BUENOS AIRES -- "No estaba de acuerdo con que el Mundial fuera jugado como algo de vida o muerte, para mí era un hecho natural, aunque no así para los demás. Un partido de fútbol es simplemente eso, nada más. En un partido no está ni el amigo, ni un hermano, ni la patria, ni la vida, no hay que confundir, hay cosas mucho más importantes", afirmó Jorge Carrascosa, el futbolista argentino que decidió renunciar a la Copa del Mundo 1978.
Carrascosa no era un jugador más para el entrenador César Luis Menotti, era el capitán del equipo. El director técnico confiaba en él más que en nadie: lo había dirigido en Huracán y era uno de los pilares de su Selección. Sin embargo, el mediocampista sorprendió y decidió no disputar el campeonato pocos meses antes de la presentación de la lista oficial.
"Por un montón de cosas que observé durante mi carrera en el fútbol, me fui sintiendo mal y eso es lo que me llevó a tomar las decisiones que tomé, como por ejemplo la de no participar en el Mundial. No es que hubo un hecho determinante. Hay cosas que ya sabía y otras que se fueron sumando, que no estuve de acuerdo nunca, en el país, en el fútbol y que no me hacían sentir bien", dijo tiempo después.
Carrascosa nunca afirmó abiertamente la razón por la que le dijo que no a la Selección y siempre ha respondido de manera ambigua. Pero lo cierto es que fue el único futbolista argentino que se atrevió a poner en duda algo que era una verdad irrefutable en ese momento: que los militares iban a organizar el mejor Mundial de la historia.
Carrascosa no fue un héroe, no hubo héroes en esta Copa del Mundo. Sin embargo, fue coherente con lo que había sido su intachable carrera y actuó de manera consecuente con sus ideales. Eso ya es para destacar.