Ricardo López Juárez 11y

Bronca de aficionados desató el caos

LAS VEGAS -- El Clásico del fútbol mexicano en Las Vegas fue empañado antes de comenzar, por una masiva pelea entre aficionados de ambos equipos en la zona del estacionamiento principal del Estadio Sam Boyd de la Universidad de Nevada en Las Vegas (UNLV).

Alrededor de una hora antes del inicio del partido amistoso entre Guadalajara y América se produjo un encuentro entre seguidores rojiblancos y azulcremas. De acuerdo con testigos, todo comenzó cuando llegó un autobús con fanáticos de las Chivas a la parte norte del estadio, quienes en su recorrido hacia la entrada fueron encarados por un grupo aún más numeroso de americanistas.

Hubo golpes, patadas y piedras lanzadas entre los rijosos. Pronto la pelea de algunos escaló a una trifulca masiva que involucró a un mínimo de 100 personas, según estimaciones. Los eventos causaron el despliegue de un operativo de seguridad en el inmueble y el arribo de unos 25 vehículos policiales por la avenida Russell, principal vía de acceso, al cual fue cerrada para el público a un par de kilómetros de distancia, mientras un helicóptero de la policía sobrevolaba el área.

Tim Luce, director de Latin Sports, empresa promotora del evento, admitió que la posibilidad de que el partido se cancelara debido a los disturbios estuvo presente.

"La policía se metió rápido. Hablamos con ellos rápido para asegurarnos de que el partido siguiera adelante. Teníamos que empezar por lo de la televisión, así que queríamos que la gente entrara tan pronto como fuera posible", dijo Luce. "No es un problema de Las Vegas, sino básicamente la suma de muchos factores al mismo tiempo para que los fans de estos dos equipos se enfrentaran".

Luce dijo que no conocía detalles de arrestos o lesionados y que no se tenía contemplado dar reembolsos, a pesar de que muchos aficionados no fueron permitidos ingresar al estadio a tiempo.
Algunos reporteros locales aseguraron que los aficionados de la pelea son residentes de Los Ángeles que hicieron el viaje para estar en el partido.

Minutos después de que la pelea fue disipada, oficiales de la policía situados en la entrada del estadio le ordenaban a cientos de aficionados que apenas llegaban que se fueran a sus casas y que se había suspendido el acceso al estadio por lo que ellos llamaron "disturbios". El acceso se reanudó más tarde.

Entre los elementos de seguridad del estadio hubo hermetismo sobre el número de arrestos y posibles lesionados. Circuló un rumor de un aficionado gravemente herido, pero no hubo declaraciones oficiales. Mike Newcomb, responsable del estadio, no devolvió de inmediato una llamada de ESPNDeportes.com para ofrecer un reporte de los hechos.

Hubo violencia de muchos aficionados afuera del estadio y más tarde violencia de los jugadores en plena cancha. A los 36 minutos, hubo empujones entre Paul Aguilar, del América, y Giovani Hernández, de las Chivas; luego más empujones del americanista Hugo González y el rojiblanco Jesús Sánchez. Los empujones luego se convirtieron en golpes y patadas, en una bronca más de estos rivales históricos.

Los jugadores de banca se metieron a la pelea, mientras los cuerpos técnicos trataban de separar a los futbolistas involucrados. El árbitro Jesús Cisneros expulsó a Aguilar y Rubens Sambueza por las Águilas, y Hernández y Héctor Reynoso por el Guadalajara.

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