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Desafiando la naturaleza

Los Bucs retiraron su número 99, y no es para menos considerando que los guió un Super Bowl. AP

MIAMI -- Nadie desafió a la naturaleza como Warren Sapp.

Todavía recuerdo cuando llegó a la Universidad de Miami con todos los galardones.

Mi padre me dijo en su momento: "Trajimos a una estrella que en la secundaria jugó de apoyador, ala cerrada y pateador".

Fuimos a una práctica de los Hurricanes, y allí apareció el número 76 a la distancia.

Mi primer pensamiento fue: "No puede ser él". Después de todo, pesaba casi 300 libras y tenía algo de panza.

Acto seguido, casi se me cae la mandíbula al ver con la velocidad que se movía este ser humano.

Warren Sapp, con tamaño de oso y agilidad de gato, me dejó claro en ese entonces que mi padre tenía razón. Era una estrella.

Con una confianza única y siempre una sonrisa de oreja a oreja, Sapp se transformó en uno de los jugadores más dominantes de la historia.

"Creo que me hice conocido cuando derribé y le di una conmoción cerebral a Johnny Damon", declaró un sonriente Sapp al enterarse que sería enaltecido al Salón de la Fama. "Espero que todos estén tan felices como yo".

Difícil, considerando el optimismo constante de Sapp, quien fue criado por su madre soltera y es capaz de levantar a un muerto con su filosofía de "mirar la mitad del vaso lleno".

Sapp, quien también jugó al béisbol en la secundaria, no pudo ganar un título con los Hurricanes, pero claramente dejó su marca.

Mark Ceaser, ex tackle defensivo de la Universidad de Miami, dijo que Sapp tenía "el poder de Cortez Kennedy y la velocidad de Russell Maryland".

Sin embargo recién fue elegido en la posición número 12 de la primera ronda del draft de 1995, debido a rumores que indicaban que Sapp había tenido algunos problemas con la cocaína y la marihuana.

Al día de hoy, Sapp sigue negando esos rumores.

Los Tampa Bay Buccaneers ciertamente no se quejaron cuando les cayó en su falda, y lo eligieron sin dudarlo.

Los Bucs llevaban 12 temporadas consecutivas con al menos 10 derrotas, pero Sapp rápidamente aportó su grano de arena para romper esa mala racha.

En su primera campaña, el equipo terminó con registro de 7-9, pero Sapp tenía otras metas más importantes.

"Cuando conocí a Tony Dungy, enseguida compré su proyecto", recuerda Sapp. "No íbamos a parar hasta llegar a la cima".

Sapp fue increíblemente exitoso en el sistema Tampa 2, esquema que al día de hoy muchos siguen intentando imitar.

Para ejecutarlo de manera correcta, ayuda tener a un tackle defensivo. Y Sapp es uno de los mejores de todos los tiempos.

No hay muchas cosas más difíciles que generar presión desde el interior de la línea defensiva.

Sapp se sobrepuso a dobles y triples marcas por momentos, para terminar con un total de 96.5 capturas (100 si contamos playoffs). Un número al cual un ala defensiva mataría por llegar, y que lo coloca segundo en el ránking de capturas por parte de tackles defensivos en la historia.

Los Bucs retiraron su número 99, y no es para menos considerando que fue nombrado jugador defensivo del año en 1999 --16.5 capturas-- y los guió al Super Bowl en el 2002.

"QB Killa" es uno de los únicos siete jugadores defensivos en la historia en ser seleccionado al Pro Bowl (siete veces), ganar el premio al Jugador Defensivo del Año y ganar un Super Bowl.

Controversial como pocos, producto de siempre decir lo que piensa, Sapp corrió las 40 yardas en 4.69 segundos en su momento. Su panza se movía sin cesar mientras lo hacía, pero su sonrisa siempre intacta.

Sapp es el sexto jugador de la Universidad de Miami en ser seleccionado al Salón de la Fama; Ted Hendricks, Michael Irvin, Jim Kelly, Cortez Kennedy y Jim Otto son los otros. Ray Lewis y Ed Reed probablemente serán los próximos, a no ser que Edgerrin James sea elegido.

"La Universidad de Miami me formó como hombre, y le estaré eternamente agradecido", enfatizó Sapp. "Somos la mejor fábrica de jugadores de la historia".

Los ojos no siempre te dicen la verdad acerca de un jugador.

"Tenía una habilidad inhumana para cargar al mariscal contrario", explicó Mike Martz. "Tuvo un impacto único en la NFL, y aún no puedo creer como se movía".

Su más que merecido premio llegará este fin de semana, cuando será oficialmente introducido al Salón de la Fama.

Siempre con sus emociones a flor de piel, Sapp nos regaló la posibilidad de atestiguar a uno de los mejores tackles defensivos de la historia.

"Voy a llorar como un bebé", concluyó Sapp.