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El Gallito y un sueño de campeón

BUENOS AIRES -- El Luna Park se prepara para una nueva presentación de Omar Narváez, y otra vez frente a un boxeador mexicano. En un principio, el rival del argentino iba a ser Daniel Rosas, desafiante obligatorio de Narváez, pero finalmente y acusando una lesión en la mano, Rosas (15-0-1, 10 KO) desistió del combate. Y el primer clasificado disponible fue Felipe Guadalupe Orucuta, ahora número uno del escalafón con una campaña de 27 ganadas, 23 por KO y una sola derrota, sufrida justamente ante Daniel Rosas el 16 de diciembre de 2010, en la pelea final del Torneo azteca Tecate.

-No sé si Rosas se lastimó una mano o si va a tomar parte de un reality -dice Orucuta-. No sé nada, solamente sé que cuando me dijeron que podía pelear con un gran campeón como Narváez, acepté de inmediato y aquí estoy.

-¿Y cuánto hace que estás entrenando con Ignacio Beristaín?
-Desde comienzos de este año, nada más, y es un gran maestro.

-¿Y qué se sabe de Narváez o mejor dicho, cómo se le gana a Narváez?
-Él es un gran boxeador y un gran campeón, eso no se discute. Yo creo que tengo la fórmula, aunque claro, no la voy a contar, pero hay cosas que están a la vista: soy diez años menos, soy diez centímetros más alto, tengo muchas victorias por fuera de combate y además, tengo mucha hambre de gloria, así que entregaré todo en el ring.

-Es la primera vez que salís de México.
-Sí, y como dice don Nacho Beristaín, los 23 campeonatos mundiales que logró en su gimnasio, el Romanza, siempre fueron en el extranjero, o sea que ¿por qué no podré ser también campeón yo? Los campeones ganan en cualquier terreno y con cualquier público, si realmente son campeones.

El "Gallito" vive en el Gran México, en Villa Nicolás Romero. Su padre, Felipe, fue boxeador profesional y él se crio de niño escuchando sus historias, viendo sus viejas fotos y algunos recortes. Sin embargo, Don Felipe les enseñó a boxear a sus otros tres hijos -los tres hermanos mayores de el "Gallito"- y no a él.

-A mí nunca me gustó mucho eso, de que no me enseñara a boxear como a mis hermanitos, así que cuando tenía unos 15 años, le pedí a mi padre, que es empleado de Aguas Municipales, que también me enseñara a mí. Al final, el único de los hermanos que siguió boxeando fui yo, aunque a mi madre, María de Lourdes Ramírez Torres, nunca le gustó del todo...

-O sea... ¿Sos boxeador por vocación de verdad o porque quisiste seguir los pasos de tu padre, que no te enseñaba a boxear?
-Calcule usted, yo fui quien le pidió que me enseñara, así que creo que fue mi vocación real.

Además de estar acompañado por don Ignacio Beristaín, también ha viajado con su tío, Benjamín. Como aficionado, este hombre nacido el 13 de octubre de 1985, realizó unas 70 peleas de las cuales perdió 4. "No tengo ni idea de cuántas gané por nocaut, pero sé que fueron muchas", aclara. Cuenta que es soltero, que terminó la escuela Preparatoria y que cuando era más chico trabajó haciendo de todo. "Fui mesero, vendí periódicos, lavé carros, estuve en una panadería, lo que usted se imagine, el asunto era ganar unos pesos y seguir para adelante".

Viéndolo da una cierta sensación de fragilidad, pero no es bueno guiarse por una primera sensación tan sólo. Si bien admitió que le molesta la humedad de Buenos Aires, sobre todo -y esto según Beristaín- para la bajada de peso, habría que ver con cuánto sube realmente al ring en la noche del sábado 25 de mayo. Teniendo en cuenta que ganó dos títulos en la división de los gallos (Fecarbox en 2008 y Continental de las Américas en 2012, ambos del WBC) se podría deducir que, su peso promedio está más cómodo en las 118 libras que en las 115 de los supermoscas y que decidió bajar para tener mayores ventajas. Teniendo en cuenta que Narváez ha hecho gran parte de su carrera en las 112, no dejaría de ser un detalle a favor del mexicano en cuanto al aspecto meramente físico.

De lo otro -la reacción a la adversidad, la estrategia y la técnica que emplee- el "Gallito" nos enteraremos en el ring, el sábado, teniendo en cuenta que enfrente tendrá a un rival lleno de mañanas y de trucos, que no por algo lleva más de una década como campeón del mundo.

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