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El jeque de Kuwait que anuló un gol

Aunque parezca increíble, un aficionado que ingresó en el campo de juego logró revertir un fallo del árbitro en el partido que Francia le ganó por 4-1 a Kuwait, en Valladolid, por el Grupo 2 de este Mundial de España. De hecho, no fue un fallo cualquiera ni tampoco un hincha cualquiera: se trató de un gol de Francia, anulado por el árbitro tras la protesta de un jeque, nada menos que el hermano menor del Emir de Kuwait.

Todo ocurrió a los 35 minutos del segundo tiempo, cuando Francia ya estaba al frente por 3-1. Es cierto que el equipo europeo arrancaba el juego como favorito, pero también es cierto que hasta ese momento contaba con menos puntos que su rival en el torneo: los asiáticos habían empatado 1-1 en su debut frente a Checoslovaquia, mientras que los galos habían caído por 3-1 ante Inglaterra.

El partido, entonces, tomaba trascendencia, y los europeos parecían sentenciarlo marcando su cuarto gol con una jugada clásica: Genghini para Platini, que dio un exquisito pase corto con la cara externa hacia Giresse, el delantero controló y definió fuerte para vencer al arquero. Era el 4-1. Pero no lo fue.

Parecía serlo, es cierto: hubo un balón que terminó en la red, hubo festejo de unos y desazón de los otros, hubo una pelota que volvió al centro de la cancha y dos equipos formados para un saque desde el centro del campo e incluso hubo un cambio para reservar a la estrella: René Girard para suplantar a Platini. También hubo una placa oficial en la televisación internacional que mostraba bien claro el nuevo marcador: 4-1 a favor de los ganadores. Todo esto hubo antes de que empezaran las protestas.

Según los jugadores de Kuwait, un silbato había sonado en medio de la jugada y eso los había confundido, los había hecho detener su acción defensiva y había permitido el gol francés. El entrenador y los jugadores intentaron entrar en razón con el árbitro, pero la oposición más fuerte llegó desde la grada: un hombre ataviado con vestimentas árabes comenzó a hacer señas para que el equipo se retirara de la cancha.

Ese hombre era Fahad Al-Ahmed Al-Jaber Al-Sabah, hermano menor del Emir de Kuwait y presidente del Comité Olímpico de ese país. Al-Sabah estaba convencido de que los suyos habían sido perjudicados y quería establecer una protesta ejemplar: el abandono.

Después de algunos idas y vueltas discursivos y gestuales entre la tribuna y los colegiados, el jeque decidió que era mejor bajar personalmente a la cancha para resolver el asunto. Sencillamente dejó su asiento, atravesó la débil barrera que le opuso la guardia civil española acompañado de su breve séquito y tuvo una pequeña charla, primero con su equipo y luego con el réferi soviético Miroslav Stupar.

El diálogo debió ser muy convincente, porque tras la enumeración de razones que expuso el dirigente, el árbitro tomó la determinación de anular el gol que ya había convalidado y de reanudar las acciones con un bote a tierra en el lugar donde supuestamente se había detenido la acción en el momento de oírse el silbato ajeno al juez.

La grada repudió la decisión con una silbatina y las protestas pasaron a ser del otro costado. El entrenador francés, Michel Hidalgo, fue expulsado por la vehemencia de su reclamo, lo cual no hizo más que agigantar el enojo de los europeos.

Los futbolistas de Francia estaban indignados. "Lo dejaron pasar, no sé si porque estaba vestido como jeque o qué, pero lo dejaron pasar. Y todo porque habían escuchado un silbato que sonó desde las tribunas. Pero nosotros, en el campo, no habíamos escuchado nada", relató Giresse más tarde. Y agregó: "Nosotros en el campo hablábamos: 'Ahora el Emir anulará este gol y hará lo mismo con los otros, para que Kuwait gane 1-0 y nos saquen a nosotros los cuatro propios'".

"El lado folclórico del asunto fue ver a la policía española haciendo un pasillo de honor para el jeque y queriendo sacar del campo a nuestro director técnico", contó el defensor galo Marius Tresor.

El partido continuó y un último gol de Bossis se sumó a los convalidados que habían anotado Genghini, Platini y Six para dictaminar un marcador final idéntico al que el árbitro había decidido modificar. Fue 4-1, como para dejar a todos contentos y a Francia con un pie en la ronda siguiente de este Mundial de España.

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