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¡Italia tercera!

ROMA -- Tras la desilusión por la eliminación en penales en la semifinal, a pesar de haber jugado muy bien y merecer más de lo cosechado, Italia quería demostrar que sabe ser también cínica y eficaz, superando a Uruguay y coronándose tercera en esta Copa Confederaciones 2013.

Al final, tras un apasionante 2 a 2 en 120 minutos que parecía repetir, entre ciertos límites, lo vivido contra España, la Nazionale llegó nuevamente a la tanda de penales; sin embargo, esta vez logró vencer gracias a los aciertos desde los once metros de Aquilani, El Shaarawy y Giaccherini (De Sciglio falló el tercero), pero especialmente por mérito - más bien demérito - de los yerros uruguayos: Forlán, Cáceres y Gárgano se dejaron tapar sus disparos por Buffón y le regalaron así el Bronce a la Azzurra.

En los 90 minutos habían sido Astori, Diamanti y Cavani con un doblete a firmar la igualdad por 2-2, mientras que en el alargue no pasó casi nada, con los dos equipos realmente exhaustos. En ese contexto, queremos recordar que es absolutamente ridículo para una organización del calibre de la FIFA que se juegue un partido a las 13:00 horas con una temperatura tan elevada como la que había en Salvador (Bahía), a saber alrededor de los 30 grados.

SIN SENTIR LOS CAMBIOS
Italia se presentó con unos cuantos cambios respecto al enfrentamiento contra España, de esquema y protagonistas, bajando con un 4-3-3 con Astori y Chiellini centrales, Maggio y De Sciglio marcadores de punta, De Rossi, Montolivo y Candreva volantes y Diamanti, Gilardino y El Shaarawy adelante.

A pesar de la diferencia notable respecto a la alineación de la semifinal, el conjunto cisalpino jugó muy bien, con grande atención en fase defensiva, una buena maniobra en el medio de la cancha y unas cuantas ideas en ataque. El equipo no fue tan rápido y bello como en los primeros 45 minutos contra el seleccionado ibérico, pero el cansancio (descansaron apenas dos días) y el gran calor contribuyeron para eso.

De todas maneras, con buena personalidad y un gran De Rossi los azzurri demostraron que el buen fútbol puede ir más allá de un esquema táctico o hasta de la calidad y el nivel de los protagonistas, porque lo que cuenta a estos niveles, en los cuales casi todos los protagonistas, titulares o suplentes, son de alto perfil, es la cabeza con la que se enfrenta cada encuentro.

En el primer tiempo el hombre más peligroso fue El Shaarawy, quien cometió muchos errores pero mostró también algunas cosas positivas. Su merma es inexplicable y sus actuales límites están en plena contradicción con las que eran sus calidades apenas siete meses atrás. Sin embargo, dejó la impresión de estar reaccionando y la esperanza es que logre madurar a tiempo para el Mundial 2014.

Regresando al desafío, otro que jugó bien, molestando a Uruguay con sus movimientos entre líneas fue Diamanti, quien se tiró a menudo para el medio transformando por momentos a Italia en un 4-3-1-2. De sus pies nació el 1 a 0, cuando el enganche sacudió directamente al arco un tiro libre desde posición muy desfilada, por derecha, enviando el esférico cerca del cruce de los palos más lejano: el balón impactó en un poste, rebotó en el hombro derecho de Muslera y antes de que entrara al arco, justo sobre la línea, Astori la empujó adentro.

Uruguay creció sobre el final, cuando logró arreglarse un poco más en el medio y llevaba con mayor regularidad el balón para adelante, para que sus tres fenomenales delanteros lograran poner en dificultad jugando a menudo ellos solos la entera retaguardia italiana.

Sin embargo, al entretiempo los equipos se fueron sobre el 1 a 0 y el resultado lucía honestamente justo, porque Italia hasta ese momento había sido más. Cosa que no se verificó en el complemento, como refleja bastante fielmente el marcador.

En efecto, la Celeste creció aún más, mientras que la Nazionale, como era lógico esperarse, empezó a sufrir mayormente el calor por culpa del mayor desgaste físico de los primeros 45 minutos respecto a su rival. Así los muchachos de Prandelli empezaron a conceder espacios e iniciaron a cometer demasiados errores en la maniobra, situaciones que le costaron unos cuantos peligros.

