Jerry Crasnick 11y

Nada como septiembre

Si ustedes se suscriben a la noción de que septiembre es un mejor mes que octubre para la emoción pura y total del béisbol, una secuencia cardiaca de la temporada 2011 hace el punto más elocuente de lo que las palabras pueden expresar.

Se acercaba la medianoche del 28 de septiembre de 2011, cuando el mundo se puso de cabeza. Luego que Dan Johnson pegó jonrón para que los Rays de Tampa Bay vinieran de atrás remontando un déficit de 7-0 contra los Yankees de Nueva York, Freddie Freeman pegara un roletazo para poner fin a la temporada de los Bravos de Atlanta y los Orioles de Baltimore se beneficiaran de un sencillo productor de Robert Andino ante Jonathan Papelbon para completar el colapso de los Medias Rojas de Boston , el reloj marcó las 12 de la medianoche, Evan Longoria bateó cuadrangular solitario para vencer a Nueva York y todos se colapsaron exhaustos.

Seis equipos. Tres finales en 25 minutos. Cambios relampagueantes en la narrativa. Fue una receta para la locura del béisbol.

Joe Maddon, mánager de los Rays, estuvo presente para 33.3 por ciento de las festividades, y él puede apreciar el torbellino de emociones. Él ha discutido el tema en numerosas ocasiones a lo largo de los años con su viejo amigo Mike Scioscia, mánager de Angelinos de Los Angeles.

"Estar en posición en septiembre, con una oportunidad legítima para los playoffs, crea un sentimiento distinto durante todo el mes", dijo Maddon. "El clima se hace más templado, y el tono de la luz al mediodía es un poco diferente. Mucha gente dice que es clima de fútbol americano. Sosh y yo usualmente bromeábamos, 'No, no, no. Es clima de playoffs'".

Mientras octubre recibe toda la publicidad y el béisbol en septiembre rutinariamente es ensombrecido por las fiestas en los estacionamientos previas a los partidos de fútbol americano y por los drafts de fantasía, el último mes de la temporada regular comprime más altas, bajas, historias disparatadas y emociones altamente conflictivas que cualquier otro segmento del calendario de béisbol. Los bates se arrastran producto de la fatiga y las lesiones ponen a prueba la fortaleza de un jugador. Los días tediosos ya pasaron y la línea de meta está a la vista. Estar al pendiente de los resultados en otros parques es inevitable, pero, conforme los rosters se expenden, los jugadores necesitan estar vigilantes para asegurar un lugar privilegiado en la caseta.

Septiembre ha producido la Pifia de Fred Merkle, el Jonrón en el Atardecer de Gabby Hartnett, y la primera cirugía Tommy John de la historia (experimentada ni más ni menos por el mismo Tommy John en 1973). Roberto Clemente consiguió su hit 3,000 en septiembre de 1972, tres meses antes de morir en un accidente de aviación. Y Mike Piazza obtuvo una de las ovaciones más ensordecedores en la historia de los deportes de Nueva York cuando pegó cuadrangular en el primer partido tras los ataques terroristas de 2001.

Los Yankees cortaron a los hermanos Matty y Jesús Alou el mismo día en septiembre de 1973, mientras que Ken Griffey Sr. y Jr. se convirtieron en la primera dupla padre-hijo que son compañeros de equipo jugando en el mismo partido para los Marineros de Seattle en 1990. Cal Ripken Jr. rebasó a Lou Gehrig con su partido 2,131 de forma consecutiva en septiembre de 1995, y puso fin a su racha del Hombre de Hierro tres años después. Rennie Stennett, segunda base de los Piratas de Pittsburgh se fue de 7-7 en septiembre, y Stan Musial realizó su única aparición como lanzador colgando el cero en una entrada contra los Cachorros de Chicago a finales de 1952.

