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Los héroes: King James y D-Wade

SAN ANTONIO -- Tanto Dwayne Wade como LeBron James decidieron empezar a jugar al basquetbol en la victoria de Miami Heat sobre San Antonio Spurs (109-93) del Juego 4 de las Finales. De esa manera, la serie queda 2-2.

Wade estaba sereno antes del encuentro. Sentado en su taquilla y escuchando música con unos enormes auriculares rojos que ocupaban una cabeza completamente enfocada en el Juego 4. Sabía que el peso de la derrota en el Juego 3 no solo estaba sobre los hombros de LeBron James. Wade tenía que mostrar una mejor versión de su basquetbol si Miami Heat quería seguir con vida en estas Finales.

Y así fue. Wade fue el creador que necesitaba su equipo, el anotador que dio alas a los suyos (con la inestimable ayuda de LeBron), ese jugador con la sangre fría suficiente como para pasar por encima de los complejos de las citas anteriores y lanzar desde todos los ángulos, siempre atento para ayudar en defensa y provocar ataques rápidos.

Dwyane anotó 32 puntos, brindó cuatro asistencias, agarró seis rebotes, robó otros tantos balones e incluso taponó un esférico en la victoria del Heat.

Gracias a su actuación, los miamenses forzaron un sexto partido en su feudo, una bomba de oxígeno en esta serie de ida y vuelta que sigue prometiendo emoción a raudales. Wade y Miami supieron levantarse de nuevo y siguen empeñados en no perder dos juegos al hilo desde el 10 de enero al tiempo en que el dorsal número tres no sólo superó sus números anteriores sino que doblegó sus anotaciones.

En las tres citas anteriores, acumuló 14.3 puntos por partido y un 44.2 de efectividad, su peor marca de las cuatro Finales que acumula en su carrera. En los 18 partidos de playoffs anteriores su media de anotaciones fue de 14.2 puntos y 44.6 por ciento de efectividad. En la derrota sobre los Spurs del Juego 4, convirtió un 56 por ciento de sus intentos (14/25). Desde el 17 de marzo, no era capaz de anotar más de 22 puntos.

La intensidad de Wade fue manifiesta desde el comienzo de la cita. Sus aportaciones defensivas en la mejora de Miami a la hora de tapar a Tony Parker y complicar mucho las cosas en el perímetro fueron fundamentales e incluso siguió sobre la duela cuando contaba con cuatro faltas personales a falta de ocho minutos y medio para el final del tercer periodo.

Si Wade fue genio y figura, LeBron también despertó de su letargo. Anotó 33 puntos, agarró 11 rebotes, asistió en cuatro ocasiones, robó dos esféricos y bloqueó otros tantos.

James reconoció antes de la cita que durmió largo y tendido durante la noche y la tarde antes del partido. Prometió que su juego mejoraría y así lo hizo, con la potencia que le caracteriza y pasando por encima de una defensa de los Spurs que no tuvo color con la del martes.

Wade y James brillaron e hicieron brillar a Miami.