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Aymar, "shockeada" por el despido

BUENOS AIRES -- "Siento tristeza". Simple, pero contundente. Y descriptiva. Luciana Aymar relató este jueves cómo le impactó el brusco cambio de entrenador que dejó afuera de Las Leonas a Marcelo Garrafo -que había asumido hacía tres meses- y le dio entrada a Emanuel Roggero, como parte de las transformaciones que el flamante presidente de la Confederación Argentina de Hockey (CAH), el senador Aníbal Fernández, decidió en su primera semana en el cargo.

Desmentido el rumor que decía que su continuidad en el equipo nacional estaba atada a la de Garrafo, Aymar no ocultó su enojo con la situación. "Estamos shockeadas. Nadie nos avisó ni nos consultó nada. Un día llegamos al entrenamiento y nos informaron esto. Fue una sorpresa y estuvimos como movilizadas toda la semana, porque uno también toma cariño con la gente con la que trabaja, sabe del esfuerzo que estuvieron haciendo para que las cosas funcionen", le explicó la rosarina a ESPN.com en el marco de la presentación de la nueva campaña de Rexona.

Aunque estuvo sola en la entrevista, habló en plural. Y como capitana y gran referente de la Selección, está más que autorizada para hacerlo. Su opinión es representativa de buena parte de las integrantes del plantel, que todavía no entienden cómo se tomaron determinaciones tan importantes sin siquiera consultarlas.

Junto a Rosario Lucchetti y Macarena Rodríguez se reunió con Fernández, para pedirle alguna explicación. "Yo se lo dije a Aníbal, me hubiera gustado que lo charláramos antes. Y el nos dio su postura, que lo había anticipado previo a las elecciones".

En definitiva, los cambios ya no tienen vuelta atrás. Y ahora comienza un nuevo proceso, con Roggero a la cabeza, un técnico que para Lucha no es un extraño, ya que la dirigió a nivel clubes en Quilmes. "Yo lo conozco a él y a su cuerpo técnico, y sé que son gente muy laburadora, pero todavía no sé qué van a proponer. Es todo nuevo", señaló Aymar.

Los últimos seleccionadores organizaron con Aymar un régimen especial, más flexible, de trabajo, para permitirle seguir en el equipo nacional sin la presión de tener que dedicarle todo el día a los entrenamientos. Híper consagrada, la rosarina se puede dar ese lujo. "Con Retegui hablamos las cosas, entendió mis tiempos y tenía muy en cuenta mi edad. Con Garrafo fue muy parecido. Ahora se viene esa misma charla con Roggero", sostuvo.

Pasó Lucha y marcó la cancha, como siempre. Aunque esta vez no fue sobre el sintético.

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