Ozzie Guillén dejó de ser mánager de los Medias Blancas de Chicago en el mes de septiembre, y Minnie Miñoso volvió a las Grandes Ligas tras una ausencia de 12 años para jugar con el equipo en 1976. Deion Sanders comprobó ser el guerrero de otoño por excelencia en 1989. Durante un periodo memorable de cinco días, "Prime Time" se fue de 5-3 con dos dobles y un cuadrangular para los Yankees, y devolvió una patada 68 yardas para un touchdown con los Atlanta Falcons de la NFL.

Septiembre aporta una mezcla de triunfo y desesperación, fortaleza y rendición, relevancia histórica y trivia rara como ninguna otra. ¿Por qué el mes final de la temporada regular es algo tan especial para los amantes del béisbol? Quizá esto explique por qué:

Los banderines se ganan

Este no es el mejor año para presumir competitividad en el béisbol. Los Bravos de Atlanta, Dodgers de Los Angeles y Tigres de Detroit prácticamente ya se adueñaron de los títulos divisionales, y Boston está abriendo una brecha considerable sobre Tampa Bay en el Este de la Liga Americana. El Oeste de la Liga Americana y la Central de la Liga Nacional son las únicas divisiones con mucho suspenso en este momento.

Pero el comodín está teniendo su impacto usual, con los Piratas de Pittsburgh, Cardenales de San Luis y Rojos de Cincinnati peleando por ganar la Central de la Liga Nacional y evitar así el horripilante partido de playoff. Los riesgos del nuevo formato fueron evidentes el año pasado, cuando los Bravos parecían listos para avanzar, solamente para ser eliminados por un tiro erróneo de Chipper Jones y una controversial marcación de la regla del elevado dentro del cuadro en una derrota en el juego de comodín ante San Luis. Intenten decirle a los Piratas, Cardenales y Rojos que finalizar primero no importa.

La historia se forja

La competencia individual más atractiva se lleva a cabo en la Liga Americana, donde Miguel Cabrera está en busca de su segunda Triple Corona en fila. Cabrera encabeza la liga en promedio de bateo y carreras producidas, pero es segundo detrás de Chris Davis de Baltimore, en jonrones, a cuatro de distancia.

Los juicios de valor serán emitidos y se tomarán decisiones difíciles en las próximas semanas. Cabrera ha tenido molestias por un esguince en el abdomen, y los Tigres tienen 8.5 juegos de ventaja sobre los Indios y van tranquilos al título divisional. ¿Debe permanecer en la alineación y lidiar con la lesión lo mejor que pueda, o debe tomarse una semana de descanso y refrescarse para la postemporada, esencialmente cediéndole el título de cuadrangulares a Davis?

El fracaso en lograr historia puede ser casi igual de atractivo que la obtención de grandeza. George Brett tuvo cautivo a todo el país cuando buscaba el .400 de bateo, antes de terminar en .390. Roger Maris empató a Babe Ruth con su jonrón 60 a finales de septiembre de 1961, antes de conectar el número 61 el 1 de octubre. Ese logró llegó una semana tarde para el comisionado Ford Frick.

Los pitchers han experimentado algunos momentos trascendentales en septiembre. Denny McLain logró su victoria 31 con nueve juegos restantes en la temporada 1968, mientras que Mike Witt de los Angelinos lanzó un juego perfecto contra los Texas Rangers frente a 8,375 aficionados en el último partido de la temporada 1984 en Arlington. Roger Clemens ponchó a 20 Tigres en septiembre, y Nolan Ryan hizo abanicar a Rich Reese de Minnesota, para su ponche 383, durante su última apertura de 1973, para romper el récord en una temporada, que estaba en manos de Sandy Koufax.

En el extremo opuesto de la cadena alimenticia de lanzadores, Brian Kingman y Mike Maroth se unieron al club de las 20 derrotas en septiembre. Los patrones de Maroth, los Tigres de 2003, eran tan malos que celebraron en el campo tras perder 119 juegos -- a uno del récord de inutilidad en una temporada, en manos de los Mets. Tras la victoria de los Tigres ante Minnesota en el último partido de la temporada, la canción "Celebration" de Kool & The Gang sonó en las bocinas del Comerica Park, y la palabra "¡Victoria!" fue mostrada en la pantalla.

