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Mou, tres años de polémicas

MADRID -- José Mourinho abandonará el Real Madrid con una Liga, una Copa del Rey y una Supercopa bajo el brazo, un legado exiguo en el que no aparece su tercera Liga de Campeones, y, en cambio, sí figura un cúmulo de polémicas casi interminable que han jalonado su periplo en la Casa Blanca.

Su paso por la entidad blanca no ha dejado indiferente a nadie y muchos han sufrido sus actos y sus ataques dialécticos.

Jugadores, árbitros, entrenadores, periodistas, su propia afición, organismos internacionales e incluso cargos de su propio club han sido el blanco del entrenador portugués, que, después de tres cursos en el Real Madrid, pasará a la historia por sus tres trofeos y por una larga lista de polémicas difíciles de olvidar.

Uno de sus primeros encontronazos lo tuvo con el técnico Gregorio Manzano, que desde el banquillo del Sevilla opinó que en el ataque del Madrid había falta de conceptos. Preguntado al respecto, Mourinho, tras mirar a un empleado del club buscando información, respondió: "¿Quién es Gregorio Manzano? No lo conozco".

Poco después, también en el mes de septiembre de 2010, el turno fue para Pedro León, que no fue convocado para un partido ante el Auxerre de la fase de grupos de la Liga de Campeones. La prensa desplazada a la ciudad francesa quiso saber las causas: "Parece que hablamos de Zidane o Maradona. ¡O de Di Stéfano! ¡Es Pedro León!", afirmó contundente. Cuando acabó aquel curso, el extremo murciano volvió a Getafe casi en blanco, sin jugar.

Esa misma temporada pidió refuerzos al club para la delantera y en una rueda de prensa previa a un partido de Liga ante el Zaragoza sorprendió definiendo al francés Karim Benzema, único ariete disponible tras la lesión del argentino Gonzalo Higuaín: "Si tienes un perro para cazar, cazas más; si tienes un gato, cazas menos, pero cazas", dijo.

Los desencuentros con Jorge Valdano, entonces director general del Real Madrid, acabaron con la salida a final de temporada del argentino. Su relación tirante se atisbó desde el primer día, cuando durante la presentación oficial del portugués, Valdano tuvo que salir al paso de unos artículos que escribió tres años atrás en un medio nacional:

"Hablé de Mourinho en términos agresivos, por decirlo de alguna manera. Él me contestó en términos agresivos, y aquello se resolvió de forma personal hace tres años". Valdano no aguantó ni uno. Mourinho quería más protección desde arriba con los árbitros, pedía un delantero insistentemente y al final de temporada consiguió que Valdano no viajará con el equipo. Su salida del club puso punto y final a una relación distante.

Para el entrenador del Sporting Manolo Preciado también encontró un hueco en su agenda de 2010. Insinuó que dio por perdido el choque ante el Barcelona en el Camp Nou sacando suplentes y su comentario enfadó al técnico cántabro: "Mourinho es un canalla y un mal compañero. No me cae bien y se lo voy a decir a la cara. ¿Quién coño es este tío?", respondió el malogrado técnico, quien meses después haría las paces con el luso.

Aquella temporada su cota de polémica más alta llegó tras el choque de ida de las semifinales de la Liga de Campeones que disputó el Real Madrid contra el Barcelona. Perdió 0-2 y la expulsión del defensa Pepe desató un torbellino de críticas hacía la UEFA y Pep Guardiola.

"¿Por qué? ¿Por qué Ovrebo, De Bleeckere, Busacca o Stark? En cada semifinal pasa lo mismo. Estamos hablando de un equipo, el Barça, absolutamente fantástico, pero ¿por qué no pudo ir a la final el Chelsea hace dos años? ¿Por qué el Inter se salvó haciendo el verdadero milagro de aguantar con diez tanto tiempo? ¿Por qué tiene este poder con los árbitros?", dijo.

"No sé si es por el poder de Villar en la UEFA o por llevar UNICEF en las camisetas. No lo entiendo. Enhorabuena por su equipo, pero también por todo su poder, que debe ser difícil de conseguir. Guardiola es un fantástico entrenador, pero ha ganado una Liga de Campeones que a mí me daría vergüenza ganarla con el escándalo de Stamford Bridge. Y este año, si la gana, será con el escándalo del Bernabeu", añadió.

