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Súper pelea núm. 9: Holyfield-Bowe 1

Evander Holyfield,agolpeado y esfumándose en los últimos asaltos, casi derrota a Riddick Bowe Holly Stein/Getty Images

Es un tiempo de auge para el boxeo, con uno de los mejores años del deporte en tiempos recientes apenas a dos tercios finalizado y un puñado de peleas importantes por venir antes de pasarle la página al calendario una vez más.

Con Floyd Mayweather Jr. defendiendo su corona de la libra por libra contra el mexicano querido Canelo Álvarez el 14 de septiembre, Juan Manuel Márquez apuntando hacia un quinto título contra el campeón del peso welter Timothy Bradley Jr. el 12 de octubre y Manny Pacquiao preparándose para llevar el boxeo de clase mundial a China contra Brandon Ríos el 23 de noviembre, no ha habido un mejor momento para celebrar suntuosidad de combates para no perderse que este.

Por lo tanto, durante los próximos días estaremos haciendo un recuento de los mejores súper combates del boxeo en la era de ESPN (desde el 7 de septiembre del 1979, para aquellos que están llevando las cuentas en casa), elegidos por nuestro panel de expertos en el deporte. Por supuesto, sabemos que pueden haber, ejem, desacuerdos en un tema tan subjetivo, así que nos gustaría saber qué ustedes piensan acerca de nuestras selecciones, cuáles son sus elegidas y sobre cualquier otro comentario que puedan tener relacionado con este proyecto. Simplemente envíen un tuit usando el hashtag #ESPNsuperfights y puede que publiquemos su comentario.

La crítica a Evander Holyfield ha sido que no era lo suficientemente grande. Aunque había sido un tremendo campeón en peso crucero, tenía el peso, tamaño y fuerza para manejar a los mejores en la división de peso completo? Pero entonces, algo gracioso sucedió: No solamente dominó a los mejores, los noqueó.

El ex campeón Pinklon Thomas duró hasta el séptimo round. Otro ex campeón, Mike Weaver, llegó al décimo. Alex Stewart, para ese entonces invicto y respetado, no llegó ni al octavo asalto. El punto fuerte, por supuesto, fue la aniquilación de un puñetazo sobre Buster Douglas lo que le ganó a Holyfield la corona del peso completo. No importa que no fue el Douglas enfocado, determinado y en forma que había noqueado a Mike Tyson sino una versión más adiposa y pareciese que apática. Todo lo que uno puede hacer es derrotar al hombre que se tiene en frente, y con un derechazo, Holyfield derribó y noqueó a un oponente que pesaba casi 40 libras más que él.

Pero entonces, el viejo George Foreman y el marginalmente menos viejo Larry Holmes lo hicieron ir a la distancia, y Smokin' Bert Cooper lo tuvo en aprietos antes de que Holyfield lo destrozara. Entonces, ¿cómo podría manejar a un joven león más grande y fuerte como Riddick Bowe?

El analista Larry Merchant, como fue frecuentemente el caso a través de los años, proféticamente predijo el combate cuando, mientras los dos hombres estaban parados en sus respectivas esquinas antes del campanazo inicial, observó en la trasmisión de la pelea que , "La sabiduría convencional era que Holyfield intentaría pelear contra el gran Bowe de la misma forma en que lo hizo contra George y Buster Douglas: quedándose fuera, entrando con rápidas combinaciones. Pero tarde o temprano, se armará una pelea aquí".

Se armó más temprano que tarde. Holyfield, a pesar de todas sus habilidades, casi nunca elegía tomar otro rumbo. Aunque parecía estar desventajado en estatura frente a su rival, voluntariosamente se posicionó adentro e intercambió golpes, y Bowe -- a pesar de algunas interrogantes sobre su apetito de lucha -- estaba más que feliz de responder a la par.

Durante nueve asaltos, el combate fue competitivo sin estar excepcionalmente cerrado, Bowe parecía conseguir la ventaja en casi todas las estrofas completadas, cortesía de su alcance adicional y poder. El ojo derecho de Holyfield estaba tan hinchado que parecía cerrado, tenía una cortadura en el ojo izquierdo, y el título parecía escurrírsele de las manos. Entonces, en el décimo round, Bowe conectó un uppercut de derecha que hizo que la cabeza de Holyfield se le fuera hacia atrás, tambaleándose. Percibiendo un posible final, Bowe atacó, un gancho izquierdo que empujó a Holyfield hacia la esquina como borracho. Bowe lo maltrató por todo el cuadrilátero, pero Holyfield mantuvo su guardia. De repente, sus piernas parecieron más firmes, la solidez regresó en su pisar, y ahora Holyfield era el que estaba lanzando puñetazos, encontrando a su rival con viciosos ganchos izquierdos y derechazos mientras su oponente parecía desgastado.

Holyfield finalmente cayó a la lona en el undécimo asalto, pero incluso ahí se rehusó a rendirse, batallando hasta el último segundo del duodécimo round. En muchos aspectos, demostró más en esa primera derrota de su carrera de lo que había hecho en sus victorias previas. No lo podía saber en ese entonces, pero esa noche en Las Vegas quedaría en evidencia que fue el combate que marcó el descenso de la carrera de Bowe. Para Holyfield, hubo muchas grandiosas noches más en su futuro.