"Lo malo es que finalmente conseguimos una buena racha para el equipo pero debemos irnos de vacaciones invernales", dijo Dmitri Young a la prensa, luego que los Tigres se habían recuperado de una marca de 38-118, ganando cinco de sus últimos seis partidos.

Se deciden las carreras por los premios

Es un hecho de la vida que los jugadores en los equipos contendientes recibirán más atención para las carreras por los premios. Pero los votantes también tienen memoria corta y prefieren que sus ganadores de premios terminen con buenas actuaciones.

De los 19 jugadores de posición que han ganado el premio al Jugador Más Valioso desde 2003 (Justin Verlander obtuvo el premio como lanzador en 2011), 12 han conseguido un OPS de 1.000 o mejor durante septiembre. Solamente tres -- Justin Morneau de Minnesota en 2006, Jimmy Rollins de Filadelfia en 2007 y Josh Hamilton de Texas en 2010 -- consiguieron un OPS debajo de .900 en el último mes. Hamilton, que se perdió gran parte de septiembre con dos costillas fracturadas, fue un raro ganador al premio como Más Valioso sin tener un cierre contundente.

Chipper Jones hiló su premio como Jugador Más Valioso en 1999, bateando .307 con 10 cuadrangulares y .682 de slugging en el último mes. Él puso punto final a su narrativa de JMV con cuatro jonrones en una barrida de tres partidos sobre los Mets a finales de septiembre, y luego le dijo a los aficionados de Nueva York que se fueran a casa y "se pusieran sus cosas de los Yankees". No hay nada como un toque de arrogancia con ese trote de cuadrangular.

Este año, los eventos de septiembre ayudarán a determinar si Clayton Kershaw se convierte en el primer lanzador de la Liga Nacional que gana el galardón como Jugador Más Valioso desde Bob Gibson en 1968, y si Yasiel Puig tiene el poder suficiente para obtener el premio como Novato del Año de la liga. Puig necesita superar a un grupo talentoso de lanzadores que incluye a José Fernández, Shelby Miller, Julio Teherán, Hyun-Jin Ryu y Trevor Rosenthal.

Llegan nuevos rostros

Billy Hamilton bateó para .256 en Louisville esta temporada, pero los aficionados de Cincinnati están comprensiblemente emocionados por verlo un año después que se robó 155 bases en las Ligas Menores. Nick Castellanos de Detroit y Michael Choice de Oakland son otros dos prospectos principales recién promovidos de las sucursales.

La historia muestra que algunos jóvenes dejan una impresión más rápida que otros. En 2007, Clay Buchholz de Boston lanzó un juego sin hit en su segunda apertura en las Grandes Ligas. Un joven relevista de los Angelinos llamado Francisco Rodríguez tuvo un impacto aún mayor en 2002. Llegó de la sucursal Triple-A de Salt Lake City a los 20 años y comprobó que podía lidiar con la presión y la competencia, lanzando 5 entradas y 2 tercios sin permitir carrera en septiembre. Luego, Rodríguez ponchó a 28 bateadores en 18 entradas y 2 tercios durante la postemporada, para guiar a los Angelinos a un título, y él instantáneamente fue conocido como "K-Rod".

Mike Schmidt pegó el primero de 548 jonrones de por vida durante una promoción a las Mayores en septiembre de 1972, y José Canseco se ponchó abanicando en su primer turno el bat en Grandes Ligas 13 años después. Jim Morris no era ningún jovencito a los 35 años, pero dejó en alto el nombre de todos los maestros de preparatoria que impartían matemáticas y ciencias, cuando ponchó a Royce Clayton en su debut en Grandes Ligas con Tampa Bay en 1999. Tres años después, Dennis Quaid interpretaba a Morris en la película de Disney "The Rookie".