Por aquellas palabras, la UEFA sancionó a Mourinho con una multa de 50.000 euros y cinco partidos (luego le fueron rebajados a tres). No era la primera vez. Ese mismo curso, fue sancionado con 50.000 euros por provocar las expulsiones de Xabi Alonso y Sergio Ramos de manera esperpéntica durante un partido ante el Ajax.

A lo largo de sus tres años en el Real Madrid, en algunas ocasiones sacó en ruedas de prensa papeles con datos. La primera vez, en diciembre de 2010, tras ganar al Sevilla 1-0, mostró una lista con 13 supuestos errores arbitrales de Clos Gómez durante ese partido. Utilizó ese acto para cargar contra Valdano: "Mi equipo necesita un club que lo defienda".

La siguiente temporada la comenzó como casi terminó la anterior, con Tito Vilanova, en 2011 segundo entrenador del Barcelona, en la diana del portugués. En la vuelta de la Supercopa que disputaba el Madrid en el Camp Nou, le metió un dedo en un ojo durante una tangana en la que se vieron implicados varios jugadores. ¿Pito Vilanova? No sé quién es ese Pito", dijo después al ser preguntado por el incidente.

Tras ese enfrentamiento, Iker Casillas llamó a Xavi Hernández para calmar una situación que podría afectar a la selección española. A Mourinho no le gustó el acto de su capitán y le sentó en el banquillo en el Trofeo Bernabéu. Sería el comienzo de un desencuentro.

Casillas acabó el ciclo Mourinho junto a los suplentes. Antes de lesionarse este curso, el portugués llegó a sentarle para colocar en el once a Antonio Adán. Después, fichó a Diego López, que completó unas buenísimas actuaciones y cuando Casillas se recuperó, jamás volvió a jugar. Siempre alegó que lo hizo por motivos técnicos.

Para Manuel Pellegrini, su antecesor en el cargo, también tuvo palabras antes de enfrentarse en 2010 al Málaga. "Conmigo no puede pasar lo mismo que con Pellegrini porque si el Madrid me echa no voy a entrenar al Málaga, me voy a un grande de Inglaterra o Italia", afirmó.

Otro entrenador que sufrió un desencuentro con Mourinho fue Alberto Toril, técnico del filial madridista. Criticó que el segundo equipo blanco no jugara como el primero y le lanzó un mensaje inquietante: "Debe decidir si su prioridad es formar jugadores para el primer equipo o hacer un buen puesto en Segunda", apuntó.

A la afición del Santiago Bernabéu también le lanzó recados. Al inicio de la segunda temporada recibió pitos, los mismos con los que acabó al final de su etapa blanca. Antes de un encuentro de Copa contra el Barcelona, preguntado por ello, sentenció: "Yo no escucho al madridismo".

Tal vez por eso, esta temporada, lanzó un órdago a su estadio y antes del encuentro ante el Atlético de Madrid se sometió a un plebiscito. Saltó al césped una hora antes tras invitar al público a que le silbara o le aplaudiera. "Quién quiera pitarme, estaré a las 21'.20 horas". Sólo acudieron unos 10.000 espectadores.

Su relación con la prensa fue habitualmente tensa. Sus encontronazos y desencuentros fueron constantes. A veces desagradables, pero la verdad es que la lista de conflictos es casi inabarcable.

Mandó a la grada a Pepe por apoyar públicamente en la zona mixta a Casillas, esperó al árbitro Fernando Teixeira Vitienes en el aparcamiento del Camp Nou para criticar su actuación, no acudió a la última gala de entrega de premios del Balón de Oro, y, la última, no subió al palco para recibir de manos del rey Juan Carlos su medalla que le acreditaba como segundo en la Copa del Rey.

Mourinho dejará un rastro de conflictos que pocos podrán superar en tan sólo tres temporadas. En ellas, logró tres títulos. Otros, como Vicente Del Bosque, en los mismos cursos, consiguió seis, incluidas dos Ligas de Campeones. El portugués llegó a tres semifinales, algo de lo que presumió, y dejó una buena lista de polémicas.

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