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Blake: la vida después del tenis

James Blake, hablando con ESPN tras el partido Getty Images

NUEVA YORK -- James Blake ha cruzado la línea. El miércoles, el croata Ivo Karlovic le dio vuelta un partido increíble en el último turno de la jornada masculina e hizo efectivo su retiro como singlista, a la espera de lo que le pueda deparar el cuadro de dobles. Se cierra un capítulo mayúsculo de su vida, con escensarios que, sabe, no podrá repetir; pero, en su perspectiva, el ex N°4 del mundo tiene las cosas claras: "Anhelo volver a ser una persona normal".

Blake perdió un partido en el que tuvo ventaja de 2-0 en sets y donde las dos últimas mangas se definieron en tiebreak: "Es frustrante, pero por suerte cuando repase mi carrera voy a poder recordar buenas victorias y no precisamente esta derrota. Además no hay buena manera de retirarse que no sea levantando el trofeo. Pude haber terminado mejor este año o este torneo, pero esperar a ganar más partidos hubiera sido simple codicia de mi parte".

Su última función terminó pasada la medianoche, con gente aplaudiendo de pie los últimos puntos y bajo un contexto muy especial: "Se me cruzaron muchas emociones, demasiados recuerdos. Tantos partidos me tocó estar ahí afuera; y el público apoyándome durante el día, entrada la madrugada, en rain delays, siempre. Y gente que a lo mejor tiene que viajar varios kilómetros para llegar aquí. Todo eso significa mucho para mí".

"Sé que nunca más voy a tener a 10 o 20 mil personas alentándome en una cancha, cantando 'USA' o gritando mi nombre -siguió-. Pero trato de ver lo positivo. Mucha gente nunca tuvo eso y yo he tenido la suerte suficiente de disfrutarlo por 14 años; y de gestar una carrera que me ha dado una seguridad y una flexibilidad como para lo que quiera hacer el resto de mi vida y que a mi hija no le falte nada".

Allí se edifica el gran bastión que está detrás de lo que será Blake más allá de una cancha de tenis: su familia. Ya hace unos meses advertía su cambio de perspectiva y cómo su vida era "otra desde el casamiento y la llegada de Riley", nacida en junio de 2012. Ahora el plan es agrandar la familia y estar allí para verlos crecer: "Quiero estar presente, llevarlos a las prácticas de fútbol, softball y, si quieren, tenis, claro. Simplemente ser una persona normal y disfrutarlo, porque no lo he sido en 14 años. Voy a extrañar esta etapa de mi vida, pero me abro paso a otra que ansío con muchas ganas".

"Cuando las cosas empezaron a ir en serio con mi mujer -recordó-, le dije que cuando me retirara me iba a tomar seis meses sabáticos, que me dieran la libertad para hacer lo que tuviera ganas: relajarme, jugar al golf... Pero no teníamos hijos, por entonces, así que realmente no sabía que eso no era una opción. Con lo cual, más allá de que deje mi trabajo, voy a seguir estando ocupado".

"Igual sí quiero aprovechar para distraerme un poco. Porque por más afortunado que parezca nuestro trabajo, mientras uno esté en esta carrera, siempre es un deportista profesional. Y si tienes un rato libre, es para entrenarte -agregó-. No puedes salir con amigos hasta las tres de la mañana, porque ellos podrán enmascararlo en sus trabajos con un par de tazas de café; pero uno no puede disfrazar su actuación en un torneo. Entonces quedas en una especie de calendario egoísta, que te demanda mucho tiempo de tu vida. Y hoy anhelo no tener eso. Quiero tener la posibilidad de, no sé, quedarme hasta tarde charlando con amigos, irme de pronto un fin de semana a México con mi mujer y mi hija... eso es lo que imagino para mí los próximos meses".