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Súper pelea 8: Holyfield-Foreman

Evander Holyfield derrotó a George Foreman en un fuerte y agresivo combate en 1991 Marc Morrison/Allsport/Getty Images

Es una gran época para el boxeo, con uno de los mejores años del deporte en épocas recientes apenas completando dos terceras partes, y un puñado de grandes funciones todavía por efectuarse antes de que el calendario de la vuelta de nuevo.

Con Floyd Mayweather Jr. defendiendo su corona libra-por-libra contra el mexicano predilecto "Canelo" Álvarez el 14 de septiembre, Juan Manuel Márquez en busca de una quinta corona contra el campeón welter Timothy Bradley Jr. el 12 de octubre y Manny Pacquiao preparándose para llevar boxeo de clase mundial a China contra Brandon Ríos el 23 de noviembre, nunca ha habido un mejor tiempo para celebrar la fastuosidad de las peleas de boxeo como el actual.

Entonces, en los próximos 10 días haremos la cuenta regresiva de las mejores peleas de box en la era de ESPN (remontándonos al 7 de septiembre de 1979, para aquellos que les interese le fecha exacta), seleccionadas por nuestro panel de expertos. Por supuesto, sabemos que pueden existir, ejem, desacuerdos acerca de un tópico tan subjetivo, así que nos gustaría saber qué opinan de nuestras elecciones, recibir las suyas y escuchar cualquier otro comentario que tengan relacionado con nuestro proyecto. Solamente envíen un tuit usando el hashtag #ESPNsuperfights y probablemente destaquemos su comentario.

Cada ocasión que ESPN Classic repite la pelea Evander Holyfield-George Foreman, una ola de nostalgia me invade. No sólo porque fue una maravillosa pelea entre dos leyendas de peso completo, o porque fue suficientemente afortunado para estar entre la prensa acreditada. Es el sonido de mi propia voz aportando el comentario que me remonta a esa noche icónica en Atlantic City hace más de dos décadas.

Fue uno de esas ocurrencias impulsivas. Yo merodeaba en el interior del Convention Hall durante una aburrida pelea preliminar cuando Dick Landis, un amigo del boxeo que había sido contratado para narrar el golpe-a-golpe para la señal mundial televisiva, se me acercó.

"Hey, Nigel, dijo Landis en su mejor imitación de Ted Baxter, "No tengo comentarista esta noche. ¿Quieres sentarte junto a mí y ayudarme?"

Aunque no había salario de por medio, no dudé. No solamente estaría ayudando a un amigo, pero aceptar significaría un asiento mucho más cercano al ring. Sin nada de preparación, tendría que enfrentarlo, y una hora después estaba sentado al lado de Landis, ayudando a narrar "La Batalla de las Épocas".

En su pelea previa, Holyfield había ganado el título completo unificado, con un nocaut de un golpe sobre James "Buster" Douglas. Foreman, mientras tanto, había ganado 24 peleas en fila durante su improbable regreso, incluyendo 23 por nocaut. Él se había quitado su antigua imagen de rufián en favor de una imagen paternal y alegre, y pronto reunió una legión de aficionados que lo adoraban, incluyendo a esposas y abuelas que nunca habían visto una pelea en sus vidas.

La mayoría de la prensa menospreció las posibilidades del "Gran George", pero eso no detuvo a 17,046 clientes con boleto pagado para hacerse presentes. También fue la pelea que solidificó el estatus del pago-por-evento, como un modelo de negocio viable al recolectar 1.4 millones de compras, una cifra que excedió por mucho las expectativas más optimistas.

Aunque Foreman, de 6 pies 3.5 pulgadas era apenas una pulgada más alto que Holyfield, en las 257 libras (de las cuales poco parecía ser grasa) Foreman empequeñeció al campeón de las 208 libras, y el alcance de 82 pulgadas del retador le dio una ventaja de 4 pulgadas. Era, en efecto, un peso súper completo contra un peso crucero que había comido su desayuno antes de la ceremonia del pesaje.

Que Foreman fuera mucho mejor de lo que los críticos predijeran es irrefutable. Él fue competitivo a lo largo de una confrontación castigadora, y de intercambios, e incluso sacudió a Holyfield con un derechazo aporreador en el emocionante séptimo asalto, solo para que el "Real Deal" viniera de atrás con una descarga prolongada.

Holyfield usó sus piernas para entrar y salir de alcance y su velocidad de manos superior para sumar con combinaciones. Foreman se tambaleó y parecía listo para perder en el tercer y noveno asalto, pero la campana lo salvó en ambas ocasiones.

Para el round 12, Foreman estaba tan cansado que apenas podía mantener las manos arriba. Holyfield siguió atacando, pero ambos hombres estaban de pie cuando sonó la campana final y los aficionados estallaron con una ovación eufórica.

Nadie discutió con la decisión unánime de 117-110, 116-111 y 115-112 para Holyfield, pero la mayoría de los elogios posteriores a la pelea fueron para Foreman, de 42 años, quien ganó el título completo tres años después. Y aunque lo que hizo Foreman contra un Holyfield de 28 años fue extraordinario, la victoria amplia de Holyfield fue virtualmente ignorada.

Siempre sentí que la victoria de Holyfield sobre Foreman fue uno de sus mejores momentos, y que él nunca recibió realmente el mérito que merecía. Sin embargo, me queda de consuelo el hecho de que su logro fue totalmente reconocido por Landis y por mí -- y la evidencia puede ser escuchada cada vez que ESPN retransmite la pelea.