Algunos llamados al final de temporada aportan momentos de comedia. En septiembre de 1992, Mike Maksudian, receptor de Toronto, recolectó $800 de sus compañeros que le habían apostado que él no se atrevería a devorar un saltamontes vivo. Maksudian, quien clamaba que había comido ranas, lagartijas y cucarachas, entre otras criaturas, declinó una oferta de $2,000 de sus compañeros con los Azulejos para devorar una rata.

"Nunca he sido de los que declinan un reto", dijo Maksudian alguna vez. "Haré lo que sea, excepto suicidarme".

Los regresos y colapsos abundan

El "Batazo que se escuchó alrededor del mundo" de Bobby Thompson, y la daga de Bucky Dent al corazón de Boston en un partido de playoff en 1978 les ganaron un sitio prominente en la cultura de octubre. Pero ellos no habrían estado en posición de conseguir sus logros históricos si sus equipos no hubieran efectuado sus repuntes sorprendentes al final. Los Gigantes forzaron el partido de desempate ante Brooklyn gracias a un récord de 39-9 en la recta final. Los Yankees, con una desventaja de 14 partidos ante Boston en julio, dominaron a los Medias Rojas en Fenway Park con una pizarra combinada de 42-9 durante una barrida de cuatro partidos en septiembre, que se conoce como la "Masacre de Boston".

En 2007, los Rockies de Colorado ganaron 14 de sus últimos 15 partidos de temporada regular, y vencieron a San Diego 9-8 en un partido de desempate para el comodín cuando Matt Holliday se barrió en el plato y apenas lo tocó con su mano izquierda. ¿O no lo hizo?

Los Medias Rojas y los Bravos se quedaron fuera de playoffs en 2011 gracias a sus colapsos épicos que fueron el equivalente de ver autos estrellarse en cámara lenta. Nate Silver, actualmente con ESPN, escribió una historia para el New York Times con el titular, "El colapso de los Medias Rojas en septiembre podría ser el peor de la historia".

Los trabajos están en riesgo

Sí, los juegos significan lo mismo en abril como en septiembre, pero los mánagers que buscan extensiones de contrato o seguridad laboral siempre reciben ayuda con un buen mes final. Terry Collins, Ned Yost, Eric Wedge y Ron Roenicke probablemente no se unirán a Jim Fregosi, Kevin Kennedy, Hal McRae, Roger Craig y las docenas de mánagers que fueron despedidos antes de que septiembre finalizara, pero nada aboga más por la situación de un mánager en busca de empleo a largo plazo que un cierre de campaña fuerte.

En Filadelfia, Ryne Sandberg pasará las próximas semanas intentando mostrar que él está para mucho más que un empleo como mánager interino del equipo. En el campo, la actuación del lanzador Roy Halladayen septiembre podría ser vital para determinar si firma un nuevo contrato con los Filis, o si continúa su regreso en otra ciudad.

Surgen los héroes. También los chivos expiatorios y los gatos negros

Ted Williams cimentó su legado como el mejor bateador del béisbol en 1941, cuando llegó con un promedio de bateo de .39955 a una doble cartelera contra los Atléticos de Filadelfia en el último día de la temporada regular. Williams se fue de 8-6 en los dos partidos, para finalizar con .406, en lugar de descansar y redondear su promedio. Años después, con el beneficio de la retrospectiva, Williams dijo que él hubiera descansado si se hubiera dado cuenta de que batear para .400 era algo tan importante.

Williams le dio un último recuerdo memorable a 10,454 aficionados en Fenway, cuando en 1960 pegó jonrón ante Jack Fisher en el último turno al bat de su carrera. Su trote alrededor de las almohadillas inspiró a John Updike para escribir su ensayo "Los aficionados del Hub le dicen adiós al muchacho", una pieza de magia periodística.

