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Diario de las Finales NBA: 14 de junio

LA FOTO: SOCIOS PARA LA VICTORIA

EL ANÁLISIS: El regreso del "Big Three"

Por Bruno Altieri, enviado especial

SAN ANTONIO -- Desde la estrategia, la serie está escrita hace un buen tiempo. Lo que se modifica juego a juego es la ejecución.

El jueves a la noche, el Heat puso una nueva variable encima de la mesa: el aporte de las estrellas.

El Big Three de Miami, encabezado en esta ocasion por Dwyane Wade, quebró el orden establecido en lo que va de las Finales, empujando a los hombres de rol, determinantes hasta este cuarto juego, a la posición natural de actores de reparto.

"Cuando los tres estamos enfocados, somos muy difíciles de vencer", dijo LeBron James tras el triunfo de Miami.

De nuevo: no se trata de ajuste sino de ejecución. El Heat se empleó mucho más en el juego sin balón y tuvo una intensidad muy diferente a la del Juego 3. No sólo privó a los tiradores de los Spurs con su defensa hermética, sino que empujó a San Antonio a cometer 18 pérdidas de balón, un puñal imposible de esquivar.

"Es un suicidio perder tantas pelotas ante un equipo como Miami. Es el mejor equipo del mundo en hacerte pagar esta clase de errores", dijo Manu Ginobili en el vestuario de Spurs.

Este es uno de los mandamientos de las Finales. Un error no forzado, ya sea por pérdida de balón o por un tiro mal ejecutado le permite al Heat correr. No hay conjunto que haga más daño que Miami cuando enciende las turbinas. Los 14 puntos anotados en transición explican el fenómeno.

Wade regresó a sus años dorados en la Liga. Hizo lo que hace un líder: aparecer en el momento justo, en los dos costados de la cancha, para devolverle la ilusión de campeonato a Miami. Se curó con las mismas sales milagrosas que Tony Parker para este partido, porque ni la rodilla de D-Wade ni el isquiotibial del base francés parecieron ser factor en este juego.

LeBron también estuvo a la altura de las circunstancias, aprovechando la preocupación de la defensa de Spurs con Wade. Este segundo jugador quebró la defensa grupal pensada para el astro del Heat, centrada en Kawhi Leonard.

Tapar múltiples agujeros es mucho más complicado que uno solo. Y quizás lo más importante para Erik Spoelstra haya sido el renacimiento de Chris Bosh en esta serie, raspándose debajo del aro mientras Chris Andersen, quien había sido factor hasta entonces, aleteaba desde el banco de suplentes.

El terceto maravilla del Heat se combinó para 85 de los 109 puntos de su equipo. ¿Cómo lo hizo? Atacando con más insistencia la llave.

Caer sobre James es injusto, porque la realidad es que para que LeBron pueda hacer su juego rumbo al aro deben gestarse preocupaciones diferentes para la defensa. Debe tener espacios, y entonces sí se convierte en el hombre dominante que todos conocemos. En este Juego 4 la llave fue Wade, pero antes, en el segundo juego, había sido Mario Chalmers.

El departamento de estadísticas de ESPN muestra que Wade y LeBron consiguieron, combinados, 11-15 en sus incursiones a la llave, con un 73.3% en efectividad. El Big Three de Spoelstra sumó 44 puntos en la pintura, doblando el promedio de los primeros tres juegos de la eliminatoria.

Spoelstra volvió a colocar cuatro jugadores "chicos" para abrir la cancha y preocupar con potenciales lanzamientos a distancia. No es novedad, es algo que ya venía haciendo, pero la diferencia estuvo en el ataque con determinación hacia posiciones de alta efectividad.

¿Por qué insistimos con esto? Porque el 4-12 en tiros de tres puntos de Miami explica algo crucial en la estrategia de este deporte: el miedo a que algo suceda (en este caso, una lluvia de triples del Heat) puede influir más que lo que verdaderamente está pasando sobre el parquet.

Los Spurs batallaron, pero nunca tuvieron el control de este partido. Es más, la estrategia pensada para el Juego 3, de nutrir a los Duncan en la pintura de manera sistemática para que lastime en el uno contra uno contra Bosh, esta vez se llevó a cabo con cuentagotas. Es decir, San Antonio nunca le hizo pagar a Miami, en defensa, la diferencia de tamaño. En este apartado, Tiago Splitter aún está pensando cómo hacer para proteger el balón en cada una de sus incursiones al aro.

Duncan hizo un buen juego: si lo abastecen como corresponde, ante una alineación pequeña su producción puede ser dominante. Pero tenemos que contar también lo que pasó en el otro costado con su producción: esta vez, Timmy D no pudo controlar a Bosh como en noches anteriores.

Parker, por su parte, apoyó con una gran primera mitad -luego sintió los efectos de la lesión que había sufrido en el Juego 3, sobre todo a la hora de jugar pick and roll- y Ginóbili volvió a estar fuera de foco con el aro, algo que su equipo sintió mucho.

"La diferencia estuvo en la intensidad con la que jugaron. Defendieron de manera brillante y esta vez metieron los tiros", dijo Manu. "Es la segunda vez que me pasa, espero poder revertirlo", agregó al ser consultado por las tres faltas personales tempraneras, que lo quitaron de ritmo.

Las Finales NBA están abiertas y conocerán al campeón en Miami. El quinto juego del domingo en San Antonio cobra un valor trascendental, teniendo en cuenta que luego serán uno o dos encuentros más en el American Airlines Arena para definir el título.

¿Quién da más? Hasta ahora, todos los capítulos reescribieron el escenario. Lo que queda será una mini-serie a tres juegos.

Bienvenidos, entonces, al momento de la verdad.

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