Heat. En Miami no se olvidan de ello, y en Chicago confían en poder ganar a pesar de su gran cantidad de lesionados.

Miami barrió a los Milwaukee Bucks en la primera ronda, pero ciertamente espera un reto mucho más duro en esta segunda ronda. A la pregunta del millón con respecto al Heat es si el descanso excesivo es algo que los favorece, o que los pone en peligro de iniciar esta serie "oxidados". Ciertamente ayudó a que Dwyane Wade se recupere de su molestia en la rodilla, pero el ritmo de juego es algo importante en mi libro. Miami jugó su último partido el domingo pasado, por lo cual podemos estar seguros de que tendrán piernas frescas, pero nos enteraremos temprano en el partido si están con la mira acertada o no.

En Chicago piensan que este es el partido a "robarse", justamente considerando el parate que trae Miami. Confianza no le falta a este equipo de los Bulls, que probó una vez en primera ronda que no hay un equipo que juegue con más intensidad que ellos. A pesar de no contar con Derrick Rose, de perder en plena serie a Kirk Hinrich y Luol Deng, y de tener a Joaquim Noah en una pierna, Chicago se las ingenió para derrotar en siete juegos a los Brooklyn Nets. Como si fuera poco, ganaron ese séptimo partido en condición de visitante. Los Bulls llegaron el domingo por la mañana a Miami, y tuvieron el resto del día libre antes de su compromiso del lunes.

El Heat debe atacar la pintura, darle la bienvenida al contacto y no perder la compostura. Los Bulls le cometieron varias faltas fuertes a LeBron James, quien acaba de ganar su cuarto MVP, y eso volverá a ocurrir en esta ocasión. James debe seguir atacando la canasta, sobre todo con Luol Deng ausente en el primer juego y en inferioridad de condiciones cuando regrese más adelante en esta serie. No es secreto que Chicago es un equipo agresivo en los tableros, y el Heat tiene que mantener esa pelea pareja. Para eso debe igualar la intensidad de los Bulls, y por eso creo que veremos bastante de Chris Andersen. A la defensiva, a Chicago le cuesta anotar puntos y por más increíble que suene creo que si limitan a Nate Robinson, Miami tendrá todas las de ganar.

Los Bulls por su parte, tienen que jugar la serie perfecta para ganar. En otras palabras, la intensidad defensiva no se negocia. Tom Thibodeau es la mente defensiva más brillante de la liga, y tiene a soldados como Taj Gibson, que dejan todo de ese lado del balón.

No obstante, va a echar de menos a Luon Deng en el comienzo de esta serie, y aquí es donde entra en juego Jimmy Butler, que es un defensor subestimado y cuyo repertorio ofensivo ha ido evolucionando con el transcurso de la temporada. Chicago debe atacar la pintura y dominar los tableros para explotar una de las pocas debilidades de Miami. Si lo hacen, la esperanza es lo último que se pierde.

Como dije con anterioridad, a Dwyane Wade le vino bien este descanso para recuperar su rodilla, pero médicos del equipo me dicen que es una lesión crónica y que es raro que esté al 100 por ciento en cuatro partidos consecutivos. Es por eso que vemos destellos del Wade atlético del 2006, y otros momentos en los cuales parece un jugador cuyo mejor momento ya ha pasado. No obstante, ha tenido una gran temporada que sólo ha sido opacada por la impresionante campaña de LeBron. Con Wade en buen nivel, Miami es prácticamente imposible de vencer, y el descanso ciertamente le vino bien. El Heat no sólo es el equipo más talentoso en los papeles, sino que además también es el más saludable en este momento.

No se puede decir lo mismo de Chicago, que no contará con Luol Deng en este primer partido, y se espera que también se pierda el segundo encuentro de esta serie. Deng es una de las principales opciones anotadoras del equipo, una amenaza a lo profundo y un gran defensor. En duda está la presencia de Kirk Hinrich, a quien los Bulls necesitan desesperadamente. Digo esto porque sin él no hay un base armador puro con Derrick Rose fuera. Por momentos vemos a Marco Belinelli bajar el balón cuando él no está, y la ofensiva simplemente no tiene fluidez cuando eso sucede. Hinrich es otro gran defensor y su presencia sigue en duda de cara al primer partido. Lo cual no lleva a la telenovela de Rose. Técnicamente, Chicago podría utilizarlo cuando quiera considerando que ya le dieron el alta médica, pero dudo seriamente que eso suceda. Rose no se siente al 100 por ciento, y el pasado nos muestra que los jugadores que aterrizan repentinamente en playoffs, no suelen tener éxito. Eso sí, mientras Rose espera sentirse en óptimas condiciones, varios de sus compañeros juegan lesionados y la tensión en el vestidor aumenta.

Chicago es un hospital caminante, y eso es una pena porque sería una serie más entretenida de tener a dos equipos saludables. Los Bulls darán pelea hasta el final, pero Miami es el mejor equipo y se aprovechará de la situación precaria de Chicago. En el 2011, Miami venció a los Bulls en cinco juegos en las Finales de la Conferencia Este. En ese momento, jugó Rose. Hoy, Chicago empieza a buscar el milagro sin su principal estrella. Difícil, pero no imposible. No al menos en la mente de los jugadores de los Bulls, que se tienen una confianza ciega. Pero alejándose un poco de la situación, Chicago desgastará al Heat con su juego físico, pero hoy por hoy no puede ganarle una serie a siete juegos.

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