Otros jugadores saben lo que significa el que se manchen sus legados por eventos ocurridos en septiembre. Josh Beckett llegó a la cima de su profesión a los 23 años, cuando guió a los Marlins sobre los Yankees en la Serie Mundial de 2003. Pero, para los bostonianos con amplia memoria, él siempre será recordado como uno de los líderes en el fiasco del pollo frito y cerveza que simbolizó el desplome de Boston del liderato divisional y que le costó el empleo al mánager Terry Francona.

Gene Mauch se ubica en el sitio 12 entre los mánagers, con 1,902 victorias de por vida, pero él siempre estará ligado al colapso de los Filis en 1964. Aunque Mauch era muy cerebral, trabajó demasiados innings a Jim Bunning y Chris Short.

Ron Santo, Billy Williams, Ernie Banks y algunos otros grandes de los Cachorros de Chicago siempre serán perseguidos por ese colapso al final que le permitió a Tom Seaver y los Mets de 1969 venir de atrás para ganar el título de la División Este de la Liga Nacional. Y pensar que todo inició con un misterioso gato negro cruzándose por el camino de Santo durante un partido en Shea Stadium el 9 de septiembre.

Abundan los dramas humanos

Si los aficionados de los Yankees piensan que ha sido emotivo observar a Mariano Rivera reunido con empleados de seguridad y boletaje en Cleveland y Toronto, imaginen lo difícil que será decirle adiós si Nueva York no logra llegar a playoffs solamente por segunda ocasión desde 1994.

Willie Stargell, Al Kaline y Willie Mays son algunos de los miembros del Salón de la Fama que han sido festejados durante días especiales en septiembre, tras anunciar sus respectivos retiros. En 1979, los Yankees celebraron el "Día de Catfish Hunter" en Yankee Stadium, y un joven zurdo llamado Dave Righetti aportó un vistazo de su futuro, en su debut en Grandes Ligas contra Detroit.

En Colorado, Todd Helton está resistiendo a la tentación de oficialmente decir adiós, y probablemente optará por irse silenciosamente en el receso invernal. Pero el amor hacia Helton todavía lloverá desde las tribunas del Coors Field, de los agradecidos aficionados de los Rockies durante el último juego en casa ante Boston el 25 de septiembre.

Septiembre también tiene cabida para logros más modestos. A finales de 2010, los Dodgers generaron un momento agradable cuando ascendieron al inicialista de Ligas Menores John Lindsey, quien acumulaba una experiencia de 16 años y 6,342 turnos al bat en la pelota profesional antes de su arribo a la Gran Carpa. Tras pegar un sencillo ante Nelson Figueroa de los Astros para su primer imparable en Grandes Ligas, Lindsey realizó una entrevista para el periódico de su ciudad natal en Mississippi.

"Fue increíble", dijo Lindsey acerca de su debut. "Se sintió igual que como cuando pegué mi primer imparable en el beisbol juvenil en Hattiesburg".

En 2010, Michael Young y Mike Sweeney tuvieron la misma sensación de euforia cuando llegaron a la postemporada y pusieron fin a una combinación de 2,954 partidos sin llegar a postemporada. Este año podría tener algo similar para el lanzador Jamey Wright, quien tiene un récord de 92-126 con 10 equipos durante 18 temporadas. Es el periodo más largo para un jugador activo que nunca haya aparecido en postemporada.

Si los Rays sobreviven las próximas semanas y llegan a los playoffs, Wright terminará con la racha, y le cederá la estafeta de futilidad a Adam Dunn y Vernon Wells. Si no, lo más probable es que él llegue el año entrante para el entrenamiento primaveral y lo intente de nuevo.

Esa es la belleza de septiembre, un mes que trae irreversibilidad y una sensación de renovación en el deporte. Y los ganadores siguen adelante. Los perdedores se quedan en casa y se consuelan con el mantra que ha sostenido a los aficionados de los Cachorros desde 1908: Esperen al año próximo.

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