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Un enigma para Narváez

BUENOS AIRES -- Omar Narváez conoce el Luna Park como el living de su casa, puesto que desde que se consagró campeón mundial mosca de la WBO, el 13 de julio de 2002 (venció por puntos a Adonis Rivas) ha efectuado muchas defensas en este estadio. Ahora, este sábado 25 de mayo --aniversario de la Revolución de 1810 que forzó la independencia con el reino de España--, enfrentará al mexicano Felipe "Gallito" Orucuta, que subirá al ring con 27 peleas ganadas, 23 por nocaut y una derrota. Diez años menos que el campeón, quien a su vez totaliza 38-1-2, 2 KO.

Narváez aseguró que está muy bien preparado. "Esta vez, el entrenamiento fue mucho más largo, tuve mucho tiempo de ponerme a punto y eso me permitió mejorar algunas cosas, no solamente desde lo físico, sino también de la parte técnica. Y como Orucuta va a ser un rival duro, eso me levanta mucho el orgullo". Narváez hará su defensa número 23, tomando en cuenta su reinado entre los moscas, también para la WBO. Suma 38 victorias con 20 KO, una derrota (ante Nonito Donaire en Nueva York) y dos empates.

Orucuta, que viene con el legendario Ignacio Beristaín en su esquina, es diez centímetros más alto que Narváez y también diez años más joven. "Ya estoy acostumbrándome a que mis rivales sean más jóvenes, ja", dijo el campeón, quien expondrá su corona supermosca por séptima vez. "Pero, hablando en serio, el hecho de que sea más alto que yo es algo que me sucede en casi todas mis peleas, así que creo que el problema lo tienen los otros. Nonito Donaire también es más alto que yo y sin embargo, no me pegó más de un golpe neto en toda la noche".

Cuanto más importante sea el rival, mucho mejor para mí, así puedo demostrar todo lo que valgo como campeón

-- Omar Narváez

El comentario que más trascendió fue que, cuando el rival originalmente programado, Daniel Rosas (15-0-1, 15 KO) dio un paso al costado por una lesión, la designación de Orucuta sería una ventaja para el retador, ya que Narváez se estaba entrenando para un boxeador con el estilo de Rosas. "Que hayan podido poner a Orucuta en lugar de Rosas, y que venga junto a él Ignacio Beristaín significa que vienen con todo", señaló el promotor Osvaldo Rivero. Narváez, a su vez, opinó que "cuanto más importante sea el rival, mucho mejor para mí, porque así puedo demostrar todo lo que valgo como campeón".

Lo cierto es que luego de una votación del Comité Ejecutivo de la WBO, finalmente el mexicano Orucuta quedó clasificado como retador número uno. Francisco Valcárcel, presidente de la entidad, llegó este jueves a la noche y tras hacer una importante donación en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, el sábado estará en la primera fila del Ring Side.

Pero antes, este viernes 24, Valcárcel asistirá al combate entre Carolina Duer y Sabrina Pérez, por el título gallo vacante WBO, en Verónica, partido de Punta Indio, provincia de Buenos Aires.

Enfundando en una ropa deportiva negra o gris, según la circunstancia, el campeón se muestra parco y enfático a la hora de hablar. Admite tener "una gran admiración" por Maravilla Martínez, más allá de alguna crítica que le hizo por una emisora, aunque sin nombrarlo. En su última pelea, efectuada en Tucumán, le ganó ampliamente por puntos a David Quijano, de Puerto Rico, el 15 de diciembre pasado. Fue, aquella, una exhibición en la cual se cansó de pegar.

Todo indica que, ante Orucuta, las cosas podrían ser diferentes, sobre todo por el nivel de pegada de su rival. Por el otro lado, si bien se afirma que Orucuta se enteró de esta pelea con solamente un mes de preparación, el boxeador mexicano -hombre de la poderosa empresa Zanfer Box de México- afirmó que viene entrenándose desde hace tres meses, por lo que está "en muy buena forma". Justamente ése es el período aproximado que viene entrenando con Ignacio Beristaín en el gimnasio Romanza, del Distrito Federal. "Dicen que lo comparan con Carlos Zárate", afirmó Beristaín para continuar: "Puede ser en que los dos son muy altos, pero eso es todo, si mi pupilo tuviera apenas un 50 por ciento de lo que era Zárate, creo que ganaríamos sin problemas el sábado. Ojalá tengamos suerte, porque Narváez es un extraordinario campeón muy difícil de vencer", aseguró Beristaín, con palabras en las que no se pudo dejar de observar una cierta "falsa modestia", como para convencer a todos de que no están tan seguros del triunfo.

"Yo no confío en nada y tampoco en los elogios de los rivales, claro que los acepto, por supuesto, eso sí, pero... Acá el asunto es cuando estás frente a frente en el ring –dice Narváez- y lo único que vale es ganar. No creo que este muchacho haya venido acá a saludarme por ser un gran campeón, creo que cuando pueda, trataré de arrancarme la cabeza. Y yo, ahora, a los 37, sigo teniendo las mismas ganas de pelear que de costumbre, así que va a tener que ser muy pero muy bueno si quiere sacarme el cinturón...".

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