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El momento de Von Miller

ENGLEWOOD -- De todas las cosas que deben salir bien para que los Denver Broncos ganen el Super Bowl esta temporada --incluyendo la buena salud de Peyton Manning, las contribuciones de Wes Welker y la habilidad para evitar los errores absurdos en partidos grandes-- el liderazgo de Von Miller debe ranquear al tope de la lista. Ha sido elegido a dos Pro Bowls en sus dos primeras temporadas, acumulado 30 capturas en ese lapso, y llenado todas las expectativas que había respecto a él. Ahora, Miller comienza su tercera campaña con una defensiva que será impactada por todos sus movimientos. Es una responsabilidad que ha estado esperando y una que debe estar preparado para manejar.

Por mucho que Miller haya demostrado sobre el campo, nunca ha debido realmente cargar con ese lastre. Pasó su primera campaña deslumbrando a la gente con su talento, al tiempo que era parte del elenco del Tim Tebow show. Su desarrollo en su segunda campaña, en la que registró 18.5 capturas, no fue precisamente tan aclamado como la llegada de otro mariscal de campo, el icónico Manning. Miller no debió preocuparse por hacerse un lugar en el vestidor. Con los veteranos Brian Dawkins, Elvis Dumervil y Champ Bailey a ese lado del balón, todo lo que debía hacer era jugar.

Pero ahora, Dawkins está retirado, Dumervil jugará en otro sitio y Bailey a sus 35 años de edad ha dejado atrás sus mejores años. Así que mientras el equipo pertenece a Manning, esta defensiva seguirá el ejemplo de Miller. "Pienso que la organización de los Broncos me reclutó porque soy un tipo de vestidor", explicó Miller. "Simplemente disfruto estar en el vestidor con los chicos. No necesariamente sólo el fútbol americano o las jugadas y esquemas, sino la vida y las bromas... Pienso que cuando mi rol de líder se hace más grande, hay que dejarle saber a los demás en ese vestidor que sólo es fútbol americano".

Miller ya parece listo para asumir la responsabilidad de imponer el tono. En lugar de maximizar su tiempo de descanso antes del inicio del campamento de entrenamiento, ya ha hecho planes para regresar a entrenar anticipadamente con los asistentes de fuerza y acondicionamiento. Ha añadido unas 13 libras de músculo hasta ahora, elevándose hasta las 250 libras, y está pensando en llegar hasta las 260. Miller tampoco ha sido tímido a la hora de revelar su confianza en el equipo de los Broncos para esta campaña. Dio muestras de ello a principios de la temporada baja cuando publicó vía Twitter que Denver ganaría el Super Bowl en febrero próximo.

Lo más importante, Miller ha estado promocionando algunos rostros nuevos en el vestidor. Con las adiciones del apoyador externo Shaun Phillips, el esquinero Dominique Rodgers-Cromartie y el tackle defensivo Terrance Knighton, la defensiva de Denver tendrá que construir su química sobre la marcha. Aquí es donde será crucial Miller. No existe duda de que seguirá ejecutando jugadas sobre el campo, pero el apoyo que aporte será invaluable.

Al responder preguntas a un reportero durante el minicampamento final del equipo, Miller incluso sugirió que la pérdida de Dumervil ante los Baltimore Ravens, particularmente después de que Dumervil registrara 20.5 capturas a lo largo de las dos últimas campañas, no sería devastadora. "Elvis hizo muchas cosas buenas, pero la gente no sabe de [el ala defensiva] Derek Wolfe", dijo Miller. "Es como J.J. Watt. Es un tipo grande que puede tener un gran impacto en la posición en la que juega".

Es dudoso que alguien más en la liga vaya a realizar la misma comparación, pero la cabeza de Miller está en el sitio correcto. Requiere que un tipo como Wolfe escuche ese tipo de palabras porque necesita que Wolfe sea un poco más que el jugador que produjo seis sólidas capturas el año pasado. De hecho, Miller necesita que todos sus compañeros den el paso al frente: Por buena que fue la defensiva en el 2012 --cuando finalizó segunda en yardas totales permitidas, tercera en yardas aéreas y terrestres y cuarta en puntos cedidos-- no fue efectiva cuando más se necesitaba.

Cualquier aficionado a los Broncos les dirá que la defensiva fue la mayor razón por la que no alcanzaron el Super Bowl la temporada pasada. La mayoría de ello se reduce al profundo libre Rahim Moore inexplicablemente calculando mal un pase de Joe Flacco que se convirtió en un touchdown de 70 yardas para empatar el juego en lo que terminó siendo una derrota de playoffs ante los Ravens. Pero esa misma defensiva también cedió 38 puntos y 479 yardas esa tarde. Para todos sus grandes números, lucieron bastante sobrevalorados durante ese tropiezo.

Miller ha dejado en claro que no le preocupa utilizar esa derrota descorazonadora como motivación. "La temporada pasada es la temporada pasada, así que es tiempo de recargar", dijo. Pero todos los jugadores hacen ese tipo de comentarios en esta época del año, cuando saben que ese tipo de cuestionamientos continuarán hasta la patada inicial de la temporada. Sigue siendo difícil de creer que el ardor de esa oportunidad desperdiciada no ha enseñado a Miller lo complicado que es ganar un campeonato.

Aunque quizás no lo admita, el modo en que habla y actúa este año es evidencia de un hombre que ha aprendido algunas lecciones en su breve carrera de NFL. Miller ha disfrutado la gloria que llega con ser un éxito instantáneo, y ha sentido el dolor asociado a los sueños fracturados. Ahora, está en el punto al que todo gran estelar de la liga eventualmente llega. Tras mostrar al mundo lo dotado que es, necesita revelar hasta dónde podrán llevarlo sus talentos a él y a sus compañeros.

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