Bufón tuvo que pasarse unas cuantas veces para mantener la ventaja, pero nada pudo al 58º cuando su equipo perdió el balón en salida, cerca de la línea de la media cancha, y así Forlán pudo tirar una breve contra que finalizó con un gran toque profundo para Cavani: el Matador, entrando algo por izquierda, puso el interno de su pie derecho y la clavó baja a lado del poste más lejano.

El match se puso emocionante y cualquier cosa podía pasar. Italia reaccionó y logró salir al ataque, si bien con esa actitud más que crear peligros lograba tener alejados a los uruguayos desde su propia área. Pero al minuto 73 Diamanti dispuso de un tiro libre desde buena posición y le pegó realmente muy fuerte, con mucha comba, de manera que logró madrugarlo a Muslera a pesar de que su disparo no fuera tan fuerte.

La reacción de Uruguay fue inmediata y el empate llegó por la misma vía, si bien el tiro libre de Cavani fue aún más fuerte porque la distancia era algo mayor. En la ocasión, también Buffón, como su colega, mostró una pequeña indecisión. Pero el capitán italiano supo rescatarse más tarde con un par de atajadas de grande nivel, para aguantar el empate.

ALARGUE Y CONFIANZA
El primer tiempo de la media hora del alargue fue positivo para la Azzurra, que jugó mejor y supo ser dueña de la cancha. Sin embargo, Prandelli no logró usar como prefería el último cambio (ya habían salido los cansados De Rossi y Diamanti por Aquilani y Giaccherini) porque Astori tuvo que salir por calambres, de manera que Cerci volvió a sentarse en el banco y fue Bonucci quien ingresó.

A pesar de jugar mejor, el cansancio por las 24 horas menos de descanso (con 30 minutos y una tanda de penales más sobre las piernas respecto a la Celeste) determinó que la Nazionale estuviera algo lenta y así no logró crear muchos peligros, mientras que terminó por conceder bastante en los segundos quince minutos, especialmente por culpa de haber jugado los últimos diez con hombre de menos, causa expulsión de Montolivo por doble amarilla.

Toda la defensa y sobre todo Buffón tuvieron que cumplir trabajo doble en más de una ocasión para no perder el enfrentamiento, pero al final Italia aguantó y pudo cerrar los suplementarios con el mismo resultado de las 90 vueltas de reloj reglamentarias, es decir el empate 2 a 2.

Así se fueron a los penales y esta vez Buffón fue héroe, atajando tres disparos decisivos para que su selección pudiera ponerse al cuello la medalla de Bronce. Queda claro que, como en todos los penales, más que mérito del arquero hubo demérito de los celestes, porque un disparo no convertido desde los once metros es siempre un error de quien le pega y no una buena tapada de quien ataja.

De todas maneras, lo importante para el conjunto de Prandelli fue vencer, porque después de la buena performance contra España hacía falta un resultado positivo para seguir sumando confianza.

Este equipo demostró en más de una ocasión que puede jugársela con todos y que puede presentarse al Mundial como candidato para pelearse el título, pero demostró también que necesita estar totalmente concentrado y convencido de sus propias posibilidades, para sacar el 100% de lo que tiene para dar.

Es por eso que es muy importante esta tercera plaza y es por eso que fue muy importante jugar un buen partido ante un seleccionado fuerte como Uruguay con muchos jugadores "menos utilizados", como Diamanti, Gilardino, Astori y El Shaarawy.

Nos gustó también (y mucho) Candreva jugando en el medio, lo que le da una opción más para el centro a Prandelli. Todos datos, en suma, que nos dejan bien esperar para el futuro. Especialmente porque, tras un par de partidos en los que nos había dejado algunas dudas, Prandelli regresó a sorprendernos y a maravillarnos con su inteligencia y su gran manera de ver y vivir el fútbol.

Dos factores que se están volviendo en la filosofía que guía a este equipo. Algo que nos gusta mucho, porque este equipo sigue enamorando a cualquiera que lo vea, cada vez que juega como